Banco de los BRICS: Del anuncio hacia las definiciones y la realidad
El anuncio esperado en la Cumbre en Fortaleza de la puesta en marcha del Banco de los BRICS debe ser observado con la perspectiva de los actuales enormes cambios económicos y geopolíticos mundiales.
Hay nuevos actores y cambios de posicionamientos relativos inciertos aun en pleno desarrollo.
Por cierto, la aparición de una nueva banca de desarrollo multilateral de países emergentes con un capital autorizado de más de USD 100 mil millones refiere sin duda la posibilidad de llenar el vació que dejan la falta de credibilidad de las instituciones multilaterales tradicionales (Banco Mundial, FMI, entre otras) y la fragilidad de la globalización financiera que ha venido generando crisis recurrentes en las últimas décadas.
Aun siendo el lanzamiento en Brasil puede llegar a ser sólo enunciativo, al plantearse que la puesta en marcha será recién en 2016, la sola confirmación de su nueva referencia abre interrogantes, como ser: a) ¿deberá ser considerado en la perspectiva de nuevas relaciones financieras sin las condicionalidades habituales para los países periféricos –al menos el nombre pensado inicialmente «Nuevo Banco de Desarrollo» así lo indicaría superficialmente–? b) ¿atisbará la perspectiva de nuevo mercado financiero internacional con eje en los BRICS , anticipando la eventual pérdida del monopolio del dólar como moneda indiscutida de reserva mundial? c) Ya en lo inmediato para Argentina, que se ve hoy amenazada con el «default» indeseado debido al grado de especulación y la arbitrariedad de la justicia de EE UU para avalar «fondos buitre»: ¿podrán abrirse nuevas alternativas de financiamiento en el corto plazo a partir de países BRICS –en particular China y/o Brasil– con o sin banco constituido y, acaso, con qué condiciones?
Las placas tectónicas del poder relativo mundial pueden estar cambiando mucho más allá de lo esperado.
Sólo hace poco más de dos años, en marzo de 2012, el entonces presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, afirmaba públicamente que un «banco de los BRICS tendría dificultades para concretarse e igualar la destreza de su institución».
Sin duda, la realidad puede superar los pronósticos de los gurúes financieros.
Otro signo más de que el mundo está cambiando.
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