Este lunes vence el plazo que desde Brasilia se le dio a Mark Zuckerberg y a la empresa Meta, dueña de Facebook, Instagram y Whatsapp, para que explique en detalle los efectos de su decisión de eliminar programas de verificación a nivel global, lo que supone la posibilidad de la expansión de fake-news (mentiras) sin filtro alguno.
El presidente, Luiz Inácio Lula da Silva dejó clara su enorme preocupación desde el mismo momento en que Mark Zuckerberg, propietario del gigante tecnológico, la anunció por sorpresa el pasado martes en un gesto hacia el próximo presidente estadounidense Donald Trump. Al igual que X, propiedad de Elon Musk, las redes sociales de Zuckeberg podrían difundir fake news sin filtro. 
Lula convocó inmediatamente una reunión del Gobierno para analizar la medida, que ha culminado con la exigencia de información, mediante una solicitud extrajudicial, y ese plazo que vence el lunes. Además, el brasileño ha discutido el tema con su homólogo francés, Emmanuel Macron, en la conversación que han mantenido.
Los mandatarios coincidieron en que «la libertad de expresión no significa libertad de difundir mentiras, prejuicios y ofensas», según un comunicado.
“Me parece gravísimo que quieran que la comunicación digital no acarree la misma responsabilidad que alguien que comete un delito en la prensa escrita”, dijo Lula. Este Gobierno brasileño y los máximos tribunales del país consideran que las redes son un importante caldo de cultivo de movimientos extremistas como el que culminó en el asalto a la sede de los Tres poderes en Brasilia, dos años atrás.
El Gobierno de Brasil dio el viernes 72 horas de plazo a la empresa Meta para que explique en detalle los efectos de su decisión de eliminar las verificaciones de sus programas en todo el mundo, tras señalar la falta de transparencia de la compañía y ha recalcado lo serio que es el asunto para las autoridades brasileñas.
“Quiero expresar la enorme preocupación del Gobierno brasileño por la política adoptada por la empresa Meta, que es como una veleta, que cambia de posición todo el tiempo según los vientos”, dijo el Procurador General, Jorge Messías. “La sociedad brasileña no estará a merced de ese tipo de política”, agregó, tras alertar del peligro de que “la barbarie digital” se instale en las redes.
Messias advirtió que su oficina adoptará «medidas legales y jurídicas» si Meta no responde a tiempo a la notificación extrajudicial enviada este viernes, sin precisar cuáles serían las consecuencias de un eventual desacato. «La información falsa, la desinformación y los discursos de odio debilitan la confianza en las instituciones democráticas» y «perjudican la participación eficaz de los ciudadanos en los asuntos públicos», señaló.
Zuckerberg, fundador y director de Meta, sacudió el mundo de las comunicaciones al anunciar el martes que cesará su programa de fact-checking (verificación digital) en Estados Unidos, un giro radical en sus políticas de verificación de contenido que se alinea con las prioridades del próximo presidente estadounidense, Donald Trump.
Lula afirmó que Brasil es un mercado de lo más jugoso para las tecnológicas porque es un país con una gran población (210 millones) de potenciales navegadores por Internet. Brasil, por orden de un juez, el año pasado cerró por 40 días la red social X de Elon Musk, por incumplir las órdenes de los tribunales.
El líder de la oposición brasileña, el expresidente Jair Bolsonaro, saludó con entusiasmo la decisión de Zuckerberg, como otros líderes de la internacional ultraderechista impulsada por la industria de las noticias falsas.
El fundador de Meta explicó su decisión diciendo que en los últimos años su empresa había “censurado demasiado contenido” y mencionó que “los países latinoamericanos tienen tribunales secretos que pueden ordenar a las empresas silenciosamente que eliminen cosas (posteos).
* Investigadora brasileña, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)