NERUDA Y LOS FALSOS CRISTALES DE SU PLATA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

“Uruguay es palabra de pájaro, o idioma del agua,
es sílaba de una cascada, es tormento de cristalería”

(Artigas por Neruda, en Canto General, México 1950).

Neruda vivió clandestinamente en Uruguay entre 1953 y 1956, en casa de Alberto Mántaras en el balneario de Atlántida. Constancia de ello fue el herbario proyectado para la Oda a las flores de Datitla (texto
publicado en el tercer libro de las Odas; Losada 1957) que permaneció inédito hasta 2003.

Su exilio era ya por amores con Matilde Urrutia a diferencia del comienzo
fugitivo cuando en Chile decretaron ilegal al Partido Comunista y a Neruda
senador desaforado: cruza la cordillera a caballo con destino porteño, donde
Miguel Ángel Asturias le prestaría su pasaporte para que finalmente Picasso
lo presentara en París en un Congreso Mundial por la Paz.

La militancia de nuestro poeta no es un secreto, comunista de cepa,
diplomático del Frente y la Unidad Popular, se metía en cada quilombo… lo
mismo en México, al liberar de prisión al muralista Siqueiros o en España al
rescatar a 2.500 republicanos en el barco Winnipeg.

Hace tiempo que se dice de la muerte de Neruda por tristeza más que por cáncer –yo creo que
por ambos– de manera fulminante el 23 de septiembre de 1973. El Herbario compilado
en Uruguay junto al poema Testamento del Canto General:

“Dejo a los sindicatos
del cobre, del carbón y del salitre
mi casa junto al mar de Isla Negra.
Quiero que allí reposen los maltratados hijos
de mi patria, saqueada por hachas y traidores,
desbaratada en su sagrada sangre,
consumida en volcánicos harapos.”

Fueron estos versos los que colocaron las bases de lo que el poeta eligió
llamar Cantalao: “Fundación de Beneficencia sin fines de lucro cuyo objetivo
será la propagación de las letras, las artes y las ciencias, en especial en
el litoral comprendido entre San Antonio y Valparaíso (…) a) construcción y
habilitación en el bien raíz que se aporta para la Fundación de
edificaciones que se destinaran a sitios de reuniones de escritores,
artistas y científicos nacionales y extranjeros como así mismo para su
alojamiento (…) En el artículo quinto, relativo a la Composición del
Consejo Directivo y Ejecutivo: ‘Se compondría de dos representantes de Pablo
Neruda, de los rectores de las universidades de Chile, Católica y Técnica
del Estado, por un representante de la Central Unitaria de Trabajadores y un
representante de la Sociedad de Escritores de Chile’”

(documento inédito, fechado el 9 de mayo de 1973, del que conservo una fotocopia
certificada ante notario público).

Después del golpe de Estado de 1973, a la viuda
Matilde Urrutia se le confiscaron las casas del poeta, lo mismo al Partido
Comunista heredero de Isla Negra. Matilde Urrutia acompañaba a las
madres de detenidos desaparecidos a las comisarías en busca de un hábea corpus,
hacía declaraciones en la BBC sobre la sistemática violación de los derechos
humanos de la dictadura, autorizaba antologías de Neruda a países amigos
–por ejemplo al Fondo de Cultura Económica mexicano–, se querellaba en la
España franquista cuando censuraban las fotos de Neruda junto a Salvador
Allende, pero ella sólo sobrevivió hasta 1986.

¿Qué pasó con la herencia de Neruda luego de la muerte de la viuda? ¿A dónde fue a parar la plata
del poeta? Es entonces cuando aparece Juan Agustín Figueroa, un personaje
siniestro que se irá adueñando de los derechos del poeta y del manejo de su
figura. La conexión le llega por su hermana, Aída Figueroa, que a petición
del Partido Comunista escondió a Neruda en 1948 (tiempo en el que escribiría
en la clandestinidad el Canto general), y con ello se ganó la confianza y
amistad del poeta. Una vez muerto Neruda y cuando mucha gente le dio la
espalda a Matilde Urrutia (o vivían el exilio sus amigos), Aída le presentó a
su hermano Juan Agustín (que nunca fue amigo de Neruda). Matilde acepta el
consejo de su amiga, pero sin saber que desde su juventud Figueroa era
íntimo y socio del pinochetista Ricardo Claro.

Una vez muerta Matilde Urrutia la dictadura dejó trabajar sin problemas a Juan Agustín
Figueroa. Desobedeciendo la voluntad de Neruda, Figueroa asesoró a Matilde para que
nombrase en el directorio de la fundación a un grupo de personas dóciles a
sus intereses, entre los que estaba su propia esposa (QEPD), su hermana y el
abogado de su despacho. Al ver la administración de Figueroa, el primero en
renunciar fue Jorge Edwards.

¿A dónde fue a parar la plata del poeta?

Vólviendo al epígrafe: “es tormento de cristalería”: 2.3 millones de dólares (estadounidenses) generados sólo
en 2003 por derechos de autor de Neruda se invierten mediante bonos bursátiles
en Cristalerías Chile, bajo la lógica neoliberal está bien una inversión de
bajo riesgo con poca especulación de capitales ¿cierto? Lo «Claro», es que en
2005 publiqué en exclusiva la investigación completa sobre la nueva
Fundación Neruda (se perdió el nombre Cantalao como el herbario uruguayo)
Cristalerías Chile es propiedad de Ricardo Claro: asesor de Pinochet desde
el 12 de septiembre de 1973, embajador de la dictadura hasta 1978,
responsable de traer a Chile a su amigo Henry Kissinger

(¿A qué viajó sino a orquestar el Plan Cóndor?

En el Capítulo VI -Recintos de detención- de
la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura presidida por el obispo
Sergio Valech (páginas 312 a 313; Informe Valech, 2004) acopia los
testimonios de los buques usados como prisión en Valparaíso, como resume el
diario La Nación: «Ricardo Claro puso a disposición de las fuerzas de
seguridad dos barcos de otra de sus empresas, la Compañía Sudamericana de
Vapores, para ser usados como centros de detención y tortura. Uno de ellos,
El Maipo, trasladó a 380 detenidos desde Valparaíso hasta Pisagua. Muchos de
sus ‘pasajeros’ perdieron la vida. El otro, El Lebu, cumplió el rol de
cárcel flotante y más de dos mil personas pasaron por sus bodegas y
camarotes» (05.12.2004).

El albacea de la Fundación, Juan Agustín Figueroa declaró a 10 días de
publicada mi investigación: «Neruda habría estado totalmente de acuerdo»
(con la inversión en la empresa de Ricardo Claro)… “El mundo de Neruda se
acabó y tenemos que abrirnos a otros lados» y «Las ganancias permitirán a la fundación subsistir cuando caduquen los derechos de autor de Neruda, en 2023» (diario La Tercera; 21.08.2005, donde actualmente es columnista dominical Henry Kissinger). Un año después el diario oficialista de Chile
retomó mi investigación y las reacciones de la Fundación no fueron
distintas: la abogada, bibliotecóloga e integrante del directorio de la
Fundación Neruda, Clara Budnik declaró a Javier García del diario La Nación:
“Quiero que sepas que si se invirtió en términos de que dé dividendos a la
institución, yo no veo problemas. Por lo demás, Ricardo Claro ha aportado a
la cultura de nuestro país” (09.07.2006).

La Fundación Neruda nunca ha podido desmentirme, los he acusado de evasión
fiscal (por 140 millones de pesos chilenos o su equivalente US$ 249.309,95,
de negligencia ante la falsificación de la Antología Popular 1972 por parte
de la editorial Edaf (ligada a la extrema derecha del PP español), de
tráfico de influencias por parte de Juan Agustín Figueroa al desempolvar
Leyes Antiterroristas contra la comunidad mapuche; ni nuestro columnista del
diario La Jornada, Noam Chomsky, al visitar Temuco el año pasado para reunirse
con líderes mapuches podía creer que quien preside la Fundación Neruda sea
el ideólogo de la actualización de la Ley Maldita (por la que Neruda salió
de su país) ahora llamada Ley Antiterrorista.

Juan Agustín Figueroa es amigo personal y socio de Ricardo Claro desde 1950,
ahora tiene sentido que la dictadura lo dejara trabajar al frente de la Fundación Neruda a la muerte de la viuda. Figueroa hizo «pequeños cambios a los estatutos» creados por Neruda: de siete integrantes, ahora sólo serán cinco. «Sus cargos serán vitalicios pero podrán cesar por renuncia, producida alguna
vacante los otros cuatro miembros elegirán al reemplazante. si sólo quedase
uno o más miembros del Consejo a éstos corresponderá designar a los
reemplazantes».

El actual directorio de la Fundación Neruda lo integran:
Aída Figueroa Yávar, hermana del director general; Jorge del Río, miembro
del estudio de abogados de Figueroa; Raúl Bulnes, íntimo amigo de Figueroa,
y con la muerte de la esposa de Figueroa (que también estaba en el
directorio de la Fundación) le preparan el camino a Ignacio Figueroa como
futuro presidente vitalicio, ya que su padre Juan Agustín Figueroa le
heredará la Fundación Neruda… Todo quedará en familia, nada para los
escritores, universitarios o sindicalistas chilenos.

He insistido en la necesidad de una auditoria a la Fundación Neruda por
parte del Ministerio de Hacienda (impuestos internos), le he solicitado a la
presidenta Bachelet el desconocimiento de la personalidad jurídica de la
Fundación Neruda, entrevisté a todos los amigos y biógrafos del poeta en
España, Cuba, México, Italia, Alemania, Estados Unidos, Uruguay, Argentina y
Chile; y sólo he ganado pequeñas batallas: me concedieron la renuncia de un
directivo ejecutivo (Francisco Torres), la Agencia Balcells regañó a la
editorial Edaf por la falsificación de su Antología Póstuma 2004 (cuando en
realidad es la Antología Popular 1972), pero lo más importante es el caso
Pascual Pichún, un mapuche de 23 años que escapó por la cordillera acusado
de terrorista bajo la lógica de Figueroa, en Argentina se decide si
lo deportan por violar leyes migratorias (como lo hiciera Neruda en tiempos de
la Ley Maldita) y hasta ahora está en calidad de refugiado político, en
parte por mi investigación sobre los derechos de autor de Neruda invertidos
en un terrorista de Estado como Ricardo Claro.

¿Qué pensaría Neruda de todo esto? ¿Qué escribiría en el semanario Marcha o
El Siglo Ilustrado sobre Ricardo Claro y Juan Agustín Figueroa?

Recuerdo una vieja foto de Neruda en la redacción de Marcha junto a Mario Benedetti.
Mi editora Faride Zerán me dice que el caso fundo Neruda «es la metáfora de la
transición chilena».

—————————————-

foto

* Periodista. Coordinador editorial del suplemento Correo del Sur del diario La
Jornada Morelos
.

fotoArtículo escrito especialmente para el semanario Brecha de Montevideo.

www.brecha.com.uy.

Se publica aquí por gentileza del autor.

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