Avanza participación de mujeres indígenas

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Karin Anchelía Jesusi*
Las mujeres indígenas de América Latina vienen generando espacios de intercambio, reflexión y debate para compartir experiencias y buscar alternativas conjuntas de solución y denuncia a los problemas que afrontan los pueblos indígenas y las mujeres indígenas de la región. Son innumerables las reuniones, foros, encuentros, y cumbres en los que las mujeres indígenas alzan su voz y compromiso en defensa de sus derechos individuales y colectivos.

“Hay muchísimos espacios donde las mujeres podemos ir trabajando y pelear por esos espacios para tener presencia, de lo contrario nadie nos va a dar esos espacios gratuitamente, nadie va a decir ‘vengan y estén ahí nomás’”, afirma Nancy Iza Moreno, dirigenta de la Confederación Kichwa del Ecuador (ECUARUNARI) y coordinadora de las mujeres de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI).

La conformación de espacios propios de mujeres indígenas a nivel regional les ha permitido fortalecer su proceso organizativo y desde allí incidir en la promoción y defensa de sus derechos como mujeres indígenas y el ejercicio de su autodeterminación como pueblos.

El 27 y 28 de mayo del 2009, en Puno, Perú, se realizó la I Cumbre Continental de Mujeres Indígenas del Abya Yala —nombre dado al continente americano por los indígenas kuna de Colombia y Panamá—, que congregó a más de 3,500 mujeres delegadas provenientes de 21 países de América.

La reunión concluyó con un mandato significativo que destaca el llamado a constituir la Coordinadora Continental de Mujeres Indígenas del Abya Yala, con el propósito de ser una instancia representativa de las mujeres de la región ante los diversos organismos nacionales e internacionales, y construir una agenda continental en la que refleje la defensa de los derechos individuales, colectivos y derechos humanos de las mujeres indígenas.

Una agenda específica
“Es importante una agenda propia de las mujeres porque nuestro sentir, nuestra mirada es diferente, porque las mujeres siempre estamos pensando en los hijos, la vida, la familia; entonces, el sentir, el mirar de la mujer, es desde lo más colectivo, lo más amplio, no está encerrado sólo alrededor del ‘yo’ como mujer, sino que es ‘yo mujer con mi familia’”, señala Blanca Chancosa, también dirigenta de ECUARUNARI.

“Necesitamos la agenda de mujeres indígenas, porque así logramos consolidar y clarificar nuestra visión de mujeres. Yo digo que hay que poner la firma de las mujeres, nuestro aporte a estos nuevos procesos de cambio, porque si no, no se nota. Todavía está la situación del machismo; como que no se ve el aporte de las mujeres”, añade Chancosa.

Por su parte, Nancy Iza comenta: “Tenemos que identificar nuestra condición de mujeres indígenas, cómo somos discriminadas, excluidas, para desde allí plantear nuestras propuestas. Hay temas generales a nivel del movimiento indígena; sin embargo, debemos hacer una diferenciación entre los roles y actividades que tienen tanto los hombres como las mujeres, y allí viene quizás el tema de la lucha por el poder, donde los compañeros varones no quieren perder el poder que tienen, inclusive dentro de la misma familia”.

“Hemos visto que es bastante importante pelear [espacios], inclusive dentro de las mismas organizaciones, pelear por una presidencia reconocida, porque siempre las mujeres han estado asumiendo roles que son más invisibilizados, no han tenido la misma importancia y responsabilidad como el de una presidencia”, sostiene Iza.

“Pese a que históricamente hemos aportado mucho al movimiento indígena, ha sido una participación no muy reconocida, lo que queremos ahorita es hacer incidencia y lograr el reconocimiento que merecemos, rescatar a todas esas mujeres que han aportado mucho al proceso del movimiento indígena en Colombia y en Latinoamérica”, señala Dora Tavera, integrante del consejo nacional de gobierno de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).

“Que eso nos sirva de escuela a las mujeres que apenas se están formando para tener una participación cualificada en los espacios nacionales e internacionales, por que no podemos llegar así nomas y que nos absorban otras formas de pensar y otras situaciones, sino más bien tener muy firme lo que vamos a hacer dentro de estos espacios nacionales e internacionales”, añade Tavera.

Propuestas coherentes y democráticas
A un año de la I Cumbre Continental de Mujeres Indígenas, la Coordinadora Continental de Mujeres Indígenas pretende convertirse en una organización representativa con propuestas políticas coherentes y democráticas, que abra el camino a la participación reconocida de las mujeres indígenas a nivel internacional, y que permita llevar la voz de todas aquellas demandas y agendas que no son recogidas por otras redes de mujeres.

“Entendiendo la dinámica de la conformación de la Coordinadora Continental, como se dijo en el mandato de la I Cumbre, se debe hacer una articulación real, no solamente en el aire, superficial, por lo alto, sino debemos ir fortaleciendo las organizaciones desde abajo, desde las base, y eso estamos trabajando en la Coordinación de Mujeres de la CAOI”, dice Iza.

“Ahora recién se está estableciendo la agenda, todavía no podemos decir que ya está la Coordinadora. Para hablar de una Coordinadora Continental tenemos que hablar primero de América Central, América del Norte, todo lo que constituimos el continente, porque los pueblos indígenas hablamos del Abya Yala, entonces estamos en proceso de coordinación”, añade Iza.

Las demandas de los derechos de las mujeres indígenas van de la mano con las demandas de los derechos colectivos de autodeterminación, tierra y territorios de los pueblos.

“Todas nuestras acciones van encaminadas a fortalecer tanto a las mujeres como a los pueblos. Se trata de que en el movimiento indígena de América Latina y del mundo se coloque el tema de mujer indígena como un tema muy importante a tratar en la agenda del movimiento y no solamente se vea como un tema a debatir sólo por mujeres. Se trata de complementariedad, equilibrio y dualidad, se trata de nosotras como pueblos y del movimiento indígena en general”, explica Dora Tavera (ONIC).

Chancosa considera que sí se han producido avances importantes dentro de las organizaciones indígenas.

“Podría decirse que después de la I Cumbre hay avances dentro de las organizaciones”, afirma. “Por ejemplo, en el II Congreso de la CAOI realizado en Quito (Ecuador) del 11 al 13 de marzo del 2010, por primera vez se nombró una Coordinadora de Mujeres de CAOI, eso es un avance, porque antes no estaba considerado. Nomás había una delegada y estaba en un segundo plano. En cambio hoy ya tiene un nivel de coordinadora, de una dirigencia interpaíses, y pronto estarán desarrollando algunas actividades con un plan anual que comienzan a impulsar en estos meses, en los diferentes países que son parte de la CAOI”.

El mandato de la I Cumbre es amplio y ha creado muchas expectativas; por ello las dirigentes coinciden en que el documento se debe convertir en algo más operativo, que se pueda trabajar paso a paso.

Algunos temas prioritarios incluyen acciones encaminadas a formar a las mujeres para una participación cualificada, fortalecimiento de las organizaciones, defensa de la Madre Tierra, restablecimiento de la espiritualidad y cosmovisión indígena, elaboración de una propuesta de desarrollo económico y productivo para las comunidades, revisión de las políticas migratorias y cómo afectan a las mujeres que se ven obligadas a migrar, discriminación y racismo a la mujer, comunicación y medios de comunicación indígenas, y erradicación de todo tipo de violencia: política, social y doméstica/familiar.

“Ahora hace falta que las mujeres comencemos, no solamente a ver el espacio de la dirigencia, sino que también con más confianza tratemos de actuar en los otros espacios, por ejemplo en política económica, desarrollo de los pueblos, la presidencia de las diferentes organizaciones que no se tiene que descuidar, porque las organizaciones no es solamente para los hombres, sino también para las mujeres. Hay que ganarse la confianza a nivel general para que el reconocimiento de la mujer no sea solamente de las mujeres. Yo creo que el espacio de las mujeres sirve para que lo dinamicemos, se haga conocer, se promocione, y se gane la confianza, hasta ganar un ejercicio equitativo en los diferentes espacios”, sostiene Chancosa.

*Periodista de Noticias Aliadas, desde Lima .
 
 

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