Asesinatos y campos de concentración: tragedia descomunal en Sri Lanka
Arundhati Roy*
Basándose en el principio de que todo tamil es un terrorista salvo que él o ella puedan probar lo contrario, zonas civiles, hospitales y refugios están siendo bombardeados y convertidos en zona de guerra. Estimaciones fiables establecen el número de civiles atrapados por encima de los 200.000. El ejército de Sri Lanka está avanzando, armado con tanques y aviones de combate.
Mientras tanto, existen informes oficiales relativos a varios “establecimientos de acogida” para albergar a los tamiles desplazados en los distritos de Vavuniya y Mannar. Según un informe del Daily Telegraph, esos establecimientos “serán centros de retención forzosa para todos los civiles que huyen de los combates”. ¿Se trata de un eufemismo para decir campos de concentración?
¿Por qué este silencio? En otra entrevista, Samaraveera decía que “hoy, los medios de información independientes son prácticamente inexistentes en Sri Lanka”. Él hablaba de los escuadrones de la muerte y de “secuestros con furgonetas blancas” que habían “aterrorizado” a la sociedad. Los disidentes, entre ellos varios periodistas, habían sido secuestrados y asesinados.
La Federación Internacional de Periodistas acusa al gobierno de Sri Lanka de servirse de una combinación de leyes antiterroristas, desapariciones y asesinatos para silenciar a los periodistas.Existen inquietantes pero no confirmados informes de que India está prestando material y apoyo logístico al gobierno de Sri Lanka en estos crímenes contra la humanidad.
Si los informes son ciertos, es algo vergonzoso. ¿Qué pasa con los gobiernos de otros países? ¿Pakistán? ¿China? ¿Qué están haciendo para mejorar o para empeorar la situación?
Resulta extraordinario que está preocupación no haya llegado al resto de la India. ¿A qué se debe el silencio en nuestro país? Aquí no existen “furgonetas blancas para secuestrar”, el menos no en relación con este asunto. Dada la envergadura de lo que está sucediendo en Sri Lanka, el silencio es inexcusable. Más aún habida cuenta de la larga historia de irresponsable implicación en el conflicto por parte del gobierno indio, a favor unas veces y en contra otras de una de los dos partes. Algunos de nosotros, incluida yo misma, que deberíamos haber hablado claro mucho antes, no lo hemos hecho simplemente por falta de información sobre la guerra.
Así que, mientras los asesinatos continúan, mientras se encierra en campos de concentración a decenas de miles de personas, mientras otras 200.000 se enfrentan a la hambruna, y se espera que ocurra un genocidio, existe un silencio letal en este enorme país.
Se trata de una tragedia humanitaria descomunal. El mundo debe intervenir. Ahora. Después será demasiado tarde.