José Carlos Manuel Valenzuela Feijóo (1940-2023): revolucionario y erudito

221

El tiempo, al final de los claveles, siempre es la muerte que nos llama (JVF)[1]

 

El 12 de mayo, pasadas las 18 horas del sur, un amigo me comunicaba el fallecimiento de Pepe Valenzuela (JVF), un militante e intelectual nacido en Chile, exilado en México, comprometido profundamente con las luchas de la Patria Grande latinoamericana.

Militante, de las causas justas, de los sueños socialistas, luchador por la vida y la dignidad de los más jodidos. Exilado, creo que no dejó nunca de serlo, al respecto escribía: “El [exiliado] escribe, escribe cartas. Días tras día, veinte años lleva en ello, pero no conoce el correo, no conoce direcciones, tampoco nombres…” (JVF, 2006. Exiliado. Caminar por el tiempoLa Jornada de Oriente en línea (p.84). México: Ed. Letras).

Un intelectual orgánico al decir de Gramsci, que supo avanzar en los legados del materialismo histórico como pocos, con desarrollos propios originales en la teoría marxista para dar cuenta de los derroteros del capitalismo contemporáneo. Su obra habla por sí sola, desde el profundo análisis del capitalismo mexicano, a la caracterización de los patrones de acumulación en América Latina y sus múltiples dimensiones que exceden en mucho a los límites de la moderna “ciencia económica”.

Sus análisis críticos sobre las actuales crisis del capitalismo central y la caracterización de la “degeneración” neoliberal y sus límites, son una lúcida fundamentación sobre la necesidad de las luchas por el socialismo. Sus desarrollos teóricos y sus análisis políticos fueron interdisciplinarios y, fundamentalmente pensados como herramientas para la lucha de los trabajadores y para enfrentar los desafíos del Hombre Nuevo. Calza los puntos de un Compañero según las exigencias del Che “era capaz de temblar de indignación ante la injusticia”.

Se fue un exponente irremplazable de la Economía Política latinoamericana, y un militante CAPITALISMO O SOCIALISMO José Valenzuela Feijóo - YouTubeimprescindible de la izquierda continental; quedan sus trabajos, su ejemplo, las memorias de todos los que compartimos tantos y tantos momentos valiosos.

Era un exquisito para preparar banquetes en su casa, disfrutaba de una buena comida y un buen vino; y las sobremesas en su casa, fueron las mejores cátedras a las que he asistido. Su casa fue un lugar de encuentro para latinoamericanos que vivían o pasaban por Copilco, allí se debatía de economía, de política o se compartía la diversidad de la literatura latinoamericana. Amaba también toda buena literatura, llana y sincera, campo donde también incursionó, e incluso se atrevió a la poesía.

Era enemigo de los halagos y de los reconocimientos, seguro no le gustaría leer lo que escribo, pero egoístamente estas notas son para nosotros sus amigos y compañeros. Reconocer a un maestro es, de alguna manera reconocernos, para encontrar los caminos del legado.

Nota

[1]JVF, 2006. Hipótesis. Caminar por el tiempo (p.22). México: ed. Letras).

También podría gustarte
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.