Brasil: Si…

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Vi gran parte del testimonio de Lula al juez Sérgio Moro. Es una lástima que el video muestre apenas al ex presidente. De hecho, sin la manufacturación del consenso producido por el periodismo -en especial por la Globo– la acusación pierde toda fuerza.

No es posible ver y, por tanto, apenas podemos suponer la cara patética de Moro insistiendo en cuestiones de los diarios, documentos sin firmas y afirmaciones de delatores dispuestos a mandar a su propia madre a la cárcel, a cambio de la vida tranquila y millonaria con tobillera electrónica, desde el momento en que impliquen a Lula. El sistema PT-PSDB y la corrupción del Estado brasilero obviamente existen.

El petismo jamás pretendió enfrentar el problema de la corrupción, razón por la cual toleró todos y cada uno de los vicios del sistema político y, entre estos, la corrupción. Actuó como si la “habilidad” de sus “dirigentes” fuese capaz de mantener el pacto de clase in­de­fi­ni­da­mente.

Eso se llama complicidad con el orden dominante. Las misma de los tucanos (simpatizantes del PSDB) de alto plumaje que siguen serenos, lejos de los reflectores y -más importante- lejos del banquillo de los reos. El PT es un partido del orden dispuesto a conceder migajas a los pobres por medio de una política social casi limitada a caridad cristiana.

En lo esencial, es partido del orden porque defiende los intereses dominantes de la burguesía predatoria que sufrimos que, cuando las condiciones lo permiten, puede conceder algo a las clases populares.

Lula viajó a Curitiba a bordo del jet de la Kroton, la mayor empresa capitalista de educación en Brasil. Walfrido dos Mares Guia, es el mandamás de la empresa, ex ministro de Lula y apuntado por el Procurador General de la República como organizador del men­salão mi­neiro, o sea, el men­salão tu­cano co­man­dado por el gobernador Edu­ardo Aze­redo (PSDB), ya con­de­nado.

Bueno, si la Globo no existiese y tampoco el acceso a “información privilegiada” que obtiene con los secuaces de Curitiba, las posibilidades de un “juicio justo” (siempre una quimera en el sistema actual) tal vez tuviera lugar. En las circunstancias actuales, la manufacturación de la opinión pública contra el reo ya está consolidada, tal como Lima Bar­reto escribió con detalles en el genial “Recuerdos del escribano Isaías Ca­minha».

Si los gobiernos petistas hubiesen atacado la corrupción…Si hubiesen limitado el poder monopólico de las empresas de periodismo…Si hubiesen politizado los sindicatos, si…

Nildo Ouriques

*Economista y pro­fesor de la Universidad Federal de Santa Catarina (UFS).

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