Gisela Ortega.*
Debido a que los desastres y conflictos armados son cuestiones que se relacionan tanto con la acción benefactora como con el desarrollo, UNICEF ha adoptado un enfoque estratégico con respecto a la reducción de los riesgos a fin de prevenir, mitigar y llevar a cabo actividades de preparación ante las situaciones de catástrofe en todos los sectores y en todas las bases de la acción caritativa.
El organismo internacional fortalecerá sus políticas y procesos de programación a fin de garantizar que las oficinas de los países reciban la orientación y el apoyo que requieren para poner en práctica enfoques de reducción del riesgo como parte de sus programas.
UNICEF continuara aumentando el nivel de sus actividades en materia de alerta temprana, preparación y planificación para las situaciones de emergencia, así como vigorizando la capacidad a nivel nacional. Se brindará apoyo técnico por medio de especialistas en sistemas a los países que atraviesen crisis humanitarias o que estén en peligro de sufrirlas. La organización colaborará con las oficinas regionales a fin de aumentar el grado de capacidad y aplicar enfoques integrados orientados a la mitigación, reducción y reparación ante las situaciones de emergencia.
Esa política resulta particularmente adecuada en el plano subregional, donde las devastaciones naturales y los conflictos armados suelen superar las fronteras nacionales y exigen políticas integradas transfronterizas de prestación de ayuda, mitigación de los efectos, reducción de los riesgos y preparación.
Para confrontar los desafíos crecientes que presentan los desastres y conflictos armados, si como para reducir el grado de peligro que corren las y los niños y garantizar respuestas más confiables y procesos de recuperación sostenibles resulta fundamental aprovechar la capacidad combinada de las partes interesadas en cada país. UNICEF también seguirá profundizando su colaboración con las oficinas de las naciones para que las autoridades de gobierno –tanto nacionales como subregionales- y las organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil adquieran mayor capacidad.
En ese contexto se brindará particular apoyo a las regiones que se encuentren en situación de postcrisis y a los que atraviesan situaciones de emergencia prolongadas y complejas, como las que requieran la realización simultanea de operaciones humanitarias y de recuperación. En tales circunstancias las intervenciones benefactoras y de desarrollo deben adecuarse a la situación y tener en cuenta las características políticas y de seguridad del ámbito en que se desarrollan.
La vigilancia y el análisis sistemático de la situación de las y los niños, chiquillos y mujeres tienen una importancia fundamental con respecto a la eficacia de la acción misericordiosa y la recuperación después de la crisis. UNICEF continuara invirtiendo en los procesos, sistemas y herramientas que permitan obtener información oportuna y pertinente acerca de la situación de las y los párvulos y mujeres así como los resultados de sus labores benefactoras.
Uno de los factores más importantes con respecto al aumento de la capacidad de respuesta benéfica es el aprovechamiento de las lecciones obtenida en las situaciones de emergencia anteriores. El organismo seguirá colaborando con el desarrollo de una sólida base de pruebas que se empleara en las labores de programación, y tratara de fortalecer las herramientas y la capacidad de los países en materia de análisis de la vulnerabilidad y capacidad, especialmente en lo que concierna a los menores y mujeres.
La organización respaldara la elaboración de estrategias más amplias de reducción de los riesgos y de respuesta humanitaria que guarden conformidad con sus compromisos básicos para la infancia en situaciones de emergencia. También implementara un sistema de vigilancia del desempeño, que servirá para aumentar y mejorar la capacidad y los sistemas nacionales de supervisión a nivel y de grupo sectorial, conforme a los mecanismos interinstitucionales de rendición de cuentas.
Por medio de las iniciativas y el apoyo originados en su sede, UNICEF ha mejorado en años recientes los sistemas internos de respuesta a fin de que funcionen de manera oportuna y confiable. Entre las medidas tomadas figuran:
— El aumento de la capacidad de despliegue inicial de personal por medio de asignaciones internas, empleo de personal de reserva y disposiciones para frente a las contingencias.
— La modernización de las instalaciones de depósito y almacenamiento en Copenhague y la descentralización de la red de sitios de acopio preventivo de suministros.
— La creación de mecanismos internos de respuesta rápida que posibilitan la financiación inmediata de las labores orientadas a salvar vidas en las 48 horas inmediatamente posteriores al inicio de las situaciones de crisis y cubrir los déficits de fondos hasta que sea posible hacer uso de los recursos de los donantes.
— La simplificación de los acuerdos de alianza con las organizaciones no gubernamentales, como la revisión del marco del Acuerdo de cooperación con los asociados.
Los importantes avances logrados en cada uno de estos aspectos críticos se referirán aún más mediante el empleo sistemático de los nuevos métodos y políticas operacionales, así como mediante el aumento de la capacidad a nivel regional y del país.
UNICEF mantiene su compromiso de fortalecer su capacidad de liderazgo sectorial y las funciones que desempeña como organismo aliado de conformidad a lo estipulado por el Comité Permanente entre Organismos. En el plano mundial, es la institución a cargo de los grupos sectoriales de nutrición, agua, saneamiento e higiene y educación,
En el marco más amplio del grupo sectorial de protección, es el organismo coordinador de los grupos de trabajo sobre la protección de la infancia y sobre la violencia basada en género, que comparte con el Fondo de Población de las Naciones Unidas.
Forma parte integral de los grupos sectoriales de salud, logística y recuperación y comparte la presidencia de los grupos de referencia de salud mental y apoyo psicológico. El establecimiento continuará colaborando con sus aliados a fin de aumentar la capacidad de respuesta tanto a nivel mundial como de países, de instituir normas y políticas, de crear herramientas y de brindar apoyo operacional. Entiende que el enfoque sectorial ofrece un importante punto de entrada para la creación de capacidad y el desarrollo de sistemas de los aliados sectoriales en el plano nacional, así como para la mayor integración de la reducción de riesgos en las actividades de preparación, respuesta y recuperación con posterioridad a la crisis.
Para poder llevar a cabo las acciones mencionadas y brindar el grado de apoyo mundial necesario a las iniciativas, UNICEF requiere de 49 millones de dólares EEUU para este 2010. con esos fondos podrá mantener la capacidad institucional necesaria para garantizar las intervenciones de calidad consistente, la implementación de enfoques organizativos estratégicos, la colaboración con los gobiernos nacionales en la generación de consensos y compromisos, la prestación de apoyo técnico, el fortalecimiento de la acción humanitaria predecible mediante el enfoque sectorial y la creación de capacidad a nivel nacional en colaboración con los aliados y los gobiernos en todos los sectores.
Fuente:
Informe de Acción humanitaria 2010, de UNICEF.
* Periodista.
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