Argentina: El robo de Papel Prensa y la fundación de un imperio mediático

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Mariana Lacourrege*

Osvaldo Papaleo, cuñado del antiguo dueño de la papelera, detalla en esta entrevista el proceso de apropiación de la compañía durante la última dictadura militar. “Papel Prensa es el brillante negocio del Grupo Clarín”, por el que  “pudo adquirir los 260 medios que hoy tiene en todo el país”, afirmó.

Luego de la sanción de la ley de Comunicación Audiovisual comenzó una fuerte puja por Papel Prensa SA, una empresa mixta cuya participación mayoritaria está actualmente en manos de Clarín (49%) y La Nación (22,5%), mientras que el Estado Nacional posee el 27,5 por ciento de las acciones y el 1 por ciento restante se cotiza en Bolsa. El conflicto arrancó cuando el Gobierno denunció ante el fuero penal económico irregularidades en las actas de la compañía y aseguró que los accionistas mayoritarios favorecían a sus respectivas empresas en detrimento de otras, mediante prácticas monopólicas.

 Esto derivó en una resolución de la Secretaría de Comercio Interior, oficializada a principios de este mes, que ordena que las operaciones de comercialización de papel para diario se realicen al mismo precio y en igualdad de condiciones para todos los medios, bajo la premisa de que se trata de insumo esencial “para ejercer derechos como el de informar y ser informados”.

El periodista y empresario cinematográfico, Osvaldo Papaleo, retornó a la escena política al calor de las audiencias públicas que se efectuaron para debatir la ley de Comunicación Audiovisual. Como cuñado del desaparecido David Gravier, quien antes de la dictadura poseía la mayoría de las acciones de Papel Prensa, su testimonio cobra relevancia para desentrañar los primeros pasos del Grupo Clarín hacia la conformación de su imperio mediático.
 

-¿Cómo logró la Junta Militar apropiarse de las acciones de Papel Prensa que poseía  la familia de David Graiver?
-Entre agosto del 1976 y marzo del 1977, después de la muerte de mí cuñado, la familia decidió liquidar los activos de Papel Prensa, y recibió algún tipo de oferta por parte de Clarín, La Razón y La Nación para comprar la empresa. De hecho, la tarde del día en que detienen a la mayoría de la familia, mi hermana, Lidia Papaleo, asistió junto a Isidoro Graiver a una reunión con representantes legales y algunos miembros de los directorios de estas empresas para ver si se podía firmar una carta de intención para comprar la empresa. Esa noche son detenidos. Ahí las cosas empezaron a ponerse peligrosas.

-Sí, por lo menos es una respuesta para desarmar un aparato. Si después se va a ver reflejado en la opinión de los que operen los nuevos medios que van a aparecer, no sé. Pero romper el esqueleto central monopólico que es Clarín, eso es muy valioso. Creo que la ley es importante porque garantiza la diversificación. El poder de Clarín hoy es una cosa paradigmática: es dueño de toda la opinión pública en el país. Le tiene tanto temor un concejal de Salta como el presidente de la Nación.

 -¿Por qué decidió tantos años después dar su testimonio acerca de la historia de Papel Prensa?
-Yo ya conté varias veces mi historia, pero al estar controlada la información nadie se enteraba. Cuando declaré en el juicio contra el ex capellán de la policía bonaerense Christian Von Wernich, mientras denunciaba las torturas que sufrí, también hablé sobre Papel Prensa. Pero nunca repercutió tanto como ahora, que se instaló en la opinión publica gracias al debate que se inició por la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

*Entrevista realizada para la Escuela Terciaria de Estudios Radiofónicos (ETER

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