La precariedad económica también supone que el próximo gobierno va a administrar un país en crisis, sin reservas monetarias internacionales y sin una capacidad de construir consensos debido a la atomización de las diferentes fuerzas políticas. A diferencia de los últimos años, en los que Morales se resistía a debatir, en esta campaña habrá debates obligatorios a nivel de candidatos presidenciales en los que ninguno podrá rehuir.
En el debate político están las posiciones de la izquierda socialista, que postula el rol interventor del Estado, y la derecha para defender un discurso de libertad económica, inversión extranjera y un rol más reducido del Estado.
* Sociólogo y periodista boliviano, colaborador del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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