
Por ejemplo, la cámara del robot submarino SuBastian muestra un extraño animalito blanco y se escucha a una de las científicas del equipo preguntar a sus colegas: “¿Lo queremos?”, “¡Sí, sí, lo queremos!”, replican decenas de mensajes en el chat antes de que, en la imagen, se vea activarse el succionador que aspirará al espécimen para su estudio.
La transmisión ha sido vista por cientos de miles de usuarios desde que comenzó hace una semana y supera el millón de visualizaciones por día desde el jueves, cuando comenzó a ser difundida también por televisión.
“Hay corales de agua fría con los colores del Caribe, idénticos, ¿cómo puede ser? ¡A 3 mil metros de profundidad!”, contó a la Afp Pablo Penchaszadeh, biólogo marino y pintor, y quien está a bordo como artista.
La expedición de 20 días Oasis Submarinos del Cañón de Mar del Plata, en la que trabajan 25 científicos –la mayoría del consejo científico argentino Conicet– del Grupo de Estudios del Mar Profundo (Gempa), con el apoyo del estadunidense Instituto Schmidt Ocean, terminará el 10 de agosto.
Desde el buque Falkor (too) del Instituto Schmidt, los científicos argentinos manejan remotamente el vehículo con capacidad de descender hasta 4 mil 500 metros, recolectar muestras con sus brazos robóticos y otros instrumentos y enviar imágenes de alta definición.
“Que cualquier persona pueda conectarse desde su casa y ver en vivo lo que estamos viendo nosotros es una oportunidad única, explicó Daniel Lauretta, director de la expedición, en un comunicado. La ciencia deja de ser algo lejano o inaccesible, y se vuelve parte del día a día”.
Es la primera vez que ojos humanos –aunque remotos– contemplan este oasis submarino en tiempo real, donde convergen las corrientes de Malvinas y de Brasil que, por sus diferencias de temperatura, favorecen altos niveles de biodiversidad marina, según el instituto Schmidt.
“Ya vemos cosas increíbles: animales que nunca se habían registrado en esta zona, paisajes submarinos que parecen de otro planeta, y comportamientos que sorprenden hasta a los científicos más experimentados”, comentó Lauretta.
Pero, como todo en Argentina, la ciencia también tiene un trasfondo político. El Conicet ha sido gravemente desfinanciado por el presidente ultraliberal Javier Milei, quien emprendió recortes draconianos al gasto público con su ya famosa motosierra.
Su presupuesto cayó 21 por ciento el año pasado, los salarios se han derrumbado 35 por ciento desde que asumió el presidente en diciembre 2023 y el desfinanciamiento ha provocado un éxodo de científicos.
Por esto, en el chat brotan mensajes de apoyo: “¡Viva el Conicet!”, escriben los usuarios.
Tomás Atilio Luppi, biólogo del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras-Conicet en Mar del Plata, que no participa directamente de la campaña, comentó que la ciencia está en un momento complicado, tanto desde lo financiero, como desde el soporte y los recursos humanos. Que se esté produciendo este furor es como un faro de luz.
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