ARGENTINA ATROPELLADA POR LOS ACONTECIMIENTOS

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Es decir, cuando el precio del barril supere los cien dólares, y seguramente los superará pronto, nosotros tendremos que importar lo que hoy irresponsablemente dejamos que las multinacionales exporten a su solo y exclusivo beneficio. Aún no habíamos digerido ese mala noticia, cuando Repsol la confirmó y la agravó: sus (en realidad, nuestras) reservas en la Argentina han disminuido en un 20%, y sólo alcanzan ahora para 9 años de extracción.

Para el argentino medio esas dos «pálidas» son una sorpresa. Pero para el gobierno y para Repsol y sus socias multinacionales hace rato que dejaron de ser novedad.

Durante el año 2004 y 2005 se conocieron varios y serios trabajos sobre este delicado tema. Por supuesto, ningún medio grande los difundió, pero es imposible suponer que el gobierno no los conoció aún antes de que se difundieran subterráneamente.

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Motivos de insomnio

A mediados de 2005 la Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina-FeTERA realizó un completo estudio sobre esta delicada materia. La información que aportan es contundente y reveladora. Ese trabajo de FeTERA tiene ya casi dos años (es de marzo de 2004) y está realizado con datos de 2003 aportados por la Secretaría de Energía de la Nación.

¿Es inocente el Dr. Kirchner y su Gabinete en este descalabro «sorpresivo»?

El 13 de enero de este año nos ha llegado una información más intranquilizante aún:

Se ha informado de un acuerdo de ENARSA con tres empresas extranjeras (PETROBRAS, PetroUruguay-ANCAP y REPSOL) para la explotación en la plataforma oceánica. (La información puede leerse en:
www.clarin.com/diario/2006/01/12/elpais/p 00601.htm)

Una frase merece especial atención: De Vido aseguró que «los recursos hidrocarburíferos que se obtengan con estas iniciativas serán de libre disponibilidad de acuerdo con las leyes vigentes».

Añade el documento recibido: Ya son de libre disponibilidad el 70% de los millones de dólares producto de la exportación depredatoria de nuestros recursos; por lo tanto, más allá del discurso, se continúa con la misma política de entrega y sumisión nacional. En diez años de gestión privada de REPSOL se llevaron US$ 120.000 millones –la cantidad puede ser exagerada, aunque fue mucho lo que se llevaron–.

Y termina: Es urgente convocarnos y avanzar en el desarrollo del movimiento por la recuperación del patrimonio hidrocarburífero argentino. Difundamos entre todos los adherentes la convocatoria a la próxima reunión de la segunda quincena de Febrero.

En otras palabras, el gobierno, no sólo conoce este drama «de naranjo», sino que persiste en la inconciencia y lo agrava día a día.

foto¿Y el señor presidente?

Estimo que la señora Analía Quiroga, vicepresidenta de la ruralista CARBAP, se excedió en su lenguaje al decir que «al doctor Kirchner le falta cerebro». Al fin y al cabo, es nuestro presidente, y si el doctor Kirchner no actúa con la altura suficiente como para provocar nuestro respeto, al menos hay que hacerlo por consideración a la investidura presidencial que ostenta, aunque él se empeñe en disimularlo.

Insisto, creo que la Sra. Quiroga se excedió en el lenguaje; pero, dicho respetuosamente, la conducta del gobierno en temas estratégicos tan serios como el energético está señalando que acá falta capacidad o seriedad o decencia, o quizás las tres juntas. La tan particular relación que existe entre REPSOL y el doctor Kirchner, desde la época en que éste era gobernador de Santa Cruz, legitima la sospecha sobre la última de las tres falencias citadas.

De cualquier manera, la gran asignatura pendiente de este gobierno son las políticas de fondo, la estrategia nacional que el país requiere con urgencia e indispensablemente. No es sólo la energía, sino también la falta injustificable, y a esta altura dolosa, de una política territorial y poblacional –las compras masivas de tierras de frontera apenas pobladas, por parte de extranjeros, siguen a tambor batiente–, la insólita ausencia de un plan de desarrollo económico con sus correspondientes perfiles industrial y tecnológico, de planes de salud y educación, de defensa y conservación ambiental.

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Nada hay previsto para el mediano y largo plazo. Todo se agota en jugadas de 24 horas, y así no hay nación que soporte el vendaval de un mundo tan acelerado como el que vivimos.

Acumulación negativa y abultada

Nadie en los despachos oficiales habla siquiera de la reforma fiscal –la estructura impositiva sigue siendo la misma regresiva adoptada por Menem y Cavallo–, de la reforma crediticia –en este punto rige aún, en lo básico, el diseño hecho por Martínez de Hoz–, de la reforma bancaria –lo único que hicimos en ese aspecto desde el corralito hasta hoy fue pagar compensaciones a los bancos–, de una estrategia para aumentar radicalmente la participación del trabajo en la renta nacional, etc.

Dos días después de los comicios parlamentarios de octubre último, conversé con un periodista amigo, a quien sé honesto. Le expresé mi inquietud sobre estos temas, y le mencioné específicamente la urgencia de una reforma del sistema fiscal. Me dijo:

«La semana pasada entrevisté al presidente Kirchner, y en privado me aseguró que, inmediatamente después de los comicios, encararía una profunda reforma fiscal». Han pasado más de tres meses. Sigo esperando.

Una de azúcar, pero no muy dulce

Al margen de papelones y exabruptos presidenciales, el gobierno ha tomado algunas decisiones elogiables. Una de ellas, quizás la más importante, fue la de resistirse a ingresar al ALCA. Otra es su buena relación con Bolivia y Venezuela, sin importar que uno coincida o no con la ideología de sus respectivos gobernantes. Las naciones no tienen ideologías, sino intereses. Pero, aún en tales casos, el Dr.Kirchner ha dejado la iniciativa a sus colegas.

Fue Chávez quien propuso los dos proyectos binacionales, o plurinacionales, de cierta envergadura y proyección estratégica (el gasoducto y la TV sudamericana) y quien determina el precio del gasoil que nos vende para suplir nuestra imprevisión suicida e irresponsable. Y fue Evo Morales quien fijó las bases de un acuerdo con nosotros: el gas boliviano seguirá fluyendo hacia la Argentina, pero al precio que Bolivia fije.

Los acontecimientos nos atropellan porque no tenemos una estrategia propia para nada, y al parecer no la tendremos por ahora. Nos seguirá sucediendo lo que enseñó el filósofo griego: «Para quien no sabe a qué puerto se dirige, no hay viento que le favorezca».

Quizás cuando se nos acaben las reservas de gas y petróleo tengamos que llorar como tontos lo que no supimos prever como estadistas. Aunque el daño sufrido es grande e irreversible, estamos a tiempo de evitar el desastre.

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* Escritor, abogado, dirigente político, ex parlamentario argentino.

Correo electrónioco: jglabake@telviso.com.ar

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