Y la lluvia tras la pantalla cambia de color. Se pone fangosa. Porque esos nueve niños que en Maipú duermen en la calle junto a sus padres y un perro tras ser expulsados de su casa por no pagar el arriendo, no saben ver la lluvia como yo. Maldito TVN, para qué me muestra eso. Para ellos la lluvia duele, no son tan melancólicos para que las gotas, las negras nubes les pongan la sensibilidad a flor de piel. Y de paso nos empañan el placer, claro.
Pero esos niños son «morosos», no pobres. Porque esos ya casi no existen en Chile, según Clarisa Hardy, Ministra de Planificación. «Decir pobreza cero es un sueño imposible», afirma muy campante (La Nación, 10/06/07). Clarisa, vaya como cambian las cosas.
Seguro a ti la lluvia, en la intimidad, te pone los ojos blancos y vienen a tu cabeza recuerdos sesenteros como cuando eras revolucionaria en la Universidad y decir imposible era un sueño imposible.
«Muchos niños respirarán más aliviados» le dice a Radio Cooperativa, hoy, el Ministro Lagos Weber. Claro, el aire un poco más liviano, pero la humedad colándose por las ventanas y pisos. Y las estufas a parafina carcomiendo los pulmones de esos niños, Ricardito, seguramente los harán respirar liviano, tenue, casi imperceptibles cuando sean asmáticos…y el AUGE no les cubra ni la aspirina.
El aire estará más limpio para los reos de Colina II que duermen en el patio. Claro, en unos meses más también habrá allí niños. Respirando aliviadamente neoprén. Bendita ley de responsabilidad penal juvenil, hoy respiro aliviado. Y miro llover.
Ahora debo salir a la calle a oír el crujido de las hojas bajo mis pies, a vibrar como los románticos con las gotitas en mi cara. Ojalá no me caiga ningún pedazo de Chile en los ojos, que nada interrumpa el rito.
Quiero ser como Clarisa y Ricardito, hoy. No quiero que no pare ni me atropelle la micro, no quiero toser como perro ni dormir en la calle. Quiero ser como ellos, los que cuando se enferman les saluda Ronaldinho. Los que se mojan por placer, los que al llegar tienen a Juanita para que les seque la ropa y les limpie el piso. Así, descansado y seco, le diré: «Compañera, decir pobreza cero es un sueño imposible».
Ahora, no lo hago porque recuerdo –súbitamente– que hoy es 14 de junio. Y aunque dé igual, me avergüenza hablar de frío, hambre, pobreza, enfermedad. Me avergüenza sobre todo hablar de imposibles.
Ahora da igual, pero también hoy, un día como hoy, nacía Ernesto Guevara. El Che.
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* Publicado en: www.mir-chile.cl.
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