Argentina, DDHH: Cecilia Pando, más allá de la revancha

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Magalí Silveyra*

No son muchos, son activos. Cuando conviene el discurso es dejar atrás el pasado –olvidar–, pero cuando los tocan sobreviene la ira; con ella el rostro –o las fauces– de todas las bestias asoman. No hay términos medios: los muertos que matamos bien muertos están, los que ha ido a prisión por ello son objeto del odio de los terroristas refugiados en el tejido social.

El mensaje es claro: hay que terminar la tarea interrumpida por la democracia.

Son viudas y viudos de las dictaduras del Cono Sur, esposos y esposas inconsolables que portaban en el ramillete de boda horcas, cuchillos, picanas, submarinos, la carne herida de las madres a las que arrebaton sus bebés. Y no descansan en la Argentina, donde es necesario convenir que no les falta audacia callejera (audacia amparada por los principios que ellos conculcaron y que la democracia pudo recuperar). El pandero de sus funambulescas trágicas y patéticas marchas lo suelen tocar mujeres.

Convengamos también que difícilmente son un reto serio a la institucionalidad vigente; sus amantes –porque viudos y viudas suelen tener amantes–, en el sector de los emprendedores urbanos y rurales con alguna que se supone escasa presencia en las furerzas armadas, los acompañan, "pero hasta ahí no más": negocios son negocios y no les va tan mal.

Y terminemos su presentación al decir que, si en Buenos Aires hacen ruido, en Chile son mucho más exitosos, como por ejemplo que uno de esos viudos (o tal vez cadáver) es nada menos que Presidente del Senado democrático y enlace directo en la línea de sucesión presidencial.

María Cecilia Pando, cónyuge de un ex oficial de ejército y alguna vez candidata a diputada, que logró menos votos que personas reúne en sus paseos por laza de Mayo, ha sido querellada por pintar sobre los dibujos de los pañuelos de las Madres de la Plaza; Carlos Pisoni director de Derechos Humanos de la Legislatura realizo una demanda judicial contra Cecilia Pando, acusándola de daño agravado, apología del delito y actitudes intimidatorias.

La denuncia por daño agravado se realizó por dañar un sitio histórico: el área que rodea la Pirámide de Mayo, espacio en el que están pintados los pañuelos blancos que identifican a las Madres de Plaza de Mayo, declarado por la legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sitio histórico.

Las madres iniciaron su ronda semanal en tiempos dictatoriales reclamando por sus hijos apresados o secuestrados por los esbirros de la dictadura y jamás aparecidos, ni vivos ni muertos. En ese entonces las bautizaron "locas de la plaza"; con los años su valor y constancia fue reconocido.

Carlos Pisoni señaló que la denuncia sobre Pando es también por apología del delito y actitudes intimadatorias. Dijo: "(Pando) …defiende el terrorismo de estado que torturó, asesinó, desapareció y robó niños (…) Encima amenaza a militantes y funcionarios públicos, profundizando las heridas que nunca cerraran provocadas por la dictadura militar genocida."

La Asociación de familiares y amigos de los presos políticos de la Argentina, organización que preside Cecilia Pando, se manifiesta el primer martes de cada mes en la Plaza de Mayo –en el mismo lugar donde iniciaron sus rondas las Madres– y cada vez que lo hacen pintan encima de los pañuelos. La intención obvia es borrar ese símbolo de valor cívico y memoria popular; la pena por este delito es de tres meses a cuatro años de prisión.

Entre las pruebas presentadas por Pisoni al tribunbal, se encuentra este vídeo de YouTube filmado por la Asociación de la Pando y en el que se la ve pintar encima los pañuelos blancos y manifestándose contra los organismos de derechos humanos.

* Fuente: www.4semanas.com.ar

Addenda

María Cecilia Pando es una activista argentina, cónyuge del mayor (r) de ejército Pedro Mercado y presidenta del grupo político Asociación de Familiares y Amigos de los Presos Políticos de la Argentina (AFyAPPA), el cual considera presos políticos a los militares y personal de las fuerzas de seguridad procesados por la justicia civil por su participación en la represión ilegal durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional.

Los delitos que se imputan a sus defendidos incluyen tortura, desaparición forzada de personas, privación ilegítima de la libertad, robo, apropiación y adulteración de identidad de menores.
Más información en Wikipedia.

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1 comentario
  1. oscar dice

    La Pando es la punta de un icebereg, es la prueba que el facismo va adentrando en la socidad argentina para ver hasta donde puede llegar, en un país civilizado iría a la cárcel en horas, yo mismo la escuché decir que los bebes apropiados por la dictadura tenía un sentido,¿ qué más podemos decir?Contrariamente a lo que se intenta hacer creer, las ideología,(en mi caso creo que lo que impera es el dinero que manejan esas ideologías)no han muerto, ni mucho menos…los círculos no se cierran
    se alimentan de sus microcosmos.

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