Biardeau/ ¿Por qué eco-socialismo?

 Javier Biardeau R.*
Mientras algunos se empantanan en el oportunismo electoral para el año 2010, es conveniente referirse a un hecho que desborda cualquier foco de la agenda en los cuadros dirigentes, tanto de los partidos “oficialistas”, como de los “escuálidos”; tal como son hetero-designados. Mientras hacen cálculos por una tajada electoral, el mundo de vida plantario se hace pedazos. ¿Exageraciones? Nada de eso.

La catástrofe ambiental planetaria ha llegado a las puertas del Imperio. Uno escucha a Obama, lee las reflexiones de Fidel, y reconoce que no se trata de discursos bobos. Por cierto, argumentos que no son novedosos. La inquietud por la catástrofe ecológica la vienen repitiendo desde décadas atrás, quienes han sido rotulados como “come-flores”, “contra-culturales” y “ecologistas”. Son estas voces críticas quienes han cuestionado  el narcisismo antropocéntrico, dándole tal vez un último chance al ignorante género humano.

Si destruimos el planeta, todas las demás veleidades culturales, políticas e ideológicas son pura paja. Vivir en pie de igualdad con nuestra naturaleza, tal vez nos recordará como vivir en pie de igualdad con nuestros prójimos, sean semejantes o diferentes. La modernidad euro-céntrica, con todos los magmas ideológicos y significaciones imaginarias han entremezclado la noción de progreso con la falacia desarrollista. Este es el problema, no la solución. El capitalismo y el socialismo burocrático comparten la misma agenda, unos disfrazando su lógica de acumulación por la acumulación misma, con una economía ambiental de corte neo-clásico.

Otros con su fe idiota en el “desarrollo de las fuerzas productivas”. Ambos son incapaces de analizar la destructividad del productivismo y del consumismo. Muchos saben que la opulencia capitalista ha desencadenado procesos irreversibles. Lo que no se reconoce tanto, es que para la crisis ecológica, la escatología marxista no sirve. Los famosos “manantiales de riqueza” del Capital brotan junto a chorros de polución, desperdicio y riesgos tecno-científicos.

El eco-socialismo surge por urgente reinvención del socialismo clásico. Marx-Engels ya no van a pensar por nuestro destino planetario. Nos corresponde a todos y todas. Aunque en este tema, Chávez ha lanzado acertados dardos intuitivos, el productivismo y el consumismo se anidan imperceptiblemente en la mentalidad de las fracciones del capitalismo de estado y en la burocracia roja rojita que sueña con engordar patrimonios y privilegios.

Pero, hay que preguntarse como es posible que Fidel y Obama puedan encontrar áreas de acuerdo frente a la crisis ambiental. Para los desprevenidos, podría sorprender que el mismísimo Banco Mundial en su informe preparatorio: “Desarrollo y cambio climático 2010”, muestre inquietudes. Por supuesto, hacen saludos a la bandera ecológica para que todo siga más o menos igual de mal.

El propio Robert B. Zoellick, Presidente del Grupo del Banco Mundial dice: “Los países desarrollados han producido la mayoría de las emisiones del pasado y tienen un alto nivel de emisiones per cápita. Estos países deberían marcar la pauta reduciendo significativamente su huella de carbono y estimulando las investigaciones sobre alternativas verdes.” ¿Sorpresa? Tal vez demasiado tarde. Pero lo más interesante del informe es el preludio de una novedosa estrategia retórico-ideológica para “echarle la culpa a la propia víctima”: “No obstante, la mayoría de las emisiones futuras se generarán en el mundo en desarrollo.

Estos países necesitarán fondos suficientes y transferencia de tecnología para poder emprender una trayectoria con bajos niveles de carbono, sin poner en peligro sus perspectivas de desarrollo. También necesitan ayuda para adaptarse a los inevitables cambios del clima.” De nuevo, la “misión civilizadora” del Banco Mundial. La catástrofe ambiental será por obra y gracia del Banco mundial responsabilidad de los llamados “países emergentes”. Lo que no dicen es porque se siguen los mismos “modelos de desarrollo”.

Para el Banco Mundial, ¡El Sur necesitara de su ayuda eterna!, Amén. De allí el titulo del artículo: ¿Por que eco-socialismo? Para salir de la trampa montada para la XV Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático en Copenhague a partir del 7 de diciembre de 2009. Para salir de la trampa de raíz analizada por Karl Polanyi: “(…) la transformación de la sustancia natural y humana de la sociedad en mercancías”. No hay manuales que valgan. Eco-socialistas como

Manuel Sacristán, Raymond Williams, James O’Connor, Barry Commoner, Juan Martinez Allier, Francisco Fernández Buey, Jean-Paul Déléage, Elmar Altvater, Frieder Otto Wolf, Joel Kovel, Rudolf Bahro y muchos otros, están a la orden del día. El mundo de vida no es una mercancía. Desde ahora será: ¡Eco-socialismo o Barbarie!
 

*Sociólogo y docente universitario venezolano.

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