El presidente estadounidense Donald Trump y el argentino Javier Milei avanzaron en un nuevo Acuerdo de Comercio e Inversiones Recíprocas, que redefine la relación económica bilateral pero que aún contiene más dudas que certezas. Argentina brindará acceso preferencial al mercado para las exportaciones estadounidenses, incluidas medicinas, productos químicos, maquinaria, productos de tecnologías de la información, dispositivos médicos, vehículos automotores y una amplia gama de productos agrícolas.
Pese a los festejos del Gobierno argentino, lo cierto es que la administración Trump suscribió convenios muy similares con otros tres países de la región (Ecuador, Guatemala y El Salvador): reducción de aranceles para algunos productos a cambio de la apertura para las exportaciones estadounidenses de alto valor agregado. «Parece que los viajes estuvieron rindiendo un poquito, no?”, se vanaglorió el presidente Javier Milei, quien se adjudicó la firma del acuerdo a su alineamiento incondicional con Donald Trump.
Todos los acuerdos hacen foco en reducir los aranceles para algunos productos que ingresen a Estados Unidos y preferencias arancelarias a exportaciones estadounidenses de alto valor agregado: medicamentos, químicos, maquinaria, equipamiento tecnológico, dispositivos médicos, vehículos y una amplia gama de productos agrícolas.
La Casa Blanca dio a conocer los primeros lineamientos del acuerdo comercial suscrito a espaldas de los argentinos y del debate en el Congreso. Más apertura hacia la entrada de productos estadounidenses, incluso agrarios, eliminación de barreras arancelarias y no arancelarias, entre otros puntos. No se conoce el texto legal ni los detalles del acuerdo.
Washington sólo destacó las ventajas que supone para Washington. El gobierno argentino tampoco dio detalles. Pero el peresidente libertario Javier Milei lo calificó como «histórico» y prometió que la Argentina «será una potencia mundial».
El pago al rescate político de Milei
El acuerdo es corolario del fenomenal rescate político de EU sobre Milei mediante la intervención directa en el mercado de cambios para sostener la cotización del dólar por más de 2.000 millones de dólares, un swap de monedas por 20.000 millones de dólares (de los que no se conocen las condiciones de uso ni detalles), tuits de todo tipo del Secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, y anuncios varios de blindajes y participación de bancos internacionales en operaciones financieras.
Con el nuevo pacto, Milei avanza aún más con acuerdos entreguistas frente al gobierno de Donald Tump. No se trata apenas de un acuerdo sobre aranceles, pero tampoco es un tratado de libre comercio, como soñó Milei. Como todo marco, no ofrece precisiones. Enumera una serie de puntos vinculados a la reducción de aranceles y eliminación de barreras no arancelarias; propiedad intelectual; acceso a los mercados agrícolas; trabajo; combate a prácticas no comerciales de terceros países (¿China?); medio ambiente y comercio digital. En cada uno de estos puntos apenas esbozados podría abrirse un mundo.
Es un documento destinado a la audiencia local (de EU), donde la Casa Blanca destaca una serie de ventajas obtenidas en materia de acceso de productos estadounidenses al mercado argentino. El anuncio de Washington fue celebrado por el gobierno de Javier Milei como un acontecimiento “histórico”, que posiciona a la Argentina entre “un grupo selecto de naciones con preferencias comerciales” de parte de los Estados Unidos, “que abre nuevas oportunidades para el crecimiento”. Tampoco hubo precisiones aquí sobre cuáles serán sus alcances
“Los anuncios sientan las bases para Acuerdos de Comercio Recíproco que abrirán nuevos mercados para las exportaciones de Estados Unidos y reducirán las barreras comerciales que enfrentan los trabajadores y productores estadounidenses”, declaró el Representante Comercial estadounidense, Jamieson Greer.
Nuevo camino para exportaciones de EU

Argentina ofrecerá acceso preferencial a bienes de EU como medicamentos, químicos, maquinaria, tecnología, dispositivos médicos, vehículos y productos agrícolas, y EU eliminará aranceles sobre ciertos recursos naturales no disponibles y artículos utilizados en la industria farmacéutica. Ambos países acordaron mejorar el acceso recíproco para la carne vacuna, uno de los puntos más sensibles para el comercio bilateral.
El acuerdo se negoció en el más estricto secreto y a espaldas de los sectores productivos argentinos. Hasta las cámaras empresariales con terminales en EU plantean que no tuvieron participación ni oportunidad de arrimar sugerencias en la negociación. La negociación comenzó en abril. La delegación argentina incluyó al secretario de desregulación Alejandro Cacace, al de relaciones económicas internacionales Luis María Kreckler, al de coordinación de producción Pablo Lavigne, y a los sucesivos cancilleres Gerardo Werthein y Pablo Quirno.
El acuerdo supone la eliminación de barreras no arancelarias. Argentina desmanteló licencias de importación y otros mecanismos restrictivos, facilitando el ingreso de productos estadounidenses y se compromete a no exigir formalidades consulares para exportaciones de EU y también eliminará gradualmente la tasa de estadística para bienes estadounidenses. Asimismo, permitirá el ingreso de productos de EU que cumplan normas técnicas estadounidenses o internacionales, sin evaluaciones adicionales.
Argentina aceptará vehículos fabricados en EU bajo estándares de seguridad y emisiones estadounidenses, y certificados de la FDA (agencia sanitaria de EU) para dispositivos médicos y fármacos. También continuará eliminando barreras no arancelarias en sectores prioritarios.
No se trata apenas de un acuerdo sobre aranceles, pero tampoco es un tratado de libre comercio, como alguna vez soñó Javier Milei. Como todo marco, no ofrece demasiadas precisiones. Parece destinado a la audiencia local (de EU), donde la Casa Blanca destaca una serie de ventajas obtenidas en materia de acceso de productos estadounidenses al mercado argentino.
En agroindustria el acuerdo dispone más acceso para alimentos estadounidenses. Argentina abrió su mercado a ganado en pie de EU, permitirá el ingreso de carne aviar estadounidense en un plazo máximo de un año. No impondrá restricciones a productos que utilicen determinados términos queseros y cárnicos. Asimismo, simplificará el registro de carne vacuna, subproductos y menudencias, carne de cerdo y no exigirá registro de establecimientos para lácteos estadounidenses.
El acuerdo señala que Argentina tomará medidas para combatir la tala ilegal, impulsará una economía más eficiente en recursos, especialmente en minerales críticos. Asimismo, aplicará plenamente el Acuerdo de Subvenciones a la Pesca de la OMC. Ambos países acordaron coordinar acciones frente a políticas comerciales no basadas en mercado y desarrollarán herramientas comunes para controles a la exportación, seguridad de inversiones, evasión de derechos aduaneros, y otras prácticas sensibles.
Añade que ambos países impulsarán inversiones en litio, cobre y otros minerales estratégicos y trabajarán en estabilizar el comercio global de soja, un rubro clave para el campo argentino. Por otra parte, Argentina se compromete a revisar y limitar acciones distorsivas de empresas estatales y evaluará subsidios industriales que puedan impactar la relación comercial.
En lo referente al comercio digital: flujo de datos y firmas electrónicas, Argentina reconocerá a EU como jurisdicción adecuada para transferencias de datos personales y no discriminará contra plataformas digitales, servicios o productos digitales estadounidenses. Asimismo, reconocerá como válidas las firmas electrónicas aceptadas bajo ley estadounidense.
* Economista y docente argentino, investigador asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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