Al ritmo de Macri, Bolsonaro y Venezuela, la murga uruguaya te la cuenta
“Murga que no paga a los murguistas, que no valen los artistas, repertorio oficialista. Murga de mansiones en el Prado, de murguistas sin tablados, de discursos camuflados”/ La Trasnochada 2019
“Yo me bajo de esta lógica binaria, de este ring en blanco y negro, de esta noria, que separa tus hermanos de los míos, del absurdo de esa línea divisoria”/Agarrate Catalina 2019
Los tablados cada año son menos y más las peleas las críticas desde los escenarios virtuales y cada 365 días se fotocopian los insultos hacia los Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos Populares del Uruguay, la DAECPU, a la que muchos consideran “la patronal” de Momo. Sin embargo, cuando se enciende la primera lucecita del carnaval de Montevideo es como si lo gris de lo cotidiano, el trabajo escaso, la miseria urbana, abandonaran la calle para hablar en verso desde las gargantas de cada participante, al compás del bombo, los platillos, el redoblante y los minutos de guitarra permitidos.
Los medios uruguayos que analizan con seriedad y pasión futbolera el fenómeno llegaron este año a hablar de “grieta” entre las murgas que participaron del concurso oficial, a las que llegaron a dividir en “oficialistas”, las que “oportunamente” dejaron de serlo y las “opositoras”.
La contienda se divide en clasificación, primera y segunda rueda y “liguilla” final. De las 20 agrupaciones que participaron, la mitad llegó directo al escenario del teatro Ramón Collazo -a cielo abierto y río a la vista- por haber sido finalista el año anterior; las diez restantes debieron pasar por una previa en la que se impuso, sin discusión, “Agarrate Catalina” que, tras ser campeona en 2007 dejó de participar y tuvo que hacer cola como cualquier hija de vecino, la misma que la condujo al fracaso en la “prueba de admisión” del 2015.
Hostigadas por un febrero con más lluvias de lo habitual, cada actuación se somete a la puntuación de un jurado que incluye diferentes porcentajes para los rubros “voces, arreglos y musicalidad”, “textos e interpretación”, “puesta en escena y movimiento escénico”, “coreografía y bailes” y “vestuario, maquillaje y escenografía”; subdividos a su vez en subcapítulos como “voces y arreglos”, “musicalidad y textos”, “interpretación y movimiento escénico, “vestuario, maquillaje” o “visión global”, con puntuaciones específicas, globales y corregidas de una etapa a la otra. ¡Complejísimo!
La decena que logró más simpatías y desembarcó en la ronda final, después de la suma del galimatías temático, terminaron en una tabla de posiciones apretada, con cuatro de ellas separadas por apenas 58 puntos sobre más de 2100, en un fallo que, como cada año, dividió a uruguayas y uruguayos con más pasión que la que despierta un penal no cobrado a Nacional o Peñarol.
El relato de todos los relatos
Durante febrero y parte de marzo, la fiesta dedicada a Momo, el dios griego de la broma, lo ocupa todo y no deja tema sin abarcar, con la crítica política al tope de sus versos, recreando aquel origen que bajó de los barcos hace más de un siglo, probablemente de la mano de “La Gaditana”, llegada desde Cádiz para convertirse en embrión de este fenómeno cultural, social, barrial y político que no tiene parangón, en aquel puerto español y, ni qué decir, en la “porteña” costa occidental del Río de la Plata desde la que se intenta construir esta crónica[1].
La denuncia, por jocosa que sea, está en la esencia de estos coros, exclusivamente masculinos durante décadas, hasta que los nuevos tiempos, la ampliación de derechos, la pelea por la igualdad de géneros, resquebrajaron las trabas masculinistas y algunas mujeres se subieron a los tablados. El año pasado, por ejemplo, la Falta y Resto y su “Misa Murguera” hicieron estallar las opiniones con seis mujeres sobre el escenario, junto a siete varones componiendo el coro y destapó machismos radicales que llegaron a sostener que “el carnaval se está ´aputazando´». El grupo del ya legendario Raúl “Tinta Brava” Castro no entró a la liguilla y, un año después, ni siquiera participó del certamen, por desavenencias entre el capo carnavalero y su socio Hugo “Piruja” Brocos, para muchos por cuestiones de “género”, para algunos por disputas gremiales…
Durante el Carnaval 2019, con las elecciones presidenciales y parlamentarias del 27 de octubre como permanente telón de fondo, las murgas recorrieron temas tan cotidianos como el cuidado de los dientes, las características del cuerpo, la búsqueda de apartamentos, las inauguraciones de obras,los más de 70 cajeros automáticos explotados con garrafas con fines de robo o el “poliamor”. Navegaron las aguas de la “inseguridad” y la trillada demanda de los sectores más derechistas de la política y los medios de entregarle más poder a policías y militares para “vivir sin miedo” y, como siempre, tomaron a la región (Brasil y Argentina) como un reloj que adelanta, de cuya derechización deben cuidarse. El año pasado le dieron duro a un Macri represivo y responsable de la desaparición de Santiago Maldonado, en esta oportunidad volvieron a remarcarlo, aunque siguiéndole los pasos al flamante presidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro. Venezuela, su mandatario Nicolás Maduro y el secretario general de la OEA Luis Almagro, intervencionista y ex canciller uruguayo, se hicieron presente una y otra vez bajo la cubierta de “la inmigración”, la preocupación por la xenofobia y la simpatía por la tonada y el ritmo caribeño.
Distintos conjuntos decidieron sobrevolar diferencias, plantear que progresistas y derechistas no son tan diferentes, hasta llegar al lenguaje incluyente para proponer ser “más amigues” entre las partes. La Mojigata, que raspó el décimo puesto final, se bajó del escenario jugando a superar las divisiones y lograr que el público se abrazase, en un “taller para la convivencia entre compatriotas que piensan distinto”; atrás, el coro afirmaba que “Un compatriota es una luz / brillando en un apagón”.
Agarrate Catalina, la murga de los hermanos Tabaré, Yamandúy Martín Cardozo, caminó por una senda semejante y armó tal desparramo que hubiese justificado que a su nombre le agregaran el “que vamo´a galopar” que completa el dicho. Después de siete años volvió al escenario mayor de la música y la cultura uruguayas, el del carnaval, con su espectáculo “Defensores de causas perdidas”. Tabaré –cantante solista, poeta, músico, además de letrista, director musical y escénico del grupo- arregló la música del bolero ranchero «La media vuelta», del mexicano José Alfredo Jiménez, para acompañar al cuplé dedicado a “las clases sociales” y remarcar “Ya no quiero ser soldado de una idea / ni rebaño de la izquierda o la derecha / Me resisto a etiquetar a las personas / ¡y me cago en la locura de esta brecha!”.
La Catalina salió segunda, 45 puntos abajo de la campeona Trasnochada, un resultado que
solo puede darse en Uruguay, que es donde viven la disputa. En cualquier otro lugar de la galaxia, con jurados sin prejuicios ni presiones, una murga que cantó mejor, vistió mejor, se maquilló como ninguna, tuvo una batería afiatada y con la voz incomparable de Freddy “el Zurdo” Bessio (sí señora, la que arranca “Eeeees el amor…” de Jaime Ross), que subió un coro con solistas extraordinarios y metió en la segunda ronda un imperdible “Mundial 2030”… no puede perder. Solo en Montevideo.
Ese carnaval sin comparación posible, expresa el lado crítico de las cosas en el país, le pinta colores al lado oscuro de la Luna. La opinión política aprieta al aparato de “medición” de talentos y creatividades y las hinchadas acompañan y forcejean a quienes las expresan. Sorprende que los comentaristas murgueros no hayan reparado en el contenido de “Librepensador”, el último trabajo del mayor de los Cardozo, un doble que incluye “La Ley de Newton”, y no hayan tomado nota deaquellos versos en los que adelantaba que “Cuando todos se suben al barco / Yo me tiro por las escaleras”, informaba que “Ya no tengo club / ni asociación / ni sindicato / Brindo a la salud / del desertor / en desacato” y aclaraba que “Ya no entiendo el idioma que usan / los guerreros de nuestra patota / y me asusta seguir la manada / que defiende, con uñas y dientes / viejas fórmulas equivocadas / que funcionan mecánicamente”. Por las dudas, el líder de la Catalina anunció a quienes supieron escucharlo: “Ya no tengo club / ni asociación / ni sindicato / Brindo a la salud / del desertor en desacato” y se excluyó de “una guerra que no me interesa”.
Traducido a murga, los más de 100 tablados montevideanos que pisó Agarrate Catalina en 45 días, más la multitud que colmó sus tres noches del Teatro de Verano, aplaudieron a rabiar cada vez que cantó “Yo me bajo de esta lógica binaria, de este ring en blanco y negro, de esta noria, que separa tus hermanos de los míos, del absurdo de esa línea divisoria”, planteo que puede compartirse o no, pero que fue presentado en una fiesta carnavalera y no en un congreso de politólogos o en una asamblea partidaria, con miras a las internas del 30 de junio próximo.
.¿Un rencor de Trasnoche?
Como tantas otras murgas, La Trasnochada, la campeona, ancla su origen a un grupo de amigos divirtiéndose, que se hicieron “parodistas”, hasta que una noche alegre de Florianópolis, decidieron ser murguistas. La media supera los 30 años, esa franja que deja atrás a la “murga joven”, mira a la “tradicional” y busca su destino. Más o menos la misma baldosa en que se paran la Catalina, Queso Magro, La Mojigata o Cayó la Cabra, que fueron “jóvenes” y hoy son “distintas”, sintetizan su origen con tradiciones como la potencia de sus coros en que los “segundos” armonizan con “primos” y “sobreprimos”, respetan lo bueno del pasado, gambetean el reglamento obsesivo, y hasta confundidor, y le meten su impronta.
Un ejemplo de esa tónica es Queso Magro, sobre todo con sus “retiradas”, ese cierre por todo lo alto, en el que inevitablemente se presenta el primer lagrimón por la despedida, se promete un nuevo carnaval y tiene un valor casi sacro en esta tradición de verano. Los “lácteos”, sin embargo son distintos, este año se le atrevieron a tanta pauta emotiva y terminaron sus actuaciones homenajeando al cuerpo humano, con melodías de Los Nocheros le cantaron… al intestino grueso. Irreverentes, divertidos, la muchachada surgida de la Asociación Cultural Israelita Jaime Zhitlovsk ni arrimó, se quedó con el mufoso puesto número 13, pero destornilló de risa a su público, y al de las formaciones rivales.
Volviendo a la ganadora, para el jurado Trasnochada hizo todo bien y fue escalando rueda a rueda, igual que Catalina pero con mayor impulso. Además de los puntos, dos semanas después de que bajara el telón le otorgó los premios principales que puede recibir una murga, empezando por el de “Mejor espectáculo de carnaval”. En una competencia por andariveles que no se tocan, en la que esas agrupaciones son reinas pero comparten cartel con parodistas, humoristas, sociedades de negros y lubolos y revistas, alzarse con la corona global no es cosa fácil para un coro con mucho menor despliegue escénico que decenas de vedetes, mama viejas, actrices y actores, cuerdas de tambores, cantantes… De hecho, desde el 2011 de una Agarrate Catalina deslumbrante no lo lograba, La Trasnochada lo hizo.
También consiguió el premio a la máxima “Figura de Murga” para Maximiliano Orta, un “veterano” de 33 años, descendiente de parodistas y ex integrante de uno de los grupos más destacados en ese rubro como son los Zíngaros; estuvo a cargo de bastonear las críticas a «La ciudad de la transa», con buen manejo del escenario y una voz que no es de las más destacadas del carnaval. Tuvieron la frutilla de su torta al llevarse el premio a la “Mejor Retirada de Murga”, merecido como el de tantas de sus colegas, en el que, obvio, ruega un “Carnaval quédate un poco más / que no se muera la noche” y mete una de las mejores figuras de la poética de este año cuando le pide a Momo “Que se nos parta la vida en el pecho / y el corazón le tire un caño a la razón”.
El capítulo más fuerte de su espectáculo, sin embargo, la muestra enojada, como con más interés en descalificar que en ensanchar su propia leyenda, que ya la tiene. El cuplé «La Murga no transa» arranca con la mejor tradición del relato que describe al pueblo que “espera en Febrero al caer el sol, cuando los tablados se van vistiendo a marcha camión / no tengo un estilo ni tengo un barrio que me acunó, soy de todos lados, soy de la doña, soy del señor, y del niño con la ilusión prendida en el corazón”. Enseguida arranca su pelea porque su “canción, no es pa’ la tribuna, a mí me sale del corazón, dicen que hay algunas que cantan fuerte en algún tablón, pero no se juegan la vida abajo, cuando hay que ir, y en la lucha ajena jamás sus voces oigo latir”. Hace delirar a su hinchada, y fruncir el ceño de las rivales cuando levanta el dedo contra la “Murga que no paga a los murguistas / que no valen los artistas / repertorio oficialista”.
Bastardeando el esfuerzo
Sentarse en cualquiera de los tablados de un febrero que se estira en marzo, entre familias que llegan con sus almohadones, sus bolsos gigantes con sándwiches de milanesa, bizcochitos y refrescos, el termo bajo el brazo y el mate aferrado a cinco dedos, es entrar en el mundo fascinante de recorrer una realidad de rostros pintados de mil colores, al compás de voces afinadas y repiques que enardecen, esquivando vendedores de bingo, pregones del “whisky del Uruguay” y sin resistirse al convite del humo parrillero que anuncia el choripán o los frankfurter.
Para el disfrute de ese mundo se preparó Doña Bastarda, la “Revelación 2018”que armó un equipo 2019 como para lucirse en el Mundial de Qatar. Sin embargo… no llegó a la Liguilla. Incluso para quienes no son “expertos”, la presencia en sus filas de nombres como los de Pablo “Pinocho” Routin, durante una década miembro estable del coro que acompañaba a Jaime Roos; Javier Carvalho, la flauta vocal de tantos años en Falta y Resto, o de Alejandro Balbis, solista en el presente y director también de la murga de los Castro, la ponían en carrera.
Para aumentar la expectativa, el hilo argumental trazado a partir de los mitos griegos, que dibujaron Emiliano Tuala y Camilo Abellá, sus directores artísticos y letristas, prometía buenos vientos para una embarcación que ancló en puertos como los de la Retórica de Aristóteles, con su debate de ideas; la caverna de Platón, que trituró a los medios; el salpicón de la disputa entre la comedia y la tragedia o el ágora de Sócrates, en el que se debatió sobre “la inseguridad”, para rematar con su despedida dedicada a la Democracia, sin dejar de criticar al machismo.
Según las planillas del jurado, la Bastarda sumó 1336 puntos en sus dos pasadas por el “Ramón Collazo», ese coliseo de un pueblo al que los “Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos” no siempre escuchan. Con esa cifra hubiese superado a La Consecuente (1301) y a La Mojigata (1266). Sin embargo, por superar en algo más de dos minutos en el tiempo reglamentado para el uso de la guitarra y por bajar 7 segundos tarde del escenario, le quitaron 82 puntos; 1336-82= 1254, es decir, fuera de la Liguilla. Los 10 puntos por retirarse a destiempo se los comieron, pero apelaron los 72 por la guitarreada, alegando que no figuraba en el reglamento publicado por la Intendencia Municipal montevideana en su web. Las autoridades aseguraron que habían entregado el documento a los directores y que el digital no es “institucional”. Marche preso, con todo y su retirada que anuncia que “La democracia va caminando por las calles de la historia para que una murga viaje / mientras canta la memoria”.
En el arranque del año electoral, el grupo cantó que “Un río de libertad / va naciendo de la oscuridad / es en la democracia que renacerá / cuando habrá que volver a empezar / Y sale el sol otra vez / los sonidos de un amanecer / juventudes que entonan la nueva canción / de esperanza y también de dolor” y cuenta que “En el barrio hay una peña y nadie puede faltar / brindaremos por la vuelta con el canto popular / Una Ve de la victoria un discurso en el balcón / mientras suenan cacerolas bailando a marcha camión / por los muros se dibujan la leyenda nunca más /pero el pueblo va a las urnas pa’ votar la impunidad”.
Telón rápido
Toda crónica es una injusticia, con el sesgo del recorte, los gustos de quien escribe, la traza milimétrica entre objetividad y neutralidad, subjetividad y parcialidad. Los fenómenos culturales son productos de los más, y ellos son ejecutores de sus prácticas sentidas o comparsas de los guiones de los medios.
Sería injusto, por ejemplo, no dedicarle una línea a esa batería caribeñizada de (otra vez) Queso Magro con su “tutorial con tips de batería uruguaia”, que ni figuró en la terna oficial de menciones; como es penoso no hablar de Cayó la Cabra, tercera en discordia, que salpicó para todos lados y atendió a Bolsonaro, el maestro Tabárez, a Maradona y a Messi, con buena música para hablar hasta de las relaciones sexuales. O de La Clave, la murga de San Carlos que hace rato juega de local en la capital oriental y hace que los montevideanos disfruten con su un cuplé sobre la «Fiesta en el interior», en la que “hay comida pa’ tirar pa’ arriba / con buseca podés arrancar / hay cordero y chorizo por metro / y de postre una vaca al pan”, donde “mate, vianda y alcohol / es como sexo droga y rock n roll”.
Para estirar el cierre de esta nota, por lo menos hasta el puesto quinto, vale agregar que tampoco sería ecuánime no mencionar a “La venganza de los utileros”, que irrumpió hace tres años, logró conmover al carnaval y… ahí quedó. No son los que mejor cantan, pero sí los que más duro le dieron a la marea derechista en su país y en la región, aunque pegando a unos y otros, al kirchnerismo argentino y al Lula brasileño, al Macri que “les metió tremendo tarifazo” y “al fascista” Bolsonaro y, con sus “Hijos del desencanto”, alzó el muñequito al mejor cuplé. Si se quiere recorrer el escenario completo cómo no mencionar a las gigantescas, y añejas, Gran Muñeca, Araca la Cana, Curtidores de Hongos y su Julio Pérez, “Mejor solista de Murga”, y La Consecuente, es decir a Diablos Verdes con otro nombre, cargando a su medallero el premio al “Mejor Coro de Murga”. Todas ellas ocupando de corrido del sexto al noveno puesto, y eso que cantaron y cantaron, como debe hacerlo una murga que se precie de serlo.
En el Río de la Plata y en la región ampliada hasta más allá de la cordillera y hasta la mayor parte de la alegría brasileña, no hay construcción cultural más genuina que la murga uruguaya, con sus voces y sus críticas, sus trajes, sus caras pintadas y sus descripciones sin piedad, o con piedad; con sus llantos, en medio de las risas. Sucede que a veces, tanta vida y tanto esfuerzo, de trabajadores que se visten de murguista por un rato y se sacan el disfraz en pleno viaje a la diaria, no entran en los frascos que los quieren contener.
Sin embargo, lo que se derrama sirve para tirar, al menos, hasta el otro carnaval.
Retirada
Para los quienes quisieron ser murguistas y no fueron a ensayar y para los que jamás disfrutaron del carnaval de Montevideo, acá les quedan los enlaces a las 10 primeras murgas de la Liguilla Final y, dos más, por el capricho de quien edita la crónica.
-LA TRASNOCHADA. Liguilla 2019, actuación completa. https://www.youtube.com/watch?v=staDpMJoQAM
-AGARRATE CATALINA. Liguilla 2019, actuación completa. https://www.youtube.com/watch?v=cpG7rSx1kLs&t=306s
CAYO LA CABRA. Liguilla 2019, actuación completa. https://www.youtube.com/watch?v=xi-vB0Qm8UE
LA CLAVE. Liguilla 2019, actuación completa. https://www.youtube.com/watch?v=fJ9XEOMXQds
LA VENGANZA DE LOS UTILEROS. Liguilla 2019, actuación completa. https://www.youtube.com/watch?v=IsOhPOg4Cp0
LA GRAN MUÑECA. Liguilla 2019, actuación completa. https://www.youtube.com/watch?v=cCCzCfCUvOg
ARACA LA CANA. Liguilla 2019, actuación completa. https://www.youtube.com/watch?v=DkVAYKg6VG0
CURTIDORES DE HONGOS. Liguilla 2019, actuación completa. https://www.youtube.com/watch?v=e5iazWreWqw
LA CONSECUENTE. Liguilla 2019, actuación completa. https://www.youtube.com/watch?v=4bC-4g-f7_g
LA MOJIGATA. Liguilla 2019, actuación completa. https://www.youtube.com/watch?v=BOQt0YoXKPY
DOÑA BASTARDA. Liguilla 2019, actuación completa. https://www.youtube.com/watch?v=LY5Sfz9RKcE&t=1371s
QUESO MAGRO. Liguilla 2019, actuación completa. https://www.youtube.com/watch?v=5DltWsxj2DI
Notas
[1] Carlos A Villalba: Críticas desde el otro lado del río: Las murgas uruguayas y Macri (http://estrategia.la/2018/02/26/criticas-desde-el-otro-lado-del-rio-las-murgas-uruguayas-y-macri)
*Psicólogo y periodista argentino, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la). Nota ilustrada con fotos del autor, capturas de pantallas y datos de Momocarnaval: https://www.facebook.com/momocarnaval/