Arturo Gudiño*
El Programa de Restauración de Tortugas Marinas (Pretoma) interpuso este martes 11 de noviembre un recurso ordinario de revocatoria ante la Secretaría Técnica Ambiental (SETENA), para que dé marcha atrás en un acuerdo que autorizó el proyecto Granjas Atuneras de Golfito. Según los ecologistas, las granjas atuneras tendrían un efecto devastador en el frágil ecosistema del golfo Dulce.
SETENA dio luz verde al proyecto que según Pretoma representa una amenaza para la biodiversidad del golfo Dulce, así como para especies de tortugas marinas, delfines y ballenas. El miembro de Pretoma, Randall Arauz, señaló el miércoles que SETENA ha dado viabilidad ambiental al proyecto, que será instalado en el mar en un área de siete kilometros de largo por 2,5 kilómetros de ancho, pese a que no hay ningún estudio que demuestre que no afectará la ecología.
Arauz dijo que resultaba inexplicable que SETENA haya dado permiso para seguir el proyecto, cuando la misma Universidad de Costa Rica, a la que la misma secretaría había acudido, recomendó realizar un estudio de corrientes que se prolongaría por casi un año para determinar el verdadero impacto de las 10 jaulas atuneras que los ecologistas estiman provocarán una gran contaminación.
Un estercolero
De acuerdo con los ecologistas las Granjas Atuneras convertirían las Aguas del Golfo Dulce en un verdadero estercolero. "Se pretende sembrar atún que cada cuatro meses alcanzaría un peso promedio de unas 450 toneladas, para luego ser vendido en el mercado internacional", dijo Arauz.
"Imagínese la cantidad de excremento que generarán estas granjas, y cuanto del alimento que se les dará quedará descompuesto en el mar. Esto es una real amenaza para una de las zonas de más rica biodivesidad del país y del continente". Arauz aseguró9 además que si SETENA no detiene el acto, Pretoma acudirá nuevamente a la Sala Constitucional.
Las Granjas Atuneras, que son impulsadas por extranjeros, es un proyecto que comenzó a desarrollarse en 2003, pero que no ha podido llevarse a cabo completamente gracias a la acción de los ecologistas y de vecinos de la zona.
Sala ya había detenido el proyecto
En mayo del 2007, la Sala Constitucional había ordenado al ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) detener el proyecto. La Sala pidió entonces a SETENA que investigara si había contradicciones entre la declaración jurada de la empresa Granjas Atuneras de Golfito S. A. y el estudio de impacto ambiental que presentó la compañía.
Según Granjas Atuneras, las corrientes marinas en Golfito son rápidas y garantizan que los desperdicios derivados de la producción de atún se diluirán en el mar y no causarán problemas de contaminación. Sin embargo, en el estudio de impacto ambiental de la empresa, se habla de "lentitud" en las corrientes marinas, lo que podría derivar en concentraciones de desechos en el golfo Dulce, en el Pacífico.
Los magistrados constitucionales ordenaron a la Setena "garantizar en forma previa y con razonable certeza que dichos desperdicios metabólicos no producirán una violación al ambiente".
Los desechos del metabolismo incluyen amonio y nitritos, que en altas concentraciones son tóxicos para los peces.
SETENA hizo caso omiso de nuevos estudios
Según Arauz, los estudios ordenado por la Sala Constitucional a SETENA no fueron atendidos por esa secretaría que depende del MINAET. En el recurso de revocatoria, Pretoma recuerda que el "19 de setiembre de 2008, SETENA solicita un criterio técnico de parte del Centro de Investigación Marina y Limnología de la Universidad de Costa Rica (Cimar) en relación al proyecto Granjas Atuneras de Golfito".
El Cimar respondió el 30 de setiembre que para "para entender mejor el posible impacto de este tipo de desechos en la zona donde se planea la construcción del proyecto de engorde de atún es necesario tener un estudio mucho más detallado de las corrientes en la zona del proyecto, que ayude a predecir con más seguridad el posible destino de los desechos y de las aguas enriquecidas producto de la actividad de las jaulas".
Sin embargo, SETENA hizo caso omiso de dicha recomendación y a contrapelo de ello emitió la viabilidad.
También en riesgo tortugas, que SETENA dice que no existen
La Sala también había pedido aclarar el impacto que tendría el proyecto de las Granjas sobre las especies de tortugas. Inicialmente, en el expediente, tanto SETENA como la empresa aseguraron que el "no está en la ruta de anidación de tortugas ni frente a playas de anidación".
Sin embargo, la misma Sala dijo que había duda ante "lo dispuesto en la página 81 del Estudio de Impacto Ambiental en el sentido de que si bien las playas no son aptas, el proyecto sí podría estar en la zona de paso de las tortugas a otras playas."
Luego, el pasado 6 de noviembre, SETENA aseguró que "las jaulas del proyecto no estárán frente a playas de anidación de tortugas, y es más, que las mismas playas frente a la ubicación del proyecto en cuestión no son aptas para la anidación de tortugas".
No obstante, Pretoma señaló que "desde el año 1996 ha realizado proyectos de conservación e investigación de tortugas marinas en las playas de Punta Banco, Estrechura, y Río Coco, directamente frente al sitio donde pretende instalarse las granjas atuneras, donde anidan entre 300 y 500 tortugas marinas por año, entre tortugas lora (Lepidochelys olivacea), tortugas verde (Chelonia mydas), y tortugas de carey (Eretmochelys imbricata), todas especies amenazadas de extinción según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Desde 1998, el Ministerio de Ambiente anualmente otorga Permisos de Investigación a PRETOMA para realizar estas actividades".
Pretoma también señaló que el 30 de noviembre del 2007, el representante de la empresa, el español Eduardo Velarde, "reconoció el anidamiento de tortugas marinas en la zona, y citó ampliamente los Reportes de PRETOMA presentados ante el Ministerio de Ambiente sobre la anidación de tortugas marinas en la zona".
* Periodista.
www.informa-tico.com
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