Chile. – GOBIERNA LA ANTI DEMOCRACIA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Recientemente la presidenta Michelle Bachelet envió al Parlamento un proyecto de ley por el cual se pretende corregir el sistema electoral anti democrático (binominal) y que permitiría la elección en la Cámara de Diputados de fuerzas políticas que han sido excluidas de su derecho a tener representantes en el parlamento de la nación, por decisión de la dictadura de Pinochet y que impera hasta hoy en el país.

La mandataria dijo que la oportunidad es «un día histórico» porque termina con la exclusión que desde la dictadura afectó a grupos políticos históricos. Sin embargo la realidad hasta ahora, es muy diferente de las buenas intenciones que podría tener la mandataria. Ello debido a que las fuerzas anti democráticas que cogobiernan Chile, y que están representado por un sector del conglomerado de gobierno, conocido como
Concertación y el pinochetismo –cuyos herederos políticos son la Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional(RN)– se oponen rotundamente a cambios o correcciones, que en lo sustancial los vaya a perjudicar.

Cabe destacar que la Constitución del 80, el modelo económico neoliberal y el sistema electoral anti democrático, fueron hechos a la medida del mundo empresarial de la oligarquía económica y financiera del país y de la elite política que cogobierna el país, para la protección y mantención de sus privilegios e intereses. De allí que
cualquier modificación que se pretenda realizar bajo la legalidad vigente hasta ahora, seguirá de una u otra manera, manteniendo la marginación y la exclusión de importantes sectores de la vida nacional.

El actual sistema binominal antidemocrático, que favorece a los grandes conglomerados, es uno de los tantos amarres dejados a la democracia vigilada y restringida por la pasada dictadura de Augusto Pinochet. Otro elemento a tener en cuenta y que nos indica que la democracia vigilada chilena esta viviendo una crisis cada vez mayor, es el hecho de que más de dos millones y medio de potenciales nuevos electores no quieren inscribirse en
los registros electorales y por ende no quieren ejercer su derecho a voto, debido a que el mundo político de la Concertación y la Alianza por Chile, es asociado con el tráfico de influencias, la corrupción, la mentira, la demagogia y las falsas promesas.

Así lo ratifica una investigación realizada por el Centro de Estudios Sociales y Opinión Pública (Cesop) de la Universidad Central que reveló en enero pasado que el 79.1% de los habitantes de la ciudad capital cree que la política en el país está corrupta.

El director del Cesop, Andrés Llanos indicó que «esta cifra pone de relieve que en la percepción de la ciudadanía, nos encontramos frente a un problema que no puede analizarse en forma aislada (…) la baja credibilidad y confianza observada en instituciones como el Parlamento, el Poder Judicial, las Fuerzas Armadas y los Partidos Políticos, nos hacen comprender que la corrupción no sólo debilita las instituciones, sino que se perfila como una grave amenaza para la pobre democracia existente en el país».

Sin embargo el anti democrático sistema electoral vigente hasta ahora, además impide que los dirigentes gremiales, sindicales y de organizaciones sociales , puedan ser candidatos al parlamento. Los chilenos que residen fuera del país, tampoco pueden ejercer algún tipo de participación a través del voto popular. Es tal la discriminación existente, que los chilenos que por diversas razones no tienen su educación secundaria
completa, también quedan inhabilitados para ser candidato.

Desde el restablecimiento de la democracia militar en 1990 la Concertación no ha tenido la voluntad política suficiente para lograr cambiar el sistema electoral, el conglomerado de gobierno ha sido incapaz de encabezar un gran movimiento por el saneamiento democrático del país, y tampoco ha logrado convencer a la Alianza por Chile para tener el quórum necesario para modificarlo por el rechazo de la anti democracia pinochetista. Ahora, un sector de esa tendencia(RN) estaría dispuesto a considerar un posible cambio, siempre y cuando no los afecte en la cantidad de diputados y senadores que tienen hasta ahora.

El proyecto de corrección elaborado por el gobierno no modifica sustancialmente el sistema electoral binominal, como reconoció Bachelet, pues mantiene para la elección de 120 diputados el mismo sistema actual, que le da una alta representación a la minoría pinochetista. Con sólo el 33% de la votación obtiene la misma representación parlamentaria que la mayoría oficialista. Bachelet señaló que «en todo caso la propuesta es una corrección importante al controvertido sistema electoral actual», establecido en la Constitución facistoide de 1980 implantado por la dictadura de Pinochet.

La modificación contempla el aumento de 120 a 140 la cantidad de diputados para que las fuerzas políticas que han sido excluidas hasta ahora, puedan obtener al menos el 5%, y consigan así algún tipo de representación parlamentaria, lo que indudablemente se constituye en toda una burla para alrededor del 15% del electorado, que producto de la legalidad de la dictadura no pueden obtener representación parlamentaria. O sea, que la
corrección que busca Bachelet y su gobierno, no es otra cosa que unas cuantas migajas para las fuerzas políticas que han sido marginadas del Congreso Nacional, lo que nos indica claramente que en el país la anti democracía sigue prevaleciendo, sobre el derecho y la soberanía de los chilenos a tener representantes populares.

La primera mandataria, Michelle Bachelet, ha manifestado que los conflictos vividos al calor de la aplicación del nuevo sistema de locomoción colectiva de la capital, que ha sido todo un desastre, y las movilizaciones de los estudiantes secundarios por sus justas demandas, enlodan la imagen de Chile en el exterior. Sin embargo lo que realmente perjudica la visión que se tiene de Chile fuera del país, es la existencia de la Constitución facistoide de la dictadura, el modelo económico neoliberal que perjudica a la clase trabajadora, a los sectores populares y las capas medias empobrecidas, además de la existencia del sistema electoral anti democrático y no representativo que impera en el país.

Lo cierto sin embargo, es que independientemente de que se pueda calificar como un avance dicha propuesta de corrección del sistema electoral. Lo que persiste en el fondo es el hecho, que la casta política anti democrática de la Concertación y la Alianza por por Chile, solo busca mantener viva la presencia de la bota militar y su democracia vigilada en el país, de manera que los enclaves legales de la dictadura, sigan perdurando hasta que el pueblo chileno, a través de la movilización social y la lucha por sus demandas democráticas, decidan otra cosa diferente.

En su esencia, la desnutrida democracia chilena sigue manteniendo un fuerte carácter autoritario que no permite la participación abierta de los más diversos actores de la vida nacional. La clase política y el cogobierno entre la Concertación y el pinochetismo, son los únicos que se sienten íiluminados o llamadosî a dirigir los destinos de la nación, a espaldas de lo que sienten y opinan la mayoría de los chilenos. La anti democracia vive en su propia íburbuja de cristalî, viven y disfrutan su propia auto complacencia política, sin tener el menor interés por ampliar la participación democrática de los chilenos, sobretodo cuando se trata de políticas o proyectos de ley, que afectan a la mayoría de los ciudadanos del país, mientras tanto la anti democracia sigue haciendo su agosto.

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* Periodista.

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