La agricultura peligra, nosotros los humanos que comemos lo que nos provee la agricultura ¡estamos en peligro! Hay una brutal concentración de semillas, fertilizantes y pesticidas relacionados con la producción agraria. El último dato de esa tendencia se produjo esta semana. La alemana Bayer, compró (se fusionó) con la norteamericana Monsanto. La operación, más grande de la historia, se cerró por 66 mil millones de dólares que fueron aportados por capital propio y de 5 bancos internacionales.

Esta fusión, donde Bayer irá enterrando a Monsanto, por su mala fama, controlará entre 25 al 30% de los mercados mundiales de sus diferentes productos. La nueva empresa tendrá dos sedes. Desde Estados Unidos se manejarán los agroquímicos, desde Alemania los productos fitosanitarios.

Entre los efectos más importantes de este acuerdo hay que destacar que con el mismo se refuerzan los cultivos transgénicos. También se fortalece la concentración del mercado de semillas, fertilizantes y pesticidas. (Habrá ¡glifosato para todos!) Hasta ahora en Europa las semillas transgénicas –en su mayoría producidas por Monsanto- tenían muchas dificultades para ser comercializadas. Con la absorción de Monsanto por Bayer es posible que en Europa y también en nuestros pagos se debilite o confunda -por algún tiempo- la lucha de quienes se oponen a tales cultivos: porque aquél ¡Si es de BAYER es bueno!, como dice la propaganda y que desde hace algunos años golpea a nuestra vista y oídos ha dejado influencias muy profundas en gran parte de la población. Esa propaganda no nos puede hacer olvidar que Bayer fabricó el gas utilizado por los nazis, con una planta de producción en el propio Auschwitz. Entre otras lindezas produjo también el “agente naranja” con el destruyeron gran parte de la forestación de Viet Nam.

Un agregado a estos “detalles” y la noticia de esta semana lo aportan estudios de la Universidad de La Plata y del Ministerio de Salud de la Provincia de Santa Fe. Según los mismos el área donde hay mayor número de fallecimientos por cáncer coincide con el mapa donde se concentra el cultivo de la soja, el uso de la semilla transgénica y de los glifosatos.

Juan Guahán