Borrador de un corresponsal: los cambios en Cuba

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Manuel Alberto Ramy*

“¿Qué opinas de los cambios?” Esta pregunta me la han hecho amigos y lectores, unos por teléfono y otros mediante el correo electrónico. Soy de los que gustan procesar las ideas, rumiarlas antes de escribirlas; no obstante trataré de satisfacer las solitudes aclarando que mis opiniones deben cogerlas con pinzas, pues aún no están suficientemente maduritas. Pero hace más de un año Raúl Castro había anunciado cambios en laestructura gubernamental.

El anuncio hecho ayer al mediodía me tomó por sorpresa, aunque no tanta como tal vez a alguno de los ministros cesados. Si bien el presidente Raúl Castro hace más de un año había anunciado que habría cambios en el aparato gubernamental e incluso había sustituido a algún que otro ministro, como el de Educación, y nombrado a 4 nuevos Vicepresidentes del Consejo de Ministros, todo parecía quedar diferido para cuando finalizase el Congreso del Partido Comunista a finales de este año. No fue así. Asistimos a la que quizás sea la mayor remodelación del gobierno después de la ocurrida durante el período 1959-1961.

Sin entrar en detalles, se trata de la sustitución de casi 10 ministros, la democión de un par de vicepresidentes del Consejo ministerial, la fusión de al menos cuatro ministerios en dos, la clara delimitación del papel de los secretarios de los Comités Ejecutivos del Consejo de Ministros y del de Estado; del pase de dos miembros del Secretariado del Partido a cargos ministeriales, razón por la que cesan en sus funciones partidarias.

¿Qué me llama la atención? En primer lugar el momento escogido. Los cambios se producen cuando arribaban al país dos presidentes: Leonel Fernández, de República Dominicana, y José Manuel Zelaya, de Honduras; y cuando comenzaba con 1 500 asistentes el encuentro de economistas sobre Globalización y Desarrollo, al que asisten personalidades importantes.

¿Escenario adecuado para un mensaje extramuros? Puede ser, ya que si bien Cuba ha recibido en el último año un fuerte apoyo internacional –resultado de una política de años–, el apoyo se ha manifestado con fuerza y claridad a partir del ascenso al poder de Raúl Castro y sus anuncios reiterados de modestos cambios estructurales y también de mentalidad.

En segundo lugar, y este de orden interno, anotaría que la restructuración y remociones, sustituciones y ascensos, pueden indicar:

1. Reducción racional del aparato de gobierno.

2. Concentración de la autoridad político-administrativa en el núcleo de los Vicepresidentes, que supervisarán diferentes ministerios y agencias. Esta medida puede asociarse con dotar de una mayor agilidad a la toma de decisiones y de control de las políticas, pero visto desde la perspectiva de un organigrama pudiera indicarnos que, en la medida en que baje a los ministerios, éstos podrán disponer de una mayor flexibilidad operativa. Resumo: concentración de autoridad en la cúspide/delegación de funciones en la medida en que desciende en el organigrama y debiera llegar a las bases administrativas.

3. La fusión de ministerios se corresponde con la realidad del país, cuyo aparato gubernamental está sobrepasado de peso; y revela la tendencia a “poner cada huevo en su canasta”, como es el caso de integrar el Polo Científico, de alto rendimiento profesional y económico, al Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente, o el de los Trabajadores Sociales y de la Batalla de Ideas a los organismos correspondientes.

4. Revitalización de la política de cuadros iniciada hace casi 30 años en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), y que no venía aplicándose consistentemente. Varios de los cesados han sido sustituidos por sus correspondientes adjuntos. Invito al lector a que entre Radar Cubano de Progreso Semanal y lea la nota oficial (que también se puede leer aquí, según la versión dfundida por Progreso Semanal).

5. La presencia de varios militares o de ex-militares en diferentes cargos, y que ha sido apreciado como un fortalecimiento de las posiciones de Raúl Castro, que fue su organizador y jefe durante casi 50 años, no debe ser reducida a facciones, como exclusivamente está siendo apreciada por diferentes medios. No se trata de facciones, sino de variantes de cómo encarar los nuevos tiempos y realidades. Debemos recordar que el Ejército Rebelde no solo fue el embrión de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, sino del propio estado revolucionario, de sus instituciones incluyendo al actual Partido Comunista de Cuba. Durante años las FAR han facilitado sus cuadros al gobierno cubano.

6. Raúl Castro definió hace tiempo que solo la institucionalidad podía heredar el liderazgo del ex-presidente Fidel Castro. Estamos asistiendo a un momento del proceso de institucionalizar, que a mi juicio comienza por poner la estructura gubernamental y administrativa a tono con la realidad económica y geográfica del país. Es un paso que de concretarse en la dinámica diaria puede y debiera conducir hacia otros, como el de acortar la brecha entre instituciones y ciudadanía.

Como dice al final el comunicado oficial, el proceso no termina con estas reformas, es solo un primero y fuerte golpe a las fichas de dominó. Presiento —ya lo escribí haces meses— que más tarde o más temprano la actual división político-administrativa será revisada a fondo. Opino que 14 provincias son demasiadas para nuestra Isla y los Poderes Populares, en sus diferentes niveles provinciales, municipales y locales deben disfrutar de una racional autonomía, que incluya la económica. Esperemos.

* Periodista.

En Progreso Semanal (http://www.progresoblog.com).

 

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