Emblema de la esperanza, ¿utopía inalcanzable? No importa. La semilla está plantada y la plantaron los mismos que sufrieron el fuego atómico. Estos jardineros de ese anhelo otorgan un ejemplo de vida al resto de la humanidad.
Sobrevivir, perdurar, resistir, renacer: ¿qué sería de los seres humanos sin esos valores, sin esas motivaciones, sin esa esencia?
Imborrable es el recuerdo del infierno, pero también es imborrable el emblema del renacer. A un costado del Hiroshima Peace Memorial, aún se mantienen en pie los escombros de la cúpula de Gembaku, el único edificio que se mantuvo en pie tras el parto nuclear. Allí, en ese mismo lugar, permanecerá para recordar al mundo y su memoria que estos terribles episodios de nuestra historia no deben ser olvidados.
*Periodista de la Agencia de Prensa del Mercosur
Los comentarios están cerrados.