El Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICYP), que fue creado en Montevideo en 1941, aglutina a las empresas que adscriben al liberalismo dependiente de los Estados Unidos. En nuestro país es supervisado por la Embajada y por la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina (AmCham), de allí que sus autoridades participen desde que se creó y todos los años en la conmemoración de la independencia el 4 de julio.

Adrián Werthein, quien preside el Congreso Judío Latinoamericano e integra el Congreso Judío Mundial, estuvo al frente del CICYP desde 2015 hasta 2018. Luego fue reemplazado por Daniel Funes de Rioja (UIA), y durante el período 2022-2025 el presidente fue Marcos Pereda por la Sociedad Rural Argentina.
Y desde mayo de este año hasta 2029, el mandato es de Bettina Bulgheroni representando a la Cámara Argentina de Comercio. Está acompañada como vicepresidentes por Eduardo Eurnekian, Adelmo Gabbi (Bolsa de Comercio), Martín Rapallini (UIA) y Nicolás Pino (SRA).
En ese ámbito, el inefable Luis Caputo sostuvo el 3 de diciembre de 2025: “Ya tenemos una oferta de cinco bancos internacionales para prestarnos un Repo[1] por al menos 7.000 millones de dólares. Eso nos permitirá recomprar deuda, para acelerar la baja del riesgo país».
Primero, recurren constantemente al endeudamiento. Segundo, necesitan ese «Repo» porque en enero de 2026 vencen deudas con organismos internacionales (incluido el FMI) y títulos Bonar y Global por 5.900 millones de dólares. Y en tercer lugar, pagaron el viernes 28 de noviembre de 2025 deuda en BOPREAL[2] por 1.006 millones de dólares, un monto que salió de la cuenta corriente que tienen los bancos en el BCRA (encaje por los depósitos en dólares de sus clientes) y que deben cubrir con esa deuda.

Cifras coherentes con el informe del FMI de noviembre 2025, en el que se explicita que las reservas internacionales del BCRA son negativas en 16.000 millones de dólares.
Sin embargo, en la reunión con el CICYP, Luis Caputo dijo que este gobierno compró más reservas que ninguno, olvidándose de aclarar que es todo deuda (FMI, Banco Mundial, BID, Repo) y que las reservas internacionales son negativas porque pasaron la deuda en pesos por déficit fiscal y déficit cuasi-fiscal (Leliq y otros encajes remunerados) de la gestión de Alberto Fernández a deuda en divisas. El objetivo de esta maniobra es que la parte rica de la población (uno de los lugares de reunión es el CICYP) compre esos dólares. Esto explica el apoyo de los ricos de este país al modelo económico impuesto.
Es más, para sostener el precio del dólar (aumentar la oferta en el mercado cambiario local), el gobierno necesita que las compañías privadas sigan endeudándose en dólares y vendiéndole esos dólares al Banco Central. Hasta marzo de 2025, según la Comisión Nacional de Valores, las empresas argentinas YPF, Pampa Energía, Tecpetrol, Compañía General de Combustible, Vista Oil & Gas, TGS, Capex, Irsa, Cresud, Telecom, Edenor, Genneia, etc., colocaron obligaciones negociables en dólares por 23.932 millones. Y retomaron el endeudamiento tras las elecciones del 26 de octubre de 2025 por un total de 3.092 millones de dólares más, a lo que debe agregarse la colocación de títulos de deuda en dólares de las provincias argentinas.
Balance cambiario
Según la ARCA (Agencia de Recaudación y Control Aduanero), el total de activos declarados en el “blanqueo de capitales” realizado en el año 2024 asciende a 32.170 millones de dólares, de los cuales ingresaron en divisas al país 20.631 millones, depositados en 330.000 cuentas especiales de regularización de activos (CERA).
A través de estimaciones de organizaciones como la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el gobierno nacional proyecta una cosecha de trigo récord de 25,5 millones de toneladas para la campaña 2025/2026, que significan no menos de 3.572 millones de dólares. E igual estiman una super cosecha gruesa en el año 2026.
Sin embargo, los dólares provenientes de la economía real y el endeudamiento general no son suficientes para atender la demanda persistente de la compra y fuga de divisas.
Y la explicación fundamental de la persistente demanda de divisas está en que los empresarios formadores de precios, desde el acero y el aluminio, el cemento, el combustible y la energía, los productos alimenticios (harinas, leche, aceite, carne y sus derivados, etc.), los productos de limpieza, los medicamentos, los grandes supermercados, etc., y los importadores de todo aumentan sus precios por encima del incremento del precio del dólar (carry trade), lo que les permite comprar la divisa.
La ganancia extraordinaria del empresariado más concentrado, que tiene mercados cautivos o semi cautivos donde fijan los precios, se debe no a las mayores ventas, sino a la reducción del costo laboral, dado que a los otros costos (esencialmente al financiero) lograron confiscarle parte de la super ganancia que obtuvieron durante la gestión del JP Morgan, encabezados por Luis Caputo.
El fuerte descenso de los salarios en general y en promedio, y la pérdida de empleo (público y privado) registrado
(unos 253.000 puestos de trabajo entre noviembre de 2023 y octubre de 2025), más la suba persistente de los precios, generan una transferencia de ingresos de los asalariados a los no asalariados (esencialmente los formadores de precios), quienes compran dólares de manera persistente, como lo demuestra el balance cambiario del BCRA.
El balance cambiario del BCRA acumulado de diez meses de 2025 registra los flujos de divisas (moneda extranjera) que ingresan y egresan de un país, canalizados a través del mercado de cambios (bancos y casas de cambio autorizadas por el BCRA) y de las operaciones del Banco Central.
El que contabiliza el Balance Cambiario es el BCRA, y se centra en las operaciones de caja reales que efectivamente ingresan o salen del país a través del mercado de cambios (Mercado Único y Libre de Cambio, MULC) y el Banco Central de la República Argentina. En cambio, la balanza de pagos (que compila el INDEC) registra todas las transacciones económicas con el exterior devengadas (pagadas o no).
El balance cambiario del BCRA acumulado hasta octubre 2025 nos informa que las compras de las personas humanas sumaron 34.420 millones de dólares. Y las ventas de dólares de particulares y empresas totalizaron en el mismo lapso 7.348 millones de dólares, quedando un “déficit” de 27.072 millones de la moneda norteamericana.
Ese déficit se denomina FAE (Formación de Activos Externos) y es como se define la “fuga de capitales”; son dólares que salen de circulación en el mercado argentino.

En el mes de octubre 2025, el sector privado no financiero fue comprador neto de moneda extranjera por 3.575 millones de dólares en el mercado de cambios.
Dentro de este grupo, las personas humanas fueron los mayores demandantes de moneda extranjera, registrando egresos netos por 5.068 millones de dólares, principalmente por compras netas de billetes sin fines específicos por 4.196 millones de esa divisa.
Pero en el acumulado de los diez meses de 2025, el monto comprado es de 34.420 millones de dólares. Paralelamente, en diez meses la cuenta intereses (público y privado) significó una erogación neta de 8.084 millones de dólares. Y los egresos netos por “turismo” (viajes y pasajes) alcanzaron 8.780 millones de dólares en el mismo lapso.
En síntesis
Las reservas internacionales netas del BCRA operan como un reaseguro financiero que permite actuar en momentos de tensión y asegurar liquidez en el sistema. De ahí que el FMI y los inversores externos sigan insistiendo en cómo se acumularán reservas en el presente y en el futuro inmediato. Problema que no les quita el sueño a los empleados del JP Morgan que dirigen el Ministerio de Economía y el BCRA, cuya principal función es asegurarles una renta financiera a sus mandantes por la diferencial entre la tasa de interés en pesos y el crecimiento del precio del dólar, que es el mecanismo de endeudamiento y a la vez control y reaseguro del precio de la divisa norteamericana.
La apariencia del plan es mantener el dólar estable y la inflación contenida, comprando reservas solo contra demanda genuina de dinero, sin recrear las montañas de pasivos monetarios ni atraer flujos golondrina que entran y salen, con lo que los empleados del JP Morgan proponen seguir apreciando el tipo de cambio, con bandas al 1% mensual y una tasa de interés arriba del 2,5% por mes, como hicieron en la renovación de los vencimientos de los títulos en pesos del 26 de noviembre de 2025 por 14 billones que se renovaron a distintos meses de 2026, incluso hasta principios del año 2027.
Mientras tanto, el dólar seguirá moviéndose dentro del esquema de bandas, alimentado por la avalancha de emisiones de deuda privada y de las provincias.
Piensan a la vez seguir cediendo nuestro patrimonio como hicieron con la concesión a 30 años de las centrales hidroeléctricas del Comahue por otros 30 años (Alicurá, El Chocón, Cerros Colorados y Piedra del Águila). Donde incluso se beneficia a grandes grupos locales, como es el caso del productor agropecuario Santos Uribelarrea y de Edison Energía S.A., de los hermanos Juan y Patricio Neuss y de Rubén Cherñajovsky. El total de la recaudación por la concesión de las cuatro centrales es de solo 665 millones de dólares, cuando por mes la deuda devenga intereses por 2.460 millones, suma que crece porque se paga menos de un tercio de los intereses que devenga.
La privatización del 44% de Nucleoeléctrica Argentina, de Correo Argentino, de AySA, de ENARSA, la concesión del ferrocarril Belgrano Cargas, de SOFSE, de los corredores viales, etc., autorizados por la ley 27.742 y otras que pretenden seguir sumando, son parte del pago de una deuda impagable. A su vez, la deuda (capital e intereses) que vence en divisas en el año 2026 es por 19.400 millones de dólares, y en 2027 por 14.800 millones, total de los dos años: 34.200 millones.
Por eso plantean en la Argentina, con fines recaudatorios, una reforma tributaria que contemple una nueva ley de perdón fiscal.
En la hermana México, oficialmente denominada Estados Unidos Mexicanos, no pudieron cambiar la legislación, pero la administración tributaria del gobierno central, con el objetivo de garantizar una mayor transparencia en la facturación de las empresas, generó controles más estrictos para evitar la evasión fiscal, especialmente en lo relacionado con la verificación de domicilios fiscales. Así todas las empresas deben comprobar físicamente la existencia y operación de sus domicilios registrados con el fin de impedir el uso de prestanombres y empresas fantasma que simulan operaciones para evadir impuestos.
Su Presidenta, Claudia Sheinbaum, hablándole a su pueblo, el miércoles 3 de diciembre de 2025, y refiriéndose al dinero que el país recaudó en el año, hizo alusión a que se juntó casi la misma cantidad que la que el gobierno argentino le pidió prestada a Donald Trump. En ese sentido, enfatizó: “Para que tengan una idea, este año, la
recaudación adicional es de cerca de 400.000 millones de pesos mexicanos (equivalente a unos 20.000 millones de dólares).
¿Saben cuánto le pidió la Argentina a Estados Unidos de préstamo? Ese monto. Nosotros lo recaudamos sin más impuestos, sencillamente, haciendo bien nuestro trabajo. Fueron 250.000 millones de pesos sólo de aduanas».
“Somos el movimiento popular que está en el poder, siempre cerca del pueblo. No renunciamos a los principios por los que hemos luchado; esa es la transformación”, señaló la Presidenta Claudia Sheinbaum.
Obviamente, los beneficiarios del modelo impuesto se plantean cobrar con los recursos naturales y las empresas públicas que pertenecen al pueblo argentino presente y futuro, y no a la minoría parásita y rentista que ellos representan.
Notas
[1] Es una operación de financiación a corto plazo donde una entidad vende un activo financiero a otra con el compromiso de recomprarlo en una fecha futura y a un precio preestablecido. Este acuerdo funciona como un préstamo con garantía, donde el activo (títulos públicos o privados) se usa como respaldo y la diferencia de precio entre la compra y la recompra representa el interés.
[2] Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (BOPREAL), emitidos por el Banco Central de la República Argentina para pagarles a los importadores en un título en pesos, que se convierten en dólares a su vencimiento.
* Licenciado en Economía, profesor de Política Económica y de Instituciones Monetarias e Integración Financiera Regional en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Fue Director Nacional de Programación Macroeconómica. Analista senior asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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