Argentina 2010 en estado de alerta: Ofensiva destituyente (¿neo golpista?) de verano

1.266

Vìctor Ego Ducrot *
La derecha política y económica concentrada, alentada por el gobierno de Obama, pretende -a partir de la intentona desestabilizadora que encabezara la dirigencia patronal del agronegocio a principios de 2008- crear un escenario de crisis con la ilusión de forzar una salida anticipada de la presidenta Cristina Fernández. Un dislate sí, pero mejor prevenir que curar.

En junio de 2009 las fuerzas dispersas de la restauración derechista lograron un muy buen resultado en las elecciones parlamentaria de medio mandato. Creyeron entonces que tocaban el cielo con las manos, pero la realidad indicó otra cosa; con iniciativas profundas como la nueva ley de medios audiovisuales, asignaciones sociales para la infancia y medidas que le quitaron gravedad a las consecuencias de la llamada crisis global, el Ejecutivo ganó la iniciativa y la derecha quedó boquiabierta, pensando en cómo volver a las andanzas.

Inspirados en el globo de ensayo que sus pares centroamericanos y el gobierno de Estados Unidos lanzó sobre Honduras – un verdadero neo golpe de Estado-, el bloque reaccionario local se lanzó al contraataque, esta vez con el aval explicito de la Casa Blanca, según los dichos y hechos protagonizados hace pocos días, justo cuando el año concluye, por el subsecretario para América Latina del Departamento de Estado, Arturo Valenzuela.

El alto funcionario estadounidense se hizo portavoz de los intereses restauradores neoliberales de las empresas más concentradas y convalidó con encuentros a algunos de los principales jefes de la lumpen derecha política argentina, como el vicepresidente Julio Cleto Cobos, el intendente de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri (también jefe empresario) y el diputado Francisco de Narváez. Qué raro que por ahí no anduvo Elisa Carrió, paladina de invocaciones destituyentes y catastrofistas. ¿Será que las operaciones del gobierno Estados Unidos la expusieron demasiado en los últimos años; o que ya no les interesa?

Esos episodios tuvieron lugar en forma casi simultánea con una serie de hechos más que sintomáticos: el lanzamiento de una ola de crímenes y violencia organizada por elementos de las fuerzas de seguridad; una ofensiva de la Corte Suprema de Justicia contra el Ejecutivo; el abroquelamiento en masa de las corporaciones mediáticas en una verdadera campaña de tergiversaciones y mentiras; y hasta la interferencia del sistema de comunicaciones del helicóptero oficial que usa la presidenta, con insultos y pedidos de magnicidio.

El 18 de diciembre, en el diario Página 12 de Buenos Aires, el ex vicecanciller Roberto García Moritán escribía: “lo ocurrido en Honduras es una catástrofe que las elecciones recientes no podrán borrar tan fácilmente y afecta a todas las latitudes. Aunque se insista que no es un precedente y que las democracias nacieron de elecciones que tuvieron lugar con dictaduras, el antecedente es muy peligroso en una región donde siempre está en jaque la gobernabilidad. Algunas capitales se están equivocando al juzgar tan ligeramente lo que significa defender valores y principios, en particular cuando se ha trabajado tanto para que la democracia sea un principio estable y duradero. El pragmatismo es un concepto que en ocasiones genera eventos inesperados y despiertan fantasmas dormidos”.

La historia del siglo XX latinoamericano es también la historia de las alianzas de los elementos locales más reaccionarios con las estrategias golpistas conducidas por Estados Unidos, que tantas vidas costaron. Existe una verdadera biblioteca con investigaciones, documentos oficiales desclasificados y testimonios de las más variadas naturalezas que dan fe de ello.

Sin embargo a muchos actores del escenario local les cuesta aprender la lección. Será por eso que por ahí andan personajes y fuerzas que se dicen progresistas, nacional y populares y de izquierda, de diversos pelajes por supuesto –algunos recientes aliados del oficialismo-, que asumen el posicionamiento objetivo de la derecha más reaccionaria, y más allá de sus pomposos discursos, le hacen el juego o se ponen del lado de los neo golpistas. ¿Es qué no entienden, no quieren entender, o simplemente son farsantes y oportunistas; o peor aun, esconden romances no muy santos y hasta pecuniarios con “la Embajada” y-o con las corporaciones más concentradas?

En rigor de verdad – por lo menos de la “verdad” que asume nuestra línea editorial- esos malabares “progresistas” no representan ninguna novedad. Lo que sí es nuevo, propio del escenario actual, es la capacidad de fuego que lograron las corporaciones mediáticas como maquinas de guerra simbólica, puestas a disciplinar tras sus intereses (que coinciden con los del bloque restaurador, porque de él forman parte) a importantes contingentes sociales.

Las bibliotecas citadas en un párrafo anterior dan cuenta de otra experiencia histórica: la organización y movilización de los sectores democráticos y populares no sólo puede contra las operaciones mediáticas sino contra los representantes de la barbarie destituyente y neo golpista en general.

 ¿Un 2010 argentino en estado de alerta?Sí, es mejor que así sea, para defender la Constitución y al gobierno legítimo de los argentinos. Será ese el mejor homenaje que nos podemos hacer en el año del Bicentenario.

*Periodista, escritor, director de la Agencia de Prensa del Mercosur

También podría gustarte
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.