Canal público chileno trasgrede la ley: intervención y falta de pluralismo en conflicto venezolano
Observatorio de Medios Fucatel
La ley obliga al canal público a respetar el pluralismo. Esa fue su principal misión que hoy es obligatoria para todos los canales aunque, curiosamente , el CNTV no ha hecho nada por poner en marcha una regulación en la materia.
El canal de todos los chilenos -slogan que con el tiempo se usa en forma sarcástica- transgredió en los últimos días este imperativo de manera grotesca.
La función del canal debió limitarse a mostrar hechos y en cuanto a las opiniones, dar la opción a todos los sectores involucrados en el conflicto. Contrario a lo que se esperaba, las últimas semanas se ha centrado en una clara intervención en el conflicto, en favor del sector del presidente encargado Guaidó, afín a las tendencias políticas del gobierno actual de Chile, lo que pone nuevamente en jaque la independencia del canal.
En el caso de la fallida entrega humanitaria en Cucuta esta actitud encontró su máxima expresión, rallando en el proselitismo político a favor de la derecha nacional y de ese país.
Consideramos que además es grave que se utilice el Festival de Viña del Mar, que han denominado “de la esperanza”, con el mensaje DEMOCRACIA Y LIBERTAD PARA VENEZUELA. Esta intervención se suma a la oleada de información tendenciosa sobre Venezuela.
Estimamos que quienes consideran a Maduro el Presidente legítimo, podrían sentir que los mensajes y noticias que se han transmitido de manera persistente, con la autorización -o al menos la anuencia- del Directorio, tienen una clara intención de intervenir en un conflicto político mayor, extremadamente delicado.
Con independencia de que la causa contra Maduro pueda gozar de simpatía en las audiencias, consideramos grave que se use el canal público para una maniobra política, más aún cuando ésta significa intervenir en la política interna de otro Estado. A lo anterior, se agrega que profesionales del espectáculo sean usados para la transmisión de consignas que no sabemos si son compartidas por ellos. Los convierte en simples lectores de un guión, lo cual afecta gravemente su libertad de expresión.
Esperemos que las autoridades del Canal den alguna explicación y desde luego que se ocupe de esto el CNTV.
De nuestra parte, aplaudiríamos que la apelación de Festival de la Esperanza se refiriera a una real apertura del canal público a una diversidad y pluralismo que permita a nuestras audiencias y lectorías conocer los hechos desde todas las visiones, de forma que puedan juzgar con libertad sobre lo que ocurre en el país y en el mundo.