Ailton Krenak: «El ecosistema no puede ser tratado como una mercancía»

303

La esperanza baila en las pupilas de Ailton Krenak, filósofo, poeta, escritor, artista y líder indígena de Brasil, que llegó a Buenos Aires para presentar un librito extraordinario, La vida no es útil, que inaugura la “Serie pluriversos” de la editorial Eterna Cadencia, con traducción de Cecilia Palmeiro y prólogo de Natalia Brizuela, y participar del Proyecto Ballena 2023, este sábado a las 17 en el CCK. “Todas las cosas que los humanos somos capaces de imaginar nacen primero en los sueños”, afirma en un tono que destila una serenidad ancestral y luego cuenta un relato que es una invitación a recuperar el sentido cósmico de la vida. “Alguien sale de la casa para trabajar y sueña que ve una pequeña serpiente colorida que atraviesa el camino. Cuando se despierta, le cuenta a su familia: soñé que estaba caminando y aparecía una serpiente. Entonces pueden decirle hoy no vayas a trabajar, quédate aquí porque esa serpiente te dijo que hay un peligro. Todos coinciden en que si el cambio climático empeora vamos a pagar con nuestras vidas, pero nadie vuelve para la casa”, compara Ailton y despliega una sonrisa que condensa el coraje de estar radicalmente vivo.

Ailton Kreniak: Foto: Adrián Pérez

Krenak es el nombre del pueblo indígena al que pertenece, no es un apellido en el sentido en que es usado habitualmente en el sistema legal. Ailton, que nació en 1953 en Minas Gerais, es una de las voces más reveladoras del pensamiento latinoamericano contemporáneo. La tierra ancestral de los Krenak en la región del río Doce fue ocupada por el Estado brasileño en 1922. Al igual que muchos otros indígenas de Brasil a principios del siglo XX, fue forzado a vivir en una reserva indígena. En 1968 el joven Ailton y su familia fueron obligados a exiliarse. Llegó a San Pablo en 1975, asistió a escuelas occidentales, estudió artes gráficas y se involucró en el entonces emergente despertar de los pueblos indígenas que desembocó en la creación de la Unión de Naciones Indígenas (UNI) en 1983. “El humano es una peste y hasta destruir el mundo no va a salir del pensamiento antropocéntrico”, subraya el filósofo durante una conferencia de prensa en la librería Eterna Cadencia, acompañado por su editora argentina, Leonora Djament.

Generoso con quienes han contribuido a fraguar la diversidad de su imaginario, destaca como uno de sus principales maestros a Davi Kopenawa Yanomami, chamán y portavoz de los indígenas Yanomami, autor de La caída del cielo, una obra que escribió junto al antropólogo francés Bruce Albert, en la que expresa la cosmovisión del pueblo Yanomami, ubicado en la frontera de Brasil con Venezuela. Gracias a ese maestro decantó una concepción que comparte en sus libros publicados en Argentina, como Ideas para postergar el fin del mundo (Prometeo), y en las charlas que suele ofrecer. “Los humanos están comiendo la tierra como una manada de cerdos salvajes”, repite Ailton, el primer indígena que integra la Academia Mineira de Letras. Su despertar se produjo a fin de los años 70 cuando un chamán que le habló de la devastación de la Tierra por los proyectos de los blancos. “La tierra es nuestra madre y no hay vida fuera de la madre”, asegura Ailton y precisa que le resulta interesante que las investigaciones científicas actuales tienen con común con los pueblos nativos americanos el concepto de que la tierra es “un organismo vivo, inteligente, que tiene humor”.

En uno de los ensayos de La vida no es útil recuerda a Chico Mendes, recolector de caucho y líder ambientalista que luchó contra la extracción de madera y la expansión de los pastizales sobre la Amazonía. Mendes, asesinado en 1988, fue ninguneado por una autoridad pública de Brasil que preguntó: “¿quién es este tipo?”. Así como existe la obsolescencia programada por los fabricantes de ciertos productos tecnológicos, ¿hay un “olvido programado” para borrar la lucha de los militantes ambientalistas?, le pregunta Página/12. “La voracidad de esta cultura global en la que estamos viviendo percibe todo como una mercancía con fecha de vencimiento. Algunas obras literarias y algunas experiencias como la de Chico Mendes rápidamente son descartadas”, contesta Ailton y comenta que cuando miró los estantes de la librería le llamó la atención uno de los libros publicado por Eterna Cadencia: ¿Te acuerdas de la revolución?, de Maurizio Lazzarato. “Esa pregunta por la revolución es una pregunta grave porque nos olvidamos de todo”, admite y vuelve a mencionar a su maestro Davi Kopenawa Yanomami porque observa el pensamiento occidental y lo llama “pensamiento del blanco”; nape en lengua Yanomami.El blanco anota todo porque su pensamiento está lleno de olvidos; aquello que tiene que ser eterno está cargado de olvido. El pensamiento lleno de olvidos nos termina llevando hacia un agujero”.

Ensayo : La vida no es útilEl filósofo y escritor zurce la línea del porvenir entre la tercera y la primera persona. “Alguien puede decir que Ailton es muy pesimista; en verdad yo me siento pleno de esperanza porque creo que la idea de humanidad es una invención. Si la gente escapa de esa idea, se pueden experimentar otros mundos”, plantea y añade que la Organización Mundial de la Salud reconoce que “estamos en la inminencia de una catástrofe planetaria; con la pandemia se activó esa conciencia de que la catástrofe puede venir de nuestras formas de consumo y de cómo estamos devorando la tierra”, y evocó la canción “Madre Naturaleza” de Rita Lee a modo de homenaje a la cantante que murió la semana pasada.

“El mundo que está ligado a una única narrativa está acabado”. Ailton rescata esta frase de la escritora africana Chimamanda Ngozi Adichie para construir otros relatos. “Si podemos ofrecer otras narrativas, estamos evitando el desastre. La persona que vio la serpiente en sus sueños y se quedó en su casa estaba evitando el desastre. Somos ocho mil millones de personas que no soñamos más y el mundo termina siendo una pesadilla. Hay muchas conversaciones sobre la inteligencia artificial y hay una idea de que esos aparatos se apropiaron de nuestro sistema cognitivo. ¿Y si eso ya hubiera pasado y nuestra incapacidad estuviera completamente sellada? Vamos a estar reproduciéndonos como pollos en las granjas. La gente va a tener que imitar a Borges para contar una historia”, ironiza el filósofo que interpretó al vidente ciego Tiresias en Antígona en la Amazonía”, de Milo Rau, una obra que cruza la tragedia griega con la masacre que tuvo lugar en la ciudad de Marabá en abril de 1996, cuando 21 militantes del Movimiento Sin Tierra (MST) fueron asesinados por policías y militares.

“Esta semana el gobierno de Lula pasó por la prueba de carbono. Petrobras junto con otras petroleras estaban presionando para poder extraer petróleo cerca del río Amazonas. El ministerio de Medio Ambiente les dijo ‘no’. Es un costo político monumental para Lula porque fue apoyado por la derecha y ahora quiere cobrarse lo que le dio”, explica Ailton. “La Amazonía no solo produce oxígeno y lluvias, sino que produce un ecosistema. Hay que entender que el ecosistema no puede ser tratado como una mercancía -alerta el filósofo y escritor-. Cuando se cree que se puede sacar petróleo del Golfo Pérsico porque es un desierto, te estás dando un tiro en la cabeza. Quien piensa que los ecosistemas no son los lugares lindos es un idiota. Estamos derritiendo los hielos, matando a las ballenas y creemos que estamos bien”.

También podría gustarte
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.