Ecuador, constituyente. – LA INQUIETUD POPULAR NO ES UN ESPECTRO, ES REAL

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Vuelve la misma escena de un nuevo capítulo de la telenovela politiquera en el país, mientras las petroleras no se sacian de chupar –cual vampiros insaciables– la sangre de la tierra; mientras la embajada americana avanza en la construcción de la nueva base militar y diplomática de San Isidro del Inca en Quito, se crean las condiciones para la revuelta popular en pos de la Asamblea Nacional Constituyente.

Resulta difícil creer que el nuevo gobierno liderado por el economista Rafael Correa, esté libre de ataduras y compromisos políticos con los sectores económicos pudientes del país, que financiaron la campaña electoral millonaria –tan dispendiosa y solo comparable a la del magnate bananero Álvaro Noboa.

Aquel discurso y mensajes subliminales, barnizados con un lenguaje bolivariano y nacionalista son los que más se acomodan al manejo perverso del poder, que sintonizan con el interés de las élites por mantener las cosas como están.

¿Un presidente ad hoc para mantener el status quo?

El caballo de batalla de Correa fue sin duda la consulta popular para instaurar la Asamblea Constituyente con plenos poderes. No obstante, es el mismo presidente de la república el que pone las reglas de juego con un reglamento, una vez más excluyente, donde los partidos políticos con reconocimiento legal no deberán cumplir con el requisito de presentar las firmas del uno por ciento del padrón electoral, su sola existencia será suficiente para poner candidatos a la constituyente; entre tanto, aquellos movimientos sociales que representan a los independientes, a aquellos que sin pertenecer a ninguna tienda política, que anhelan cambios profundos en el país, no tienen espacio en la asamblea constituyente, pues ese es reducto exclusivo de los decadentes partidos de la componenda, representada por el actual Congreso Nacional.

Quiero pensar que Correa es un hombre honesto, quizás una luz en medio de la oscuridad de asesores oportunistas y chulqueros que ya se están repartiendo los cargos, contratos y prebendas en el sector público. Pero la verdad es que el gobierno no representa al verdadero pueblo, es una rara composición de la vieja partidocracia, si no recordemos ecuatorianos que Carlos Vallejo –actual ministro de Agricultura– antes fue diputado del PRIAN, partido de Noboa, así como también cuota política del nefasto regimen de Oswaldo Hurtado y Jamil Mahuad de «la flecha verde» Democracia popular, hoy UDC.

Es evidente que la Izquierda Democrática invirtió en la campaña de Alianza País, si no cómo se explica que Correa haya ratificado a tres ministros de Estado con serios cuestionamientos, pertenecientes al partido socialdemócrata.

Un poco de memoria

Tampoco no nos hemos olvidado cómo durante un partido de fútbol en el monumental del Barcelona, Isidro Romero, ligado al partido socialcristiano y al PRIAN acordó apoyar a Rafael entregando a Frabrizio Correa –su hermano– la «modesta» colaboración de US$ 50.000 para la campaña.

Y eso no es todo, este Frankenstein conocido como Alianza País tiene como ministro de Gobierno al ex subsecretario del regimen vergonzoso de Abdalá Bucarám, el ex MIR, Gustavo Larrea.

No señores, ahí no termina la cosa, el actual vicepresidente de la república, Lenín Moreno, fue parte del repudiado gobierno de Lucio Gutiérrez.

En ese escenario, pensar que Rafael Correa pueda gobernar libremente es una utopía. Los grilletes del poder se expresan en la vieja intelectualidad burguesa del nuevo ministro de Energía Alberto Acosta, y su vinculación umbilical con el Grupo Egas del Banco del Pichincha.

Del mismo modo, en el sector petrolero vuelven las mismas caras del pasado, Carlos Pareja Yanuzzeli, cuestionado funcionario de la estatal por sus vínculos socialcristianos, es nuevamente presidente de PETROECUADOR; Oscar Garzón, dos veces vicepresidente de Petroproducción, vuelve a ocupar el cargo, y con él la argolla de siempre se acomoda en la estatal. Esa es la tónica del naciente gobierno febresborjista y gutierrista que se acaba de instaurar en Carondelet.

Los socios del neoliberalismo tienen el asesoramiento y patrocinio de los grandes medios de comunicación; a propósito de aquello, no olvidemos que la exclusión democrática que le conviene a EEUU promovió un histórico debate entre los candidatos que no representaban peligro para el sistema capitalista decadente. La CNN , cadena del imperio norteamericano, convocó a su vaso comunicante de ECUAVISA, para una vez más manipular la opinión pública e inclinar la intención de voto a favor de Roldós, Viteri, Noboa o el Illinois’ boy, Rafael Correa Delgado. ¡La burguesía al poder!

Patear el tablero

El verdadero pueblo del Ecuador, representado por las grandes masas humanas de indígenas pauperizados, los trabajadores desposeídos por la tercerización infame, los desempleados y comerciantes de la calle; los campesinos sin tierra; las prostitutas, los niños de la calle; los delincuentes –que también son seres humanos– que buscan una segunda oportunidad; los inmigrantes humillados, los muertos que también tienen su historia, etc. Todos los ecuatorianos pobres anhelan cambios con vehemencia incontenible.

Es necesario patear el tablero del reglamento y/o estatuto con el que se pretende imponer condiciones para nombrar o calificar a los candidatos a la Asamblea Constituyente. Es hora de decir basta a los requisitos burgueses de forzar al pueblo organizado a obtener el 1% del padrón electoral (+/- 90 mil firmas) para acceder al derecho a participar en la consulta.

La aplanadora electoral de las malolientes tiendas políticas de la Izquierda Democrática, socialcristianos, PRIAN, PRE, Sociedad patriótica, UDC, han acumulado infraestructura, personal y presupuesto que les permitirá –astutamente– volver a ratificar el modelo económico que le conviene a la derecha recalcitrante del Ecuador, como sucedió en 1998, cuando Cynthia Viteri, Sixto Durán Ballen, Oswaldo Hurtado, entre otras joyas de la oligarquía, santificaron la Constitución entreguista que hoy nos gobierna.

Así como fue evidente que en nuestro país solo las élites encopetadas pueden participar del triunfo de Alianza País, mientras el pueblo, aguardó en las afueras del Congreso Nacional sin más alegría de poder mirar por unos segundos al primer mandatario de Venezuela. El saldo de la posesión presidencial en la calles de Quito fue un hombre herido por elementos de seguridad de alguna de las delegaciones, que sin razón aparente le disparó a quemarropa.

Quizás lo único rescatable fue el develamiento del monumento en memoria de Manuelita Sáenz, la Libertadora del Libertador, acto que se desarrolló en el sector conocido como La Mitad del Mundo, cerca de la capital.

Solo el pueblo salva al pueblo, que la frustración no nos invada antes de haber luchado compatriotas, a Rafael Correa habrá que restarle espacio, exigirle cuentas, demandarle el cumplimiento de las ofertas de campaña; obligarle a que se elabore un estatuto incluyente, donde a través de elecciones primarias, sean las bases de las organizaciones de trabajadores, campesinos, de profesionales, de estudiantes, etc, las que envíen sus representantes en igual porcentaje de representación.

El pueblo no cree ni legitima el sistema electoral corrupto que nos ha engañado siempre, donde los medios de comunicación rinden culto al poder cediendo espacios publicitarios a las hienas de siempre. Hay que despolitizar la asamblea constituyente, solo así el verdadero pueblo podrá estar representado para tratar las reformas radicales a la Carta Magna.

Las reformas que el pueblo demanda en las calles son:

1. Eliminar la tercerización y legalizar la sindicalizació n obligatoria de los trabajadores del sector público y privado.

2. Prohibir la privatización de los recursos naturales y asignar exclusivamente al Estado y sus empresas la responsabilidad de manejar las áreas estratégicas de la economía.

3. Desconocer los tratados internacionales con los EE.UU. que lesionan la soberanía, y garantizar la autodeterminació n del Ecuador como un estado libre y soberano.

4. Prohibir el trabajo infantil y adolescente en todas sus formas e implementar las políticas sociales que reparen o prevengan este mal.

5. Imponer impuestos a las empresas privadas que permitan financiar proyectos sociales para los sectores excluidos de la sociedad.

6. Impedir la fuga de capitales y obligar por ley a los bancos a reinvertir cerca de 2000 millones de dólares en proyectos productivos sociales, que se mantienen en bancos del exterior.

7. Establecer como idioma oficial paralelo al español, la enseñanza y aprendizaje obligatoria del quichua, raíz de nuestra nacionalidad.

8. Otorgar frecuencias de radio y televisión a las comunidades y organizaciones sociales sin voz, a fin de democratizar el espacio del espectro comunicacional.

9. Nacionalizar los hidrocarburos, las minas, los servicios públicos y todas aquellas áreas estratégicas como el agua, la electricidad, la telefonía, los puertos y aeropuertos, etc.

10. Proteger el medio ambiente, aplicar una política de conservación de la naturaleza, normando la explotación racional de los recursos naturales.

11. Garantizar el acceso gratuito a la salud y la educación en todos los niveles.

12. Reformar la ley para facultarle al Estado a confiscar los bienes al sector privado, cuando se atente a los bienes de interés público.

13. Despolitizar los organismos de control e instituciones que conforman el sistema democrático. Llámese Tribunales, Cortes de Justicia, etc.

14. Prohibir la publicidad electoral en todas sus formas.

15. Reducir el número de diputados, a un máximo de 22, uno por cada provincia.

16. Prohibir toda actividad económica de la Fuerza Pública , redefinir el papel de las Fuerzas Armadas para ponerlo al servicio del pueblo.

17. Limitar la participación del sector privado en proyectos de inversión solo de alto riesgo, que no involucren afectación en cuanto al control de las áreas estratégicas de la economía por parte del Estado.

18. Fomentar las empresas comunitarias cooperativas en reemplazo de las tercerizadoras, como solución al problema del desempleo.

19. Recuperar la soberanía monetaria con la integración regional latinoamericana, la creación de una moneda única.

20. Recuperar la soberanía alimentaria, reactivando la producción agrícola, entregando al campesino las tierras ociosas de los terratenientes; rompiendo los monopolios de los alimentos, a través de mercados populares a nivel nacional.

Éstas son las reformas que demanda el pueblo desligado de la partidocracia corrupta, y hacia esos cambios apunta la Constituyente. Nada ni nadie detendrá al pueblo en su objetivo, ¡Qué entienda Correa el mandato popular!

¡A parir la patria nueva!

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* Prensa Alternativa

Addenda

El 15 de octubre de 2006 Piel de Leopardo reprodujo un artículo de Franklin Falconi, periodista y editor de la revista quincenal quiteña Opción, en que se deslizaban ciertas advertencias, camino de convertirse en realidad de acuerdo con el texto publicado hoy 23 de enero de 2007 –no el único por el estilo recibido en esta revista–, sobre las reales expectativas que debían considerarse tras lo que entonces era el eventual triunfo de Correa.

Ese artículo –Elecciones: atención con candidato– puede leerse aquí.

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