A los tres años de gobierno de la «revolución ciudadana» en Ecuador

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Alberto Acosta*
El próximo viernes 15 de enero se cumplen tres años del inicio del gobierno de la “revolución ciudadana”. Tiempo suficiente para una evaluación de lo realizado a la luz de lo ofrecido. Incluso, es el momento para avizorar la futura evolución de este proceso de cambio, en especial de sus principales propuestas que generaron muchas expectativas y esperanzas, ratificadas en sucesivos triunfos electorales.

Es preciso reconocer que son muchos los hechos y las acciones impulsadas desde entonces. Hay avances notables en varios campos. Sin embargo, no faltan contradicciones e incluso flagrantes incoherencias en relación con lo que se planteó inicialmente. También afloran situaciones preocupantes derivadas de un estilo de gobierno personalista, que no ha permitido consolidar las bases de una real participación ciudadana. Esta forma de gobernar no ha posibilitado aún la consolidación de un Estado democrático, tal como lo establece la Constitución de Montecristi, que logró plasmar esos anhelos de cambio, fundando otra forma jurídica basada en los derechos y las garantías.

Todo lo anterior, sin embargo, no puede minimizar el hecho de que la sociedad ecuatoriana ha sido sacudida por la “revolución ciudadana”. Por lo tanto, no es posible permanecer impasibles frente a lo que está aconteciendo. Para bien o para mal, dependiendo mucho del ángulo desde el que se miren las cosas, hay que reconocer que Ecuador está en movimiento. Muy pocas veces antes, sobre todo desde el inicio del proceso constituyente, que aún no concluye, se han discutido con tanta intensidad tantos temas trascendentales para la vida nacional.

Para esa necesaria reflexión valorativa de estos tres años, como otro insumo para la discusión de toda la ciudadanía, partidaria o no del gobierno del presidente Rafael Correa, considero pertinente revisar el Plan de Gobierno de Alianza País 2007-2011, elaborado durante gran parte del año 2006.

En este Plan se sintetizan centenares, por no decir miles de opiniones, comentarios, sugerencias y críticas recogidas a lo largo y ancho del país, expresadas a través de múltiples vías, como una tarea participativa que se enriqueció de manera sostenida con aportes individuales y colectivos. Hay varios campos en los que apenas se enunciaron propuestas, mientras que en otros se avanzó con más profundidad. Éste es, sin duda, el resultado del esfuerzo de muchísimas personas con espíritu crítico comprometidas con la transformación radical que requería y requiere aún el Ecuador, de personas que ejercieron su derecho a proponer y a construir. Es también una demostración práctica de la democracia del diálogo y del consenso que alentamos inicialmente en Alianza País. En suma, es un trabajo en permanente construcción de pensadores y no de seguidores dóciles, tal como reza la presentación de este Plan.

Quién tenga interés en ver la amplitud de la convocatoria en términos de autores y autoras del Plan puede revisar al final del documento una lista detallada de personas naturales y organizaciones sociales que participaron en este esfuerzo de construcción colectiva.

Por esa razón, con el fin de volver a las raíces, para disputar el sentido histórico del proceso y recuperar las propuestas básicas de este Plan, sea para apoyar su ejecución o para exigir rectificaciones, propongo una lectura comprometida de las visiones, propuestas y programas del Plan de Gobierno de Alianza País 2007-2011. Esta lectura deberá darse a la luz de las complejas condiciones externas, aquéllas que nos condicionan y están más allá de nuestras voluntades, aunque no por ello estamos absueltos de intuirlas, pensarlas y buscar alternativas. También habrá que considerar aquellas realidades internas, inherentes a nuestras voluntades, a nuestras maneras de pensar y actuar en la política, a las formas de ejercer el poder.

Este ejercicio de debate democrático debe darse en el marco del respeto y el reconocimiento al otro, garantizando su libertad, comprometidos en una permanente búsqueda ética de la libertad, la igualdad, la equidad y la justicia.

¡Todo para la patria, nada para nosotros!

*Economista, ex presidente de la Asamblea Constituyente de Ecuador, fundador de Alianza País y ex ministro de Energía del gobierno de Correa

 

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