CAMBIO CLIMÁTICO, MÁS PELIGROSO QUE EL TERRORISMO

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Nada de lo descrito forma parte de una historia de ciencia ficción ni tampoco obedece a profecías catastróficas religiosas del fin del mundo. Sencillamente son proyecciones científicas trazadas por investigadores del Panel Internacional del Cambio Climático y del instituto de Investigación British Antarctic Survey (BAS), que desde hace más de medio siglo efectúan estudios sobre el cambio climático en las capas glaciales en la Antártica.

“El planeta Tierra corre el riesgo de entrar a un nuevo régimen climático o a una nueva era geológica que resultaría muy peligrosa para todo ser vivo”, explica Geraint Tarling, integrante activo de British Antarctic Survey, quien ofreció el pasado mes de octubre una conferencia magistral sobre calentamiento global en las instalaciones de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa, México.

Algunos de estos cambios, dice, ya comenzaron a experimentarse en el hemisferio norte, donde la temperatura comenzó a aumentar. Países como Holanda, de acuerdo al profesor de la Universidad de Cambridge, comenzaron a trazar un nuevo mapa de zonas habitables debido al crecimiento territorial del océano.

No sería la primera vez que, de acuerdo a Tarling, la tierra entraría a una nueva era geológica. Hay evidencias arqueológicas al respecto. En la Antártica, donde es posible conocer la historia del planeta desde 500 millones de años atrás, se ha detectado la manera en la cual millones de especies y microorganismos llegaron a extinguirse como consecuencia de los desastres naturales.

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“Ahora es el hombre quien se encarga de encabezar ese desastre. El cambio climático es considerado más peligroso que el terrorismo. Es un objeto de seguridad nacional”, refiere Tarling.

Efecto irreversible en el 2100

Según el Panel Internacional del Cambio Climático, conformado con más de dos mil 500 científicos de 88 países, éste comenzó a observarse en 1896, en el despegue de la Revolución Industrial, por lo que se espera que hacia el año 2100 el efecto invernadero sea tan radical como peligroso.

Significa que las grandes concentraciones de dióxido de carbono (CO2) –generado, entre otras cosas, por quema de petróleo, gas y carbón–, sobre las que hay registros desde finales del siglo XIX, aumentarán a un grado extremo la temperatura, que es la causante de que haya zonas frías y calientes, desérticas y pobladas de bienes naturales, lo que provocará un cambio radical en el próximo siglo.

Hay algunos desacuerdos sobre el clima que predominará. Algunos consideran que habrá más calor. Pero todos coinciden en que el clima será más cálido en el próximo siglo: pasará de 1.4 a 1.8 grados centígrados.

Las proyecciones científicas, dice el investigador, indican que para el año 2100 el nivel del mar habrá aumentado entre 9 y 88 centímetros, mientras que las temperaturas serán entre 1.5 y 5.5 grados centígrados mayores que las actuales.
No estamos tan lejos, afirmó, de vivir y testimoniar imágenes cinematográficas similares a las del filme Un día después de mañana, donde hubo una congelación masiva del océano y de los mares.

Ballenas sin krills

Monitoreos del instituto de investigación British Antarctic Survey (BAS) señalan que el Polo Norte se ha reducido dramáticamente en los últimos 40 años. Y además que en la Antártica organismos como los llamados krills, un crustáceo de longitud que varía entre los 8 y los 70 mm, comienzan a desaparecer.

fotoEl calentamiento global y el derretimiento del hielo en el Océano Antártico son responsables de la falta de krills, que constituye un alimento importante para ballenas, focas y pingüinos, y también ara nivelar el ciclo de carbono en la Antártica.

El krill se alimenta del plancton que se encuentra bajo el hielo en el océano, pero éste durante los últimos 50 años ha disminuido, por lo tanto no tiene manera de mantener su ciclo de vida.

Hasta la fecha se ha registrado una baja de krills de más de un 80 por ciento. Paralelamente se observa que la densidad y la abundancia de ballenas Minke ha disminuido, posiblemente como resultado de la menor disponibilidad de presas, en las estaciones en que la temperatura de la superficie del mar es más templada.

El peligro salta a la vista. Especies que se alimentan con krill podrían colocarse en una situación vulnerable, de desaparición.

Qué hacer

El cambio climático es resultado de las políticas implementadas por los gobiernos industrializados y en vías de desarrollo, que se niegan a modificar sus modelos de vida y a relacionarse con la naturaleza. Geraint Tarling considera que aún es posible contribuir a evitar el daño irreversible al medio ambiente. Sugirió cosas tan sencillas como usar bicicleta en lugar de automóviles.

Y exigir a países como Estados Unidos que firmen acuerdos como el Protocolo de Kyoto, destinado a disminuir, entre otras cosas, las emisiones de dióxido de carbono en el medio ambiente.

No se trata de una lucha contra un gigante. Cuando su equipo científico demostró en 1984 que había un hoyo en la capa de ozono y exigió a las autoridades disminuir los niveles de florocarbonos, se comprobó que puede darse un efecto positivo en el mediano plazo. Actualmente se ha observado que el hoyo en la capa de ozono parece haber detenido su expansión y podría regenerarse.

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* Periodista mexicana. (En: www.milenio.com).

Ilustración de apertura: En el ojo del huracán, Armand Lluert, 2002.
(En el sitio www.armandlluent.com).

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