Argentina: sordos ruidos se dejan oir
Juan Guahán*
Todavía lejos de las elecciones ya se están cocinando las decisiones más importantes del año político electoral. Se trata de la previa del armado de listas y candidatos. Pero hay varias cuestiones que se están vislumbrando: los grandes espacios que se están armando, el “esmerilamiento” de Daniel Scioli y la Presidenta que quiere una victoria sin deudas a pagar.
Cuando la cercanía de marzo anuncia la proximidad del fin del verano, la política electoral tiene dos caras. La que está en la superficie, esa que los ciudadanos de a pié podemos ver. Ella aparenta serenidad. Pero hay otra cara, la de los “elegidos”, la selecta minoría de los que habitan los lugares donde se construyen las decisiones que después nos comunican, para que “nosotros” las asumamos como propias. Allí solo podemos “espiar” y en los gestos de los protagonistas descubrir el sentido de lo que está pasando.
En el mes de mayo, en la provincia de Santa Fe habrá -de un modo semejante a lo que deberá acontecer nacionalmente en agosto- elecciones internas, abiertas y obligatorias para todos los cargos. Lo importante es que al cierre de listas quedaron constituidos los 3 grandes espacios políticos que –muy posiblemente- también competirán a nivel nacional.
Se trata del “Frente Cívico y Social”, donde habrá cuatro propuestas que incluye a candidatos radicales, socialistas y del ex ARI de Elisa Carrió. Bajo el nombre “Santa Fe para Todos” hay otras cuatro variantes, más o menos kirchneristas y reutemanistas, del peronismo. Por último también se cerró un acuerdo de Mauricio Macri y el duhaldismo del Peronismo Federal bajo el nombre de “Unión PRO Federal”, que tendrá su lista y espacio propio.
Continúa la política de debilitar a Daniel Scioli, quien soporta estoicamente esos avances que parecen no tener límites. En su entorno más íntimo dicen que no piensa resistir seriamente, confiando en que igual logrará mantener la gobernación. Justifican su inacción en el hecho que “siempre hizo lo mismo y siempre le fue bien ¿porqué ahora habría de cambiar?”. Las colectoras se siguen armando, Martín Sabatella será candidato con todo el apoyo del “cristinismo” y Horacio Verbisky, con igual sostén, lo aguijonea en la prensa, la Justicia y los temas de Seguridad.
Los intendentes del Gran Buenos Aires –los otros derrotados-, ante el silencio de quien debería encabezar su resistencia, piensan en negociar cada uno por su cuenta, procurando mantener intendencias y… libertad. Por si no fuera poco con las presencia de las listas colectoras, Scioli también tendrá adversario en la propia interna del PJ, el Intendente de Tigre -Sergio Massa- saldrá a pelearle. Cuando menos le arrancará concejales, diputados y senadores. Scioli debería otear el horizonte para saber si todavía lo acompañan los dioses del olimpo.
Cristina Fernández no sólo se siente ganadora en primera vuelta sino que ha dado instrucciones precisas de cambiar la estrategia. Salvo la Provincia de Buenos Aires, procura que la mayor parte de los gobernadores convoque a elecciones separadas de las presidenciales. Lo hace por dos razones. No quiere verse “contaminada” por los problemas que éstos puedan arrastrar. Su confianza es tal que tampoco quiere tener deudas futuras con quienes le puedan enrostrar que les debe la victoria.
Mientras esto acontece en lo electoral el gobierno observa cómo la situación evoluciona sin mayores riesgos, los banqueros festejan que –en el 2010- su ganancia fue el 50% mayor que la del año anterior. No parece que la inflación se salga de carrilles, los grandes recursos del Estado permiten pensar que octubre no es una quimera inalcanzable. La Presidenta instruyó al Ministro Amado Boudou para que le preste atención al sector externo, donde la franja del superávit comercial, una de las claves para tener divisas, se hace cada vez más chica.
*Analista de Question Latinoamérica