Asombroso: a un mes del golpe de Estado en Honduras un analista del Brookings Institute, de Wáshington, Kevin Casas, recién descubrió que "Las gestiones internacionales (…) sirven muy poco. Aquí el factor decisivo es lo que haga Estados Unidos y Estados Unidos está mostrando muy poco apetito de sancionar como podría al gobierno de Micheletti".
La Casa Blanca condenó el alzamiento militar-cívico, pero no retiró a su embajador –como otros muchos países– ni a sus tropas y tampoco impuso sanciones comerciales a la dictadura. Espera que las elecciones de noviembre que ensambla el gobierno espurio para hagan olvidar a Zelaya y desactiven el movimiento popular por los hechos que entonces se generen.
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