Doble moral en la falsa lucha contra las drogas

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No hay que perseguir tanto a los consumidores y tan poquito o menos a los traficantes, ha dicho Obama a instancias de la declaración de la marihuana recreativa en dos estados de su país. Eso no es nuevo y Obama ha comparado inclusive la marihuana con el alcohol o una dosis de cocaína con algunos aguardientes y vodkas en el cuerpo humano.

Se la fumó de joven. Obama dice a sus hijas que no es buena idea consumirla. En el fondo, se está cayendo la idea del siglo pasado en cuanto a que Estados Unidos y su pueblo están siendo víctimas de una guerra química y que la llamada guerra contra las drogas, además de ser fallida como lo he dicho en otras ocasiones, es una guerra que solo alimenta la corrupción en países en donde se supone los gringos han metido millones de millones de dólares para combatirlas y esconde a los verdaderos beneficiarios, los banqueros.

Pasa por los medios de comunicación ahora mismo la noticia de la legalización de las drogas aquí y allá, sin detenerse a pensar en donde han quedado los miles de dólares y de euros del tráfico, donde si no, en el lavado de dinero y en los grandes bancos y corporaciones del sistema financiero internacional. Es como reflexionar en el interés de los banqueros por la utilidad que resultaba de la venta del caucho, el anís, el alcohol, el petróleo, y algunas veces por el producto de la venta de café y joyas preciosas como los diamantes africanos y las esmeraldas andinas. Dónde sino, en el lavado de dinero y en los bancos y el sistema financiero internacional.

Hay opositores claros a la legalización de las drogas. Estos banqueros que, cínicos como son, advierten a la población que es mejor la lucha contra las drogas fuera de sus países (EE UU y Europa) que mirar como dice el presidente Obama mucho más al poder de los traficantes, que socaba las esferas más altas de las sociedades y la política de países productores como Colombia y Perú. Es allí justamente en sus bóvedas donde se consigna en promedio el 70 por ciento del producto del tráfico de drogas. (Sobra decir que también se guarda el producto de la venta libre de armas, el tráfico de armas y el tráfico de personas, entre otros). arg drogadiccion-en-jovenes

Es ese el dinero que financia las campañas de republicanos y demócratas en los Estados Unidos y cientos de partidos en países europeos. Banqueros que posan de filántropos apoyando políticos y creando fundaciones para evadir impuestos. Además, para hacer notar que los gritos por la legalización no son de ahora, me apoyo en el texto de los documentos Santa Fe (1), que como saben, están basados en “Las relaciones interamericanas: Escudo de la seguridad del nuevo mundo y espada de la proyección del poder global de Estados Unidos “. Nada menos.

Se habla del poder global de los gringos en américa latina en especial, como escudo de la seguridad de la región. Por eso mismo quizás en Documentos Santa fe IV se lee entre líneas que son muchas las personas, entidades y organizaciones sociales, que no de ahora sino de hace treinta años, han luchado por la legalización de las drogas. Se ha llegado al punto de promover, repito no de ahora, sino de hace lustros, de promover el “Shoot Smart, Shoot Safe” que dicho en castellano significa, inyéctese bien, inyéctese con seguridad, entregando en las calles jeringas y folletos de cómo meterse el crack sin mayores riesgos como el sida, por ejemplo.

Pero justamente ahora, en los diálogos del gobierno Santos con las guerrillas de las Farc, se insistirá en arreglar el problema que, con o sin lucha contra las drogas, los campos de Colombia están llenos de hoja de coca, de grandes y pequeños propietarios de tierra apta para la agricultura y la ganadería. Porque no hay una verdadera política agraria que permita a los negros, indígenas y campesinos, por lo menos a continuar con el cultivo de productos de pan coger.

drogas2Digo por lo menos, porque ellos prefieren sembrar coca, rentable, fácil de mantener, fácil de transportar, con gran demanda en los mercados internacionales, barata, sin costos extras de fungicidas y matamalezas, antes que intentar arar la tierra para la papa, el maíz, el trigo o la cebada. Con la firma de los tratados de libre comercio se ha empobrecido a nuestros campesinos. Ellos son víctimas de los actores armados en protección de cultivos ilícitos.

Ellos son despojados por paramlitares de sus tierras sin piedad. Los que quedan, siembran hoja de coca para subsistir. Afirma el documento que dado que el terrorismo vinculado al tráfico de drogas no ha sido reconocido como uno de los principales factores de muerte de los ciudadanos norteamericanos, en forma de cocaína y heroína, parte de la guerra química contra su país, es no contrarrestar su efecto demoledor en la sociedad de hoy.

Agrega que desafortunadamente los gobernantes que han pasado por la casa blanca, especialmente Clinton, no han identificado a las organizaciones guerrilleras, que ellos llaman narcoterroristas “como una fuerza que impulsa la verdadera guerra química desatada contra los ciudadanos de los Estados Unidos”. Jhon Featherly, un exfuncionario de alto nivel de la DEA, sugiere que su país sabe quiénes son los narcotraficantes: “conocemos sus raíces, dónde viven, dónde cultivan y a quienes corrompen. Sin embargo hacemos poco por detenerlos.

Si EE UU se tomara con seriedad la guerra contra las drogas, daría los fondos y medios necesarios para librar esa guerra en su fuente, usando métodos especiales que el gobierno tiene a su disposición”. En Santa fe IV sin precisar que el gran capital financiero es el más beneficiado de la prohibición de las drogas, como fueron los nacientes bancos y prestamistas en plena lucha contra el alcohol y los licores en 1920, advierte que en cualquier sociedad la corrupción por medio de las drogas y “en última instancia, el dinero de las drogas, puede sacar ventaja hasta del sistema capitalista y democrático más avanzado. drogas

Esta es una amenaza que Estados Unidos no puede permitirse ignorar”. En la medida que los gringos no puedan poner a la venta un producto igual o mejor a la cocaína en sus mercados y en los mercados del mundo, continuarán con la ceguera de plantear otra y otra vez, la fallida guerra contra las drogas. Legalizan la marihuana recreativa, dotan de jeringas a quienes se inyectan heroína, hablan de la marihuana como medicina para el dolor y no saben qué hacer para producirla ellos mismos.

Solo así se acaba el drama que ellos mismos han provocado. Mientras tanto nuestros campesinos, indígenas y negros, esperan que salgan acuerdos que les permita vender sus productos a buen precio en caso de acabarse el negocio de las drogas. Sueñan con tener créditos blandos, asesoría técnica y sobre todo, derecho a la tierra y al trabajo en paz con justicia social. Los banqueros ya se inventarán otra lucha, quizás contra los vendedores del coltán (2), el litio, el uranio y otros más.

Pasar del mercado del caucho y el petróleo por la marihuana y la cocaína, sin que se mueva un dólar o sin que se mueva un euro, no es posible. Que si es legal o es ilegal, parece el centro del problema. Lo demás debería ser un problema de salud en la tierra del tío Sam, no obstante el crecimiento del consumo en nuestros países.

Notas

(1)Documento que se elabora por parte de especialistas que hablan al oído del presidente de turno en los Estados Unidos. Es el pentágono el que ordena y traza esas políticas en materia de relaciones interamericanas: Escudo de la seguridad del nuevo mundo y espada de la proyección del poder global de Estados Unidos L. Francis Bouchey , Roger W. Fontainte, David C. Jordan, Gordon Summer, Lewis Tambs, Ed. Introducción por Ronald F. Docsai. El continente americano se encuentra bajo ataque. América Latina, la compañera y aliada tradicional de Estados Unidos está siendo penetrada.

(2) Es fundamental para el desarrollo de nuevas tecnologías: telefonía móvil, fabricación de ordenadores, videojuegos, armas inteligentes, medicina (implantes), industria aeroespacial, levitación magnética, etcétera.Ver http://elpais.com/diario/2007/09/26/futuro/1190757604_850215.htm

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