Andrés Sal.lari*
Si algo quedó evidenciado durante las últimas jornadas en Bolivia, fue la escasa vocación democrática de la oposición al proceso de cambio liderado por Evo Morales.El pasado sábado, el presidente había cedido en la pretensión opositora de armar un nuevo padrón electoral para realizar las elecciones del 6 de diciembre, el domingo pareció que el camino para la aprobación de la ley quedaba habilitado, incluso el diario La Razón, que se caracteriza por su férrea oposición al proceso de cambio tituló el domingo: “Evo acepta nuevo padrón y allana la vía a la ley electoral”.
Sólo la masiva movilización campesina, que cercó literalmente la ciudad de Santa Cruz, logró aplacar la intentona golpista. Desde entonces y hasta los últimos hechos, parecía que la oposición había entendido que debía respetar la voluntad de las mayorías, pero en estos días han demostrado nuevamente sus intenciones desestabilizadoras.
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