Medianeras / La generación perdida

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Educación: cotización en baja permanente. El país -Argentina digamos- ostenta índices de crecimiento exitosos, pero en el mientras tanto sus habitantes sólo cumplen años.

¿No sería casi perfecto que los habitantes crecieran y el país festejara cumplir años?.
Entonces… mientras acomodo mis pensamientos que pugnan impacientes por bucear en esas medianeras humanas -o exfoliaciones viscerales de todo tipo en pos de mezquinos intereses que no dan muestras de frenar ni dar un paso atrás antes de atropellar a la otra medianera, que es la piel del otro, la suya.. la mía- cabalgo en esta realidad que me obliga a ser buen jinete para no caer de la montura, que además debo ajustar día tras día y cada vez que a algunos congéneres, suyos y mios, se les ocurre legislar a favor de nuestro supuesto bienestar.

Bienestar, digámoslo, que sólo existe en sus trasnochadas mentes cuando declaman retóricamente una y otra vez, y otra, del brazo de la ignorancia conciente, coqueteando con la soberbia que no les permite albergar dudas -ni mucho menos culpas- sobre causas y efectos aunque comprobados por décadas, y a mano alzada votan leyes que parecen provenir de la estratósfera.

…Porque aquí, donde usted. y yo vivimos, lo cierto es que el fraude es un deporte nacional y la hipocrecía la capa real que ya le ha quitado hasta la «h» al hambre -que de todos modos igual es muda-. Sólo que el ruido a tripa vacía continía, y sólo se para tirando de ellas.

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¡Y cómo tiran de nosotros!, sin escatimar esfuerzos para obviar la realidad. Y ésta -la realidad- es que estamos en presencia de una generación que no dejará rastros. Varios son los motivos que perfeccionan esta tarea. Por ejemplo:

La inducción sistemática a un exterminio planificado, para mantener semi vacía una geografía conveniente. Ahora bien, conveniente a qué, a quién o a quiénes?

– ¿A qué? A que sigan en disponibilidad caprichosa bienes naturales que por derecho hubiesen correspondido a la generación antes mencionada, peligrando además la subsiguiente por la premeditada incapacidad de la anterior para educarla.

Entonces… Objetivo cumplido. Desinterés eficiente por identidad anulada.

-¿A quién? Al que avalado por un juramento utiliza el dolor como herramienta de poder.

-¿A quiénes? A todos aquéllos que usan a nuestro territorio como alfombra de reserva.

Así, los unos y los otros, eslabones de esta morbosa cadena, van cerrando nuestras costas.

Por eso ¿Qué vemos cuando miramos?

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* Escritora argentina.

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