Buenos Aires: Paul Schäffer fue apresado

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Al sur de Talca, más allá de Linares -medio reseco, medio polvorinento, entre la cordillera y la costa- se levanta Parral, al este de Cauquenes. En su cercanía a mediados de 1961 un grupo de -entonces llamados benfactores- alemanes bautistas fundan la Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad.

No son más de 10; en el lustro siguiente serán no menos de 230.Su objetivo: hacer beneficiencia entre los campesinos de la zona, que son muy pobres (como todos los campesinos). Su Misión Social Privada no sólo cuenta con el auspicio de la Iglesia Bautista, sino con el visto bueno de Bonn, en ese enconces capital de la llamada Alemania Occcidental o del Oeste.

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Los dirige un hombre parco, ex paramédico del ejército alemán durante la II Guerra Mundial. En 1959 Paul Schäffer (o Schaeffer, n.1921) y su íntimo camarada Hugo Baar habían fundado en Alemania la Misión Social, institución de ayuda a niños y jóvenes en riesgo social. Lamentablemente Schäffer es acusado de abusar sexualmente de esos niños, por lo que decide huir con sus colaboradores de Alemania.

Tras una estadía breve el Bélgica -que con el curso de los años se convertiría en un referente de la alta pedofilia europea (ver en Piel de Leopardo Tenía 12 años, tomé la bici…), Schäffer y sus huestes emigan a América.

Se instalarán en el sur de un país tradicionalmente germanófilo (como que se dice que con las mesnadas de Valdivia -el capitán conquistador- venía un alemán, y nada menos que a cargo de los caballos) y con poca experiencia en esto de controlar inmigraciones. Pronto Colonia Dignidad es un hecho.

Los colonos -nada de pobres, por cierto- adquieren algunos terrenos: 15.000 hectáreas en Parral , un fundo de 300 hectáreas en Quillón, VIII Región, y una casa en la comuna de Ñuñoa en Santiago. Además un predio en la Cordillera de Nahuelbuta, en el que explotan con suerte regular un par de yacimientos de oro.

Baviera antes de la DINA

fotoVilla Baviera -que es como Schäffer y su gente prefieren llamar al casco del fundo principal- se organiza con un orden meticuloso. Hembras y varones notienen comercio ni mantienen mucha proximidad; los emparejamientos, connubios o conyugatos deben ser autorizados por el führer local, que se reserva el cuidado y educación de los niños.

No hay muchas entretenciones, pero sí mucho trabajo. Prosperan rápido. En marzo de 1966 se produce la primera deserción: Ernest Wolfang Müller, un joven que llegó junto al grupo inicial, escapa en marzo de ese año.

Como consecuencia de sus dichos y por otras sospechas que sobrevuelan la zona, el intendente de Parral, de apellido Taricco, decide investigar a la colonia; los abogados de Schäffer piden su desafuero por «abuso de poder». El 6 de marzo de 1968 la Cámara de Diputados aprueba una acusación constitucional contra el funcionario y lo destituye.

Tras el mini escándalo consiguiente, Taricco obtiene el respaldo del entonces senador Patricio Aylwin, que obtiene se instituya una comisión investigadora, integrada por parlamentarios de todos los partidos políticos. Al cabo de una serie de investigaciones, que se prolongan hasta fines de ese año, no se logra determinar la existencia de irregularidades en Dignidad.

En apariencia se trata de un emprendimiento cuasi religioso, algunos la denominaron secta, que privilegia el trabajo duro, la oración y los salmos, todo en alemán.

Para la moral de la época constituían un ejemplo: las parejas no estaban bien vistas. El sexo era demoníaco. No obstante nacían niños -y se los adoptada en los alrededores-, pero éstos, pese a ser criados comunitariamente, como se ha dicho eran pasto de la «educación» de Herr Schäffer.

Seis, tal vez ocho nuevas fugas marcan este período.El número es difícil de precisar: pronto se comentará de cacerías humanas. Hugo Baar es uno de los que en algún momento abandona al «patriarca».

Con los años la Colonia Dignidad se convirtió en un extraño enclave de una potencia, una ideologíao un poder no identificados en territorio chileno. La caridad practicada por estos «campesinos alemanes» que habían elegido vivir retirados del mundo -como algunas comunidades religiosas de estadounidenses en ese país o en la Argentina- les aseguraba por lo menos la neutralidad de los habitantes de la comarca donde realizaban la mayor parte de sus actividades. Un hospital, y una escuela, en particular, generaban el agradecimiento y simpatía de los lugareños -y el tambén agradecido alivio de las autoridades zonales-.

Se observaban, sí, algunas rarezas: la cerca de alambre trenzado alrededor de la popiedad, los perros guardianes adiestrados, el helicóptero, la extrema vigilancia. «Son nazis nostálgicos» pensaron las buenas conciencias, como si la nostalgia fuera un pasaporte al misterio.

Las denuncias por sodomía y violación de menores, las primeras son de la primera mitadde la década de 1961/70, se mantienen «encajonadas». Dignidad tiene defensores, como veremos más adelante.

La colonia y la DINA

Parece dudoso que Schäffer sea de verdad nazi de tomo y lomo; la doctrina tiene un componente esotérico no muy conocido (es fama que Hitler envió una expedición a las estepas asiáticas en busca de la entrada a la ciudad de los dioses) y ciertamemte la conducta del jefe de la Colonia Dignidad no se ajusta al perfil de los ocultistas serios. Lo más probable es que sí haya militado en la facción exotérica del nacional-socialismo, en el que tantos pervertidos y pervertidas (ver en Piel de Leopardo  Entre Brigitte, la sanguinaria, y la soldado England) encontraron cobijo bajo el amparo de un poder que se creyó ilimitado.

fotoSin límites e impune para siempre creyeron también los oscuros secuaces de la junta militar chilena iba a ser su actuación. Entre ellos gozó Schäffer una extraña acogida, que retribuyó un número indeterminado de veces en las instalaciones de Villa Baviera, hasta donde llegaba Manuel Contreras (izq.), otros jerarcas de menor rango y, claro, no pocos representantes de la mano de obra torturadora.

Más de un centenar de personas fueron remitidas a los calabozos y sótanos del cuartel instalado en el predio: ninguno sobrevivió; a cambio, los «contactos» del hoy apresado Paul Schäffer le comunicaban cada vez que un juzgado dictaba una orden de cateo en la villa o de arresto por las denuncias sobre sus aficiones de pederasta.

Algunos de los ministros del régimen, incluso, participaban en una asociación de amigos de Villa Baviera.

A partir de abril de 1974, la DINA se constituyó en elprincipal factor del terrorismo en Chile, desplazando absolutamente al Servicio de inteligencia de la FuerzaAérea. No se habla mucho en la actualidad del temible SIFA. Los primeros pasos del tenebroso poder de la DINA solían darlo sus víctimas en un ex local de un partido político, en la calle Londres 38, a pasos del templo de San Francisco, en una cuadra donde no habían sido escasos los hoteles para el jolgorio extra marital.

Muchos desaparecidos o comprobados asesinados por los escuadrones de Manuel Contreras salieron de la calle Londres rumbo a Colonia Dignidad -donde se les pierde el rastro- como, por ejemplo, Alvaro Vallejos Villagrán, estudiante de Medicina de 25 años (der.), uno de los primeros en ser ejecutados en los dominios de Paul Schäffer.

También desaparecen en o desde el enclave el ingeniero Alfredo Rojas, el arquitecto Alfonso Rodríguez, los médicos Carlos Godoy e Iván Insunza y los estudiantes Antonio Elizondo y Juan Maino.112 personas se han contabilizado.
El último desaparecido es un matemático estadounidense, Boris Weisfeiler, en 1985.

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Mucho antes, en 1976, un informe de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en Chile, manifiesta que Colonia Dignidad es un centro de tortura. Al año siguiente Juan Muñoz Alarcón, ex agente de Contreras, atestigua ante los abogados de la Vicaría de la Solidaridad en Santiago que fue torturador en Villa Baviera. Semanas después su cadáver aparece en un sitio eriazo brutalmente golpeado.

Recien 22 años más tarde, a principios de 1999 el ministro Juan Guzmán, que investiga más de 200 querellas por desapariciones contra Augusto Pinochet, ordena allanar el enclave en busca de evidencias de violaciones a los derechos humanos. Para entonces, legalmente, la Colonia Dignidad, o Villa Baviera, no existía. Auque poco antes de que se le quitara la personería jurífica a la «benéfica» institución en 1991, los colonos habían traspasado los bienes a distintas sociedades anónimas constituidas por los dirigentes del emprendimiento.

Las platas, siempre las platas

En la década de 1981/90 una investigación judicial descubre que menos del 10 por ciento de los ingresos de Colonia Dignidad son destinados a la mantención del hospital, una escuela de educación básica, y otras obras benéficas. Hacia 1999 se estima que Dignidad debe al Fisco chileno alrededor de 1.000 millones de pesos de la época por evasión tributaria y no pago de contribuciones sobre los predios.

El periodista Álvado Rojas, en un estudio sobre la colonia escribe: «El industrial Rudi Cohn, que ayudó a los colonos cuando llegaron a Chile huyendo de Alemania en 1961, formuló una definición que parece acertada para explicar esta ambivalencia. ‘Yo quisiera decir que todo lo que se dice de bueno de ellos es cierto, pero todo lo malo que se dice, también es verdad. La maldad está fundada en la perversidad de uno o de varios de sus miembros. Lo bueno es quizás sólo una pantalla para esconder lo malo'». (La historia secreta de la Colonia Dignidad, o Informe acerca del reino de Paul Schäfer, el ‘Tío Permanente’)

José Vedder, secuestrado en Colonia Dignidad y obligado a permanecer allí desde los nueve años, logró escapar, ya adulto, con más de 30 años, y denunció a Schäffer. En 2003 reiteraba que el senador Hernán Larraín prestó ayuda a Paul Schäffer y que forma parte de la red que había impedido cualquier cambio en Dignidad. Recordó que cuando miembros de la Colonia realizaron una huelga de hambre para protestar por los allanamientos en busca del pequeño führer, los senadores Larraín y Bruno Siebert se hicieron presente para pedir a los colonos que desistieran de su protesta, pero que renovaran su apoyo a Schäffer.

fotoResulta también dramático el testimionio de Vedder -que es chileno- cuando se refiere al trabajo esclavo, al hecho de que las pensiones que reciben de Alemania quienes tienen derecho a ellas son cobradas por Schäffer o un mandatario de su confianza. El dinero era innecesario en ese mundillo levantado entre alambradas y mantenido fuera de escrutinio estatal a partir de 1974 por instituciones del Estado.

En diciembre de 2003 el abogado Nelson Caucoto entregó los antecedentes de que disponía sobre el «caso Vedder» al Poder Ejecutivo. El entonces asesor presidencial Domingo Namuncurá le informó haber solicitado al ministro del Interior los antecedentes y las providencias del caso. Caucotto esperó largo tiempo algún resultado de esa gestión. Se trataba de obtener la inserción de Vedder en la sociedad (Revista Punto Final, edición del 02 al 15 de abril de 2004).

El pederasta preso

Luego del escándalo y vendaval suscitado en la sociedad chilena tras las declaraciones y actuaciones de la diputada Pía Guzmán relativas a la existencia de una eventual red de abusadores y sexotraficantes de menores, en la que podrían participar personajes de elevada figuración social, la parlamentaria -antes de llamarse a silencio- reconoció: «Pude haber actuado con mayor prudencia».

Sus declaraciones fueron realizadas por haber indirectamente involucrado a algunos políticos de derecha entre los asistentes a presuntas «fiestas» con menores de edad de ambos sexos y de condición socioeconómica y cultural desmedrada. Se le exigía «responsabilidad» en sus dichos. Vale la pena citar sus palabras:

» ¿Cuántos casos en que se ha «actuado responsablemente» han quedado en el olvido? ¿En cuántos años de ‘responsabilidad política’ hemos tratado de cazar a Paul Schäffer? ¿En qué han quedado tantos casos similares? En nada, porque finalmente se opta por la vía chilena y aquí nunca pasa nada. (Revista Fibra, diciembre 2003).

Cuatro son las denuncias en firme contra Paul Schäffer en Chile sobre tal vez más de 200 acusaciones de sodomizar niños en la ex Colonia; desde la década de 1951/60 sus antecedentes son conocidos en Alemania.

112 personas se estima desaparecieron de o fueron asesinadas en Villa Baviera, gentil «obsequio» mutuo entre Manuel Contreras que las enviaba y Schäffer que las recibía.

Millones de dólares esfumados.

La policía en Tortuguitas

En silla de ruedas el anciano fue subido al vehículo policial argentino. Lo ubicó la Interpol en una residencia -nada modesta, por cierto- en un exlusivo sector de la localidad de Tortuguitas, en el Conurbano bonaerense.

El comisario Fuenzalida, tras la detención del sodomita, dijo una frase que se aclarará en el transcurso de los días:  «En Chivilcoy encontramos una quinta que había sido adquirida por el prófugo y otros prófugos de la justicia chilena. A partir de eso comenzamos a investigar».

El comisario informó que junto con Schneider fueron apresados dos ciudadanos de origen alemán y a una mujer de nacionalidad chilena -que sería su hija adoptiva-.

Luis Maira, embajador de Chile, expresó a los medios argentinos que su gobierno espera «la expulsión administrativa» inmediata del prófugo de la Justicia chilena desde 1996 y alojado desde esta tarde en la Superintendencia de Investigaciones de la Capital Federal. 

La madeja es abultada, un hilo principal se halló. El resto es incógnita.

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