Biden insiste en el bloqueo y embargo a Cuba: abrumador rechazo mundial en la ONU
Estados Unidos quedó aislado, por vigésima novena vez, ante el repudio casi universal a su política contra Cuba: esta vez 184 de los 193 integrantes de la Organización de Naciones Unidas votó a favor de la resolución de la Asamblea General para poner fin al bloqueo impuesto hace casi 60 años contra la isla.
En su 75º período de sesiones, la Asamblea General de la ONU reclamó a Estados Unidos el fin del embargo que pesa desde 1962 sobre Cuba. La resolución -llamada Necesidad de poner fin al bloque económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos de América contra Cuba- tuvo 184 votos a favor, el rechazo de EU e Israel y la abstención de Brasil, Colombia y Ucrania. Otros cuatro países no votaron.
Si bien el año pasado no hubo votación en la Asamblea General de la ONU por la pandemia, la expectativa estaba montada sobre si Washington se abstendría, como lo hizo por primera vez en 2016 en el gobierno de Barack Obama de quien Joe Biden era vicepresidente, como parte de su intento por normalizar la relación bilateral.
Pero el gobierno del “demócrata” Biden perdió la oportunidad de lavar la cara de su país ya que siguió la línea de su antecesor Donald Trump y dejó en claro la invalidez la muletilla de que su política representa el consenso de la comunidad internacional.
Biden había expresado su voluntad de restaurar el liderazgo moral perdido por Estados Unidos durante el cuatrienio de Donald Trump, pero más allá de sus declaraciones la realidad muestra que mantiene las medidas de endurecimiento dictadas por el magnate.
Y resulta esclarecedora la abstención de Colombia y Brasil, aliados de las políticas imperiales estadounidenses en la región, rompiendo la manifestación de la unidad latinoamericana ante un acto inadmisible de injerencismo.
En sus 59 años en vigor, el bloqueo al que Washington presenta como uno de los conjuntos más completos de sanciones impuesto a cualquier nación no ha logrado su propósito de doblegar a la revolución cubana mediante el hambre, pero sí ha causado un dolor incalculable a los millones de habitantes de la isla que han vivido bajo el asfixiante cerco impuesto el 3 de febrero de 1962 por el entonces presidente –también demócrata- estadounidense John F. Kennedy.
El canciller cubano Bruno Rodríguez señaló en la Asamblea General que el bloqueo es una guerra económica con medidas extraterritoriales, parte de la injerencia política que busca generar la inestabilidad política y social dentro de su país. Como el virus, el bloqueo asfixia y mata, afirmó. Añadió que los países integrantes de la ONU son víctimas del impacto extraterritorial del bloqueo, algo que “viola las soberanías… y el derecho internacional”.
Rodríguez rechazó que su país sea patrocinador del terrorismo, como han repetido Trump y Biden y denunció que Cuba ha sido víctima de actos terroristas que han cobrado la vida de tres mil 478 cubanos y que tuvieron su origen y o fueron apoyados desde Estados Unidos.
La embajadora estadounidense en la ONU delegó la respuesta en Rodney Hunter, el coordinador político de la misión de su país en el organismo internacional, quien afirmó que las sanciones son “una serie de herramientas en nuestro esfuerzo amplio hacia Cuba para promover la democracia, el respeto por los derechos humanos y ayudar al pueblo cubano a ejercer las libertades fundamentales”. Y se animó a decir que EU sigue enviando asistencia humanitaria y es un socio comercial de la isla, a pesar del bloqueo.
“Estamos en contacto directo con una amplia gama de la sociedad civil, empoderando al pueblo cubano a determinar sus propios futuros incluyendo ONG, artistas, periodistas y más”, indicó. De milagro no añadió que el bloqueo es un pretexto del gobierno cubano: Es como si el policía que mató a George Floyd dijera que su rodilla en el cuello ajeno era un pretexto de la víctima para asfixiarse, señala la analista cubana Rosa Elizalde.
El discurso de Hunter fue rebatido por decenas de países, quien dejaron sentado que se trata de una política injustificable, que sus consecuencias sobre el pueblo cubano, sobre todo durante una emergencia de salud mundial, es inaceptable.
Más que una victoria diplomática de la isla que llega puntualmente cada año desde 1992, es un recordatorio de la larga espera del pueblo cubano por un acto de justicia que revierta la preocupante situación donde se mezclan el abuso de autoridad, el empleo desproporcionado de la violencia y la intención muy específica de destruir, totalmente o en parte, un grupo nacional, étnico o racial, en su totalidad, que es lo que describe como genocidio la Convención de 1948, dice Elizalde.
El representante de México ante la Asamblea General, Juan Ramón de la Fuente, demandó poner fin al bloqueo y enfatizó que toda medida unilateral de carácter económico o financiero, concebida como un medio de presión política para lograr cambios desde el exterior en las decisiones de otro Estado, contraviene los principios de la carta de Naciones Unidas y atenta contra la paz y la estabilidad internacionales.
Durante casi seis décadas el bloqueo supuso pérdidas de miles de millones de dólares a la economía cubana y dificultades enormes para la población, pero la pandemia de Covid-19 destapó sus aspectos más inhumanos.
La aplicación extraterritorial de las leyes estadunidenses, medida ilegal que constituye el núcleo de éste y los demás programas de sanciones emprendidos por Washington, ha impedido o incrementado los costos para el gobierno cubano de adquirir todo tipo de insumos indispensables para la lucha contra el coronavirus, desde algo tan elemental como los cubrebocas, hasta equipo médico y ventiladores para la atención de pacientes en terapia intensiva.
El bloqueo también es responsable de obstaculizar los esfuerzos de La Habana para producir y aplicar las vacunas desarrolladas por el sector biomédico cubano.
El festejo en la isla coincidió con otra noticia, quizás más esperanzadora: científicos cubanos han logrado llevar a término las dos primeras vacunas latinoamericanas. Una de ellas, Abdala, tiene una tasa de eficacia de 92,28 por ciento.
Que Washington fue reprobado por casi todo el mundo por su política hacia Cuba no fue registrada entre las principales noticias en ningún medio nacional de Estados Unidos ni fue tema en las conferencias de prensa diarias en la Casa Blanca ni con jefes de la diplomacia estadounidense. La noticia que fue colocada entre las principales del día y que mereció alertas, fue la queja de Britney Spears de que no la dejan vivir como ella desea.
* Economista del Observatorio de Estudios Macroeconómicos (Nueva York), Analista de temas de EU y Europa, asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)