Arrancó la novena (y quizás última) Cumbre de las Américas
La novena Cumbre de las Américas comenzó este lunes en Los Ángeles con el primer día de reuniones de organizaciones de la sociedad civil y una confirmación: el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, no viaja al encuentro, tampoco los mandatarios de Bolivia, Luis Arce, y Honduras, Xiomara Castro, en rechazo a la exclusión de Nicaragua, Cuba y Venezuela.
Lo que se inició fue la precumbre, ya que durante lunes y martes, el foro está enfocado en el diálogo entre representantes de organizaciones de la sociedad civil, encuentros del sector privado y un foro en formato híbrido para la juventud, representantes de opositoras ONG cubanas, venezolanas y nicaragüenses, financiadas por Estados Unidos, participarán en los actos oficiales paralelos al encuentro.
En total fueron invitados 33 representantes de los países del hemisferio, y confirmaron su asistencia alrededor de 23 jefes de Estado. De la Comunidad del Caribe anunciaron su participación Belice, Guyana, Surinam y Trinidad y Tobago
Este lunes, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, fue consultada por la decisión de no invitar a los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela bajo el fundamento de que “los dictadores no deberían ser invitados”, aunque a la vez se esté planificando un viaje del presidente Joe Biden a Arabia Saudita, un país al que en su campaña prometió convertir en un paria.
“El presidente está enfocado en hacer cosas para el pueblo estadounidense. Si él determina que es del interés de los Estados Unidos tratar con un líder extranjero, y que ese trato puede dar resultados, entonces lo hará”, justificó “democráticamente” la vocera.
El gobierno de Biden hizo ingentes esfuerzos para garantizar la asistencia de los mandatarios del “patio trasero”, enviando representantes para seducirlos o chantajearlos. El enviado especial de Biden para la cumbre, el ex senador Christopher Dodd estuvo dedicado a lograr la asistencia de varios mandatarios.
Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, quien había indicado que no asistiría, ahora acudirá, pero sólo después de que la Casa Blanca le ofreció una reunión bilateral con Biden. El presidente de Argentina, Alberto Fernández, no se decidió hasta recibir una llamada telefónica de Biden, quien lo invitó a la Casa Blanca en los próximos meses. El neoliberal uruguayo Luis Lacalle se pierde la oportunidad del selfie: está con Covid.
Hasta el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, marcó distancia con Estados Unidos en su política hacia Cuba, al tiempo que el presidente chileno, Gabriel Boric rechazó las exclusiones de la isla, Venezuela y Nicaragua de la novena Cumbre de las Américas, decisión que consideró como un error.
Desde el miércoles Biden toma la batuta
Biden recién llegará a Los Ángeles el miércoles para dar inicio a las reuniones de líderes, con una agenda centrada en temas económicos. El jueves, se enfocará en la recuperación de la pandemia y tocará temas de salud y seguridad alimentaria. El viernes, último día de la cumbre, el principal tema será migración, una cuestión sobre la que Estados Unidos espera lograr una declaración de los asistentes, pese a la ausencia de los presidentes de México y Honduras.
Mientras. el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador confirmó que no asistirá a la novena edición de la Cumbre de las Américas, al considerar que realizar la Cumbre sin todos los países del continente es seguir con la vieja política de intervencionismo, de falta de respeto a las naciones y a sus pueblos. Urgió a Washington a cambiar la política que ha venido imponiendo desde hace siglos de querer dominar sin razón alguna, de atropellar la soberanía y la independencia de cada país.
“¿Cómo es que se va a mantener un bloqueo que impide que lleguen los alimentos al pueblo cubano, que impide que lleguen las medicinas? Eso es un tipo de genocidio, de tremenda violación de derechos humanos. Cuando se trata el asunto del bloqueo en la ONU, todos los países votan para que se levante, (pero) uno o dos lo impiden y como tienen derecho de veto no pasan la resolución, pero todos los que votaron en contra (y) con eso quedan conformes o se sienten bien, sienten que ya cumplieron”, señaló.
“Sería el colmo que nosotros asistiéramos a una cumbre en ese contexto. Eso es contrario a la política exterior de México, a lo que establece nuestra Constitución, a la no intervención, a la autodeterminación de los pueblos”, concluyó, aunque anticipó que el mes próximo se reunirá con Biden.
Ben Rhodes, quien participó en el esfuerzo de normalización con Cuba como subasesor nacional de seguridad del presidente Barack Obama, comentó que la decisión de excluir a Cuba de esta cumbre es una enorme oportunidad perdida. “Nos estamos aislando al tomar ese paso, porque ahora tenemos a México, a países caribeños, diciendo que no vendrán, lo cual sólo hará que Cuba se vea como más fuerte que nosotros”.
El ultraderechista senador demócrata cubanoestadounidense Robert Menéndez, poderoso jefe del Comité de Relaciones Exteriores, afirmó que la decisión de Biden es un triunfo de su posición de que “la cumbre es una oportunidad para que las democracias –y no hampones autoritarios– a través del hemisferio forjen una agenda que promueva nuestra prosperidad y valores democráticos compartidos”, y se atribuyó el crédito de que Biden haya preservado la cumbre como una reunión de democracias.
Menéndez condenó la decisión de México afirmando: me sumo a aquellos cada vez más preocupados por la decisión del presidente López Obrador de ponerse de lado de dictadores y déspotas en lugar de representar los intereses del pueblo mexicano en una cumbre junto con sus socios a través del hemisferio.
No existe una sola razón que justifique la antidemocrática y arbitraria exclusión de país alguno del hemisferio de esa cita continental, señaló el canciller cubano Bruno Rodríguez.
“Estados Unidos subestimó el apoyo a Cuba en la región, mientras trató de imponer su política de hostilidad hacia nuestro país, unilateral y universalmente rechazada, como si fuese una posición consensuada en el hemisferio, pero el debate sobre el proceso de invitación demostró lo contrario, el evento ya es un fracaso neoliberal y monroísta que aísla y desconecta a Estados Unidos de nuestra América”, señaló desde La Habana.
Si la Cumbre de las América fue la forma estadounidense de imponer (desde 1994) el Área de Libre Comercio de las Américas, que fue sepultada en Mar del Plata (Argentina) en 2005, la novena reunión puede marcar un alto a las imposiciones indebidas y a la idea de la superpotencia como un hermano mayor con la facultad de tutelar a sus vecinos del “patio trasero”.
*Integrante del Observatorio de Estudios Macroeconómicos de Nueva York, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)