Argentina, carne podrida. – AJEDREZ POLÍTICO Y LA PICARESCA DEL DÓLAR

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

La trágica «vida post mortem» de Eva Duarte –una de las historias más siniestras del siglo XX–, los años de exilio en Madrid del viejo general, su regreso y tercera presidencia, la triste aventura del grupo Montoneros, la saga de las Fuerzas Armadas Peronistas, las aventuras del sindicalismo justicialista, en fin, y los manejos de las dictaduras y los intentos civilistas durante la larga proscripción del peronismo, de algún modo permean la sociedad argentina hasta nuestros días.

Chisme, suspicacia, secretismo, confesables y de los otros intereses, argucias variadas, mínimas y peligrosas conspiraciones, capillas, liderazgos móviles e inmovilizados, cambios repentinos, retornos no menos sorprendentes… no son sello privativo de la política; alcanzan a otras actividades de tal modo que la opinión pública se desenvuelve en los vaivenes de una sospecha interminable y muchas veces contradictoria.

Podría decirse, por tanto, siguiendo a Borges, que los incorregibles son los argentinos, aunque por cierto ojalá nunca corrijan las cualidades que mejor los caracterizan: la solidaridad tan generosa como inmediata, su sentido de la libertad y justicia, capacidad de trabajo, ternura, buenos modales, don para cocinar y afición al vino y al canto.

No el cristal, sino la mirada

Las dictaduras que entramparon al país durante buena parte del siglo XX –sólo la última costó, entre 1976 y 1982, más de 30.000 muertos, no en combate, e instauró un repugnante comercio con los hijos paridos por las mujeres tenidas luego por «desaparecidas» de cuarteles y centros clandestinos, pero oficiales, de detención– no lograron doblar la testuz de un pueblo orgulloso, como sí lo hizo Pinochet en su vecino Chile a lo largo de 17 años de gobierno unipersonal –mucho menos salvaje y sangriento que el de allende Los Andes–.

Argentinas y argentinos no son dados a esconderse; salen a la calle y tumban gobiernos por ellos elegidos cuando les parece que sus mandatarios olvidan el mandato y actúan en reemplazo del soberano: lo recordará para siempre Fernando de la Rúa, un político sin embargo no deshonesto; no permiten los asalariados que sus patrones los traten como los antiguos encomenderos a quienes trabajaban sus tierras, como lo saben desde empresarios del periodismo hasta los que manejan los aparatos del Estado.

Y cuando llega el hambre –como llegó con el final de la ilusión de un peso, un dólar– apretan las familias los dientes y salen a buscar el sustento, convertidos en «cartoneros», en las mismas calles donde ayer exigían justicia y probidad. No son mendicantes los argentinos. En ellos pervive, aunque lo ignoren, la ética de los viejos anarquistas que murieron por decenas en la lucha por los derechos del pueblo en la primera mitad del siglo XX.

Estas buenas cualidades, a las que se debe sumar un enorme apego a los valores familiares y el respeto al amor de pareja –que en ningún caso permiten las mujeres les acote su libertad– no siempre resisten la erosión del poder y, sobre todo, de las ansias de poder político y económico.

Al truco popular: rápido, ingenioso y hasta poético, los grupos y grupúsculos que giran en torno del mundillo político oponen un eterno partido de ajedrez cuyas movidas resultan muchas veces invisibles; es aquí donde aparecen chismes, conspiraciones, argucias, secretismo, mil «manos de gato» para sacar castañas o piñones del fuego –o ponerlos entre las brasas–.

A comienzos de 2002, muchos leyeron conmovidos –y con asco– un correo electrónico que dio vuelta por el mundo:

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La denuncia en su casilla

Decía el correo enviado indiscriminadamente:

Mi nombre es Constanza Larguía, y hasta la semana pasada trabajé en la producción de Telenoche Investiga. Estuve asignada, junto con otros tres productores, a la investigación de una denuncia sobre coimas que las empresas a las que les pesificaron sus deudas le pagaron a funcionarios del Gobierno.

Durante nuestro trabajo encontramos pruebas de que el 12 de enero, por gestiones del ministro de la Producción, José Ignacio de Mendiguren, el presidente Duhalde, junto con el ministro Remes Lenicov y el jefe de Gabinete Capitanich se reunieron en secreto con varios grandes empresarios. Los empresarios reclamaron que se pesificaran todas las deudas, y no las menores a 100.000 dólares (como era el proyecto original).

El presidente Duhalde –según contó uno de los presentes en esa reunión– dijo que eso sería posible si los empresarios (a los que se les licuaría una deuda de más de 60.000 millones de dólares en conjunto) hacían una contribución para la ‘caja’ política.

Esa colaboración debía ser de 500 millones de dólares, en esa divisa y en efectivo. Si no, no habría pesificación de deudas. Los empresarios presentes se asombraron por lo escandaloso de la cifra, pero en su gran mayoría aceptaron pagar.

En nuestra investigación también determinamos el mecanismo por el cual los empresarios están consiguiendo los billetes de dólar para hacer los pagos. En su gran mayoría, están trayendo las divisas del exterior, vendiéndolas en el mercado libre y luego comprando dólares en el Banco Central (que los vende a un precio menor al de plaza, para regular el mercado). De esta manera, se ahorran un buen dinero.

El problema es que, para vender eso dólares, el Central obligó a los bancos a entregar los depósitos de los ahorristas. Según se supo, 200 millones fueron distribuídos entre diputados y senadores, para que aprueben todas las normas que fueran necesarias para la ‘pesificación’.

– 75 fueron para Remes y su equipo;
– 75 para Mendiguren por sus gestiones;
– 25 para Capitanich; y
– 325 (el resto) para Duhalde.

Uno de los empresarios que se negó a esta ‘contribución’ fue Gregorio Pérez Companc, al que en estos momentos lo está investigando la DGI para extorsionarlo y obligarlo a permanecer callado sobre este episodio.

Cuando el equipo en el que trabajaba presentó sus conclusiones, el 15 de febrero, el productor general de Telenoche Investiga, Roberto Mayo, nos felicitó por el rigor periodístico de la investigación, y nos prometió poner al aire el trabajo en la primera emisión del ciclo 2002. Sin embargo, una semana después, a todos los integrantes del equipo de investigación nos informaron que nuestros contratos estaban rescindidos por ‘razones presupuestarias’. Desde ese entonces, todos los integrantes del equipo recibimos llamados telefónicos en los cuales nos advertían que debíamos olvidarnos de todo.

Tenemos miedo y yo, personalmente, estoy pensando en irme del país. Sin embargo, creo que esto es algo que todos los argentinos deberían saber, para que algún día podamos tener un país más honesto.

(debajo de la firma se podría leer el número del documento de identidad de Constanza Larguía)

Si bien no todos creyeron las afirmaciones contenidas en el documento, fueron muchos menos los que las descartaron de plano.

Durante años rumores y certezas ligaban a las policías federal y provinciales con diversos delitos: trata de blancas, robo y venta de automóviles, tráfico de drogas; algún dirigente sindical compraba un haras en el corazón de la socialmente exclusiva actividad hípica, otro regalaba pasajes para un «tour» por el Caribe; un periodiasta había tenido que auto exiliarse tras las amenazas recibidas por haber escrito un libro que ligaba a Alfredo Duhalde con el narcotráfico; otro, un fotógrafo de Editorial Perfil, había sido brutalmente asesinado al salir de una elegante fiesta veraniega; un poderoso empresario –Alfredo Yabrán– con múltiples vinculaciones con los más altos estamentos del poder se había suicidado tras huir de quienes le investigaban.

El horno estaba para bollos.

No se sabía de ningún integrante de la elite financiera y política argentina empobrecido por la crisis de dólar, la caída vertical de la actividad económica o el «corralito» que apresó los ahorros y las inversiones de las personas.

Es falso, protestan Telenoche y la presunta autora

Telenoche Investiga, el programa aludido en el correo electrónico transcrito, es un programa periodístico de Canal 13 de TV, propiedad del Grupo Clarín, el más poderoso de la Argentina –cuya propietaria, Ernestina de Noble, era investigada por haber adoptado con documentos falsos dos niños cuyos progenitores presuntamente habían sido asesinados por agentes de la dictadura– emitió un seco desmentido:

«La primera semana de marzo empezó a circular una cadena de «mails» que menciona una supuesta investigación de Telenoche Investiga. Esta no es la primera vez que, a través de este medio, se intenta difamar y desprestigiar al programa y a quienes trabajamos en él con información falsa. Todo el contenido del mensaje es falso.

«Pero, ¿quién es la presunta autora del mensaje? ¿Quién es Constanza Larguía? Telenoche investigó… y la encontró.

«Constanza Larguía es diseñadora y artista, según nos contó ella misma después de ubicarla en su casa a través de la guía telefónica. Nunca trabajó en la producción del programa ni en la división noticias de Canal 13. Estaba sorprendida e indignada por lo que había ocurrido, porque alguien había usado su nombre. Ella también es una víctima de esta maniobra».

(En el portal el Grupo Glarín aquí.)


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La presunta autora. «Soy Constanza Larguía, DNI 24228011, y en el día de la fecha me ha sorprendido con muchísimo desagrado la información de un mail que está circulando en donde bajo mi nombre y misteriosamente con mi mismo documento se hacen acusaciones muy serias que desconozco, y que bajo ningún punto de vista he realizado.

Repito, no tengo nada que ver con la redacción, ni escritura de ese mail, como tampoco adscribo a ese tipo de denuncia. Tampoco trabajo ni nunca he trabajado en Telenoche Investiga, información que también demuestra la falsedad del mail, como tampoco participo en ningún tipo de agrupacion política ni institución cívica alguna, además el mail tampoco partió de mi casilla de correo, información que pueden verificar en mi servidor.

He recibido cantidad de llamados de medios y de ciudadanos en general y me he dedicado a aclarar durante todo el día este tema, por el cual estoy molesta e iniciare acciones legales que me defiendan como ciudadana contra esta injuria hacia mi persona.

Evidentemente los responsables de este mail fraguado y falso han utilizado mi nombre y mi DNI así también como el nombre de Telenoche Investiga para intentar darle credibilidad a este mail. Pido por favor a las personas que lean este mail que por favor lo pasen y me ayuden a contestar y aclarar esta falsedad en la cual por la maldad y el cinismo de alguien me encuentro.

Desde ya nuevamente les agradezco a todos aquellos que puedan ayudarme».

(Se encuentra, con fecha del mes de marzo de 2002 aquí.)

Entre fines de octubre y primeros días de noviembre de 2006 –más de cuatro años después– el dichoso correo vuelve a circular.

Ajedrez. ¿Dónde está el tablero? ¿En que espacio tiene efectos la jugada?

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* Informes de Gonzalo Tarrués y Pablo Volponi.

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