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El gobierno de Paraguay dispuso que ningún foráneo podrá comprar tierras para la agricultura en el país. La medida esta destinada a frenar un proceso de extranjerización que creció con fuerza desde mediados de los años 60.
Un informe del Instituto de Desarrollo Rural y la Tierra (INDERT) prohíbe “la suscripción de trámites administrativos para la compra de tierras a sujetos no beneficiarios de la reforma agraria” y aclara que los extranjeros “han dejado de ser beneficiarios del estatuto agrario”.
La venta de terrenos se incrementó en Paraguay desde 1963, cuando el dictador Alfredo Stroessner excluyó de la Ley de Tierras de 1940 la prohibición de venta de éstas a extranjeros en las fronteras del país, informó Prensa Latina.
Según informes oficiales, el 80 por ciento de las tierras fértiles del territorio paraguayo está en manos de apenas unas 200 familias.
Las tierras más productivas, situadas en los departamentos Itapua, Alto Paraná, Caazapa, Canendiyu, Amambay, Guaira y Caaguazú, son hoy extensos sojales en manos extranjeras.
Los avances de grandes productores brasileños, que adquieren tierras muy útiles a precios más bajos que en su país, se sumaron a las compras realizada en décadas pasadas por millonarios europeos que se quedaron con miles de hectáreas a modo de inversiones.
El presidente Fernando Lugo anunció que mañana se abrirá una mesa de conversaciones entre el gobierno y los movimientos campesinos, en busca de avanzar en una salida para la problemática del sector, uno de los principales que enfrenta el Ejecutivo.
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