Acuerdo migratorio suspende la embestida arancelaria de Trump contra México
Gerardo Villagrán del Corral - CLAE
Tras siete días de negociaciones, la crisis con México provocada por el presidente estadounidense Donald Trump se solucionó temporalmente con el anuncio de un acuerdo que evita una guerra comercial unilateral rechazada incluso por la cúpula política y económica de Estados Unidos.
Trump abandonó varios días de chantajes y amenazas que incluían la imposición de un arancel de entre 5 y hasta 25 por ciento a las exportaciones mexicanas enviadas a EU y respaldó el acuerdo por el que se suspende de manera indefinida la imposición de las tarifas aduanales, que calma las aguas. En el mismo, México se comprometió a reforzar las acciones para reducir la migración irregular que transita por su territorio procedente, sobre todo, de Guatemala, Honduras y El Salvador.
“Me complace informarles que Estados Unidos de América ha logrado un acuerdo firmado con México. Las tarifas programadas para ser implementadas por EU el lunes contra México, son así suspendidas indefinidamente”, tuiteó Trump pasadas las ocho de la noche, tras regresar de Europa. Y añadió que México ha acordado tomar medidas firmes para frenar la marea de migración por ese país, y hasta “nuestra frontera sureña. Esto se está haciendo para reducir en gran medida, o eliminar, la inmigración ilegal llegando desde México y a Estados Unidos”.
Trump continuó jugando con México hasta el último momento, con un tira y afloja incesante acerca de si procedería o no con su amenaza, advirtiendo que aunque podría haber un acuerdo, deseaba usar su arma arancelaria. “Si logramos un acuerdo con México, ellos empezarán a comprar productos granjeros y agrícolas a niveles muy altos, empezando de inmediato, escribió en un tuit en ruta a Washington, dando a entender que había avances y a la vez provocando consternación, porque por primera vez no vinculó comercio con migración ni siquiera mencionó a los inmigrantes.
Pero el acuerdo, si bien no marca un gran cambio ni contiene casi nada nuevo, le sirve a Trump para evitar un conflicto mayor con el Congreso y morigeró la inusual confrontación pública con legisladores republicanos, así como la creciente oposición de sectores empresariales y financieros que advertían de las consecuencias dañinas de los aranceles no sólo contra México, sino sobre los estadounidenses.
Los analistas estadounidenses y mexicanos están seguros que en los preámbulos de la campaña electoral 2020, Trump, amenazado de un juicio político por el Congreso, no abandonará uno de sus caballitos de batalla, el tema migratorio, y seguramente ésta no será la última negociación. Ya está programado un posible segundo acto para dentro de tres meses: la revisión del acuerdo.
La declaración conjunta de las cancillerías afirma que, ante la emergencia humanitaria y la situación de seguridad prevalecientes de la migración centroamericana, los gobiernos de México y EU trabajarán conjuntamente para alcanzar una solución duradera.
El canciller mexicano Marcelo Ebrard informó que el acuerdo de cuatro puntos incluye un incremento significativo de parte de México de la aplicación de la ley con la finalidad de reducir el flujo migratorio, empezando con un despliegue más acelerado de la Guardia Nacional. Señaló que se dará prioridad a los 11 municipios de la frontera sur, de manera que este despliegue empezará el lunes y dentro de un programa nacional que ya estaba en curso.
El segundo punto es ampliar el programa denominado Permanecer en México a toda la frontera donde los solicitantes de asilo que cruzan a EU serán retornados sin demora a territorio mexicano, donde esperarán la resolución de sus casos por las autoridades estadunidenses. En el acuerdo no se fijaron cuotas específicas.
El tercer punto establece la disposición de ambos países para que si las medidas adoptadas no tienen los resultados esperados, continuarán pláticas sobre otras acciones posibles en un plazo de 90 días.
Ebrard, satisfecho con el acuerdo, afirmó que Washington reiteró su compromiso con la iniciativa mexicana para fomentar el desarrollo económico regional –en el sur de México y Centroamérica– para abordar las causas a fondo de la migración y dijo que aunque los estadounidenses propusieron que México se convirtiera en tercer país seguro, eso no se plasmó en el acuerdo.
El presidente Andrés Manuel López Obrador celebró el acuerdo alcanzado y dijo que gracias al apoyo de todos los mexicanos se logró evitar la imposición de aranceles a los productos mexicanos y anunció un acto de unidad en defensa de la dignidad de México y en favor de la amistad con el pueblo de EU en Tijuana. Poco antes se había pronunciado en contra del aislamiento y la construcción de murallas, y pidió respaldar a Centroamérica: En la medida que se voltee a ver hacia los pueblos del sur y se actúe de manera solidaria con ellos, vamos a tener también en el norte una mejor convivencia.
López Obrador confirmó el despliegue de más de seis mil elementos de la Guardia Nacional (GN) en la frontera sur para frenar y acompañar la repatriación de personas en tránsito. Es mejor mantener a los migrantes en el sur a que se trasladen al norte, donde corren más peligro ante el acoso de bandas criminales, dijo. Explicó que, por ley, México debe frenar el flujo migratorio sin hacer uso de la fuerza y, a la vez, ayudar a Estados Unidos sin violar los derechos humanos.
La decisión del gobierno federal de enviar seis mil agentes de la Guardia Nacional (GN) a la frontera sur dividió opiniones de los políticos. Senadores opositores del PAN y el PRD sostuvieron que López Obrador cedió a las presiones de Washington y calificaron la solución como errática y riesgosa, ya que EU seguirá presionando.
Académicos, expertos en migración y organizaciones de la sociedad civil consideraron que militarizar la frontera sur, a través de la Guardia Nacional no garantiza la contención y disminución de la migración, y por el contrario posibilita que se violen los derechos humanos y separar familias.
Señalaron que una gestión de la migración con un enfoque de seguridad militarizada en la frontera sur del país no garantiza que los flujos disminuyan. Ante el contexto que enfrenta la zona, las personas seguirán saliendo de sus países porque no tienen otra opción. Las consecuencias de una política migratoria restrictiva son la invisibilización y vulnerabilidad de las personas en tránsito, resaltaron.
Sin acuerdo, ¿se desestabilizaría México?
El acuerdo eliminó por ahora uno de los riesgos al crecimiento, por afectar de manera directa a la actividad exportadora que contribuye con un tercio del valor de la economía mexicana, y hubiera tenido un efecto directo sobre el crecimiento, la inflación y el tipo de cambio.
El último año, México exportó a Estados Unidos mercancías por 349 mil 600 millones de dólares, lo que representó el 83 por ciento de sus exportaciones nacionales, según cifras oficiales. El sector exportador contribuye con una tercera parte del valor total de la economía mexicana. En el primer cuatrimestre de 2019, México fue el segundo proveedor de bienes y mercancías a EU (14,5% de las importaciones totales) detrás de China (16.6%).
Los aranceles que Trump amenazó con imponer a los productos mexicanos representaban un costo para los consumidores estadounidenses de 17 mil millones de dólares, según calculó el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, dado el encarecimiento de los productos que México exporta a EU, entre los que se cuentan autopartes, autos, pantallas de televisor, electrodomésticos y bienes de consumo cotidiano, como cerveza, aguacate y mango, entre muchos otros.
Para México una imposición de gravámenes también tendría impacto sobre la economía y las finanzas. El Grupo Financiero Banorte alertó que se habría aumentado el tipo de cambio, con el efecto directo en el costo de las importaciones nacionales (el país compra en el exterior 70% de la gasolina que consume, por ejemplo) y en el costo de las deudas de gobierno y empresas cuyo servicio se paga en moneda extranjera.
La conclusión ineludible es que México se encuentra obligado a una revisión profunda de su modelo económico con el fin de generar un verdadero crecimiento de su economía que vaya de la mano del desarrollo y no del sacrificio de las grandes mayorías sociales, y que permita rescatar la plena soberanía en todos los ámbitos de su quehacer interno, señala un editorial del diario La Jornada.
* Antropólogo y economista mexicano, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)