Ángel Guerra Cabrera*
La tercera cumbre de
A los Estados de
Los primeros en independizarse –Barbados, Guyana, Jamaica y Trinidad y Tobago-, cuyos líderes del momento dejaron profunda huella en la historia caribeña, establecieron simultáneamente relaciones diplomáticas con Cuba revolucionaria en 1972 en plena guerra fría, cuando aquella aún no era reconocida por muchos países de América Latina. Desde entonces se han soldado vínculos de amistad y cooperación cada vez más estrechos entre los quince países miembros de la agrupación y la mayor de las Antillas, que llevó a que en 2002 se instrumentara el mecanismo de las Cumbres Caricom-Cuba.
Pese a su escasa población de unos 15 millones de habitantes, no escapa a ningún observador informado su enorme importancia geopolítica y su influencia en los foros internacionales por la forma colectiva en que sus miembros diseñan y defienden su política exterior y de cooperación regional, un ejemplo para América Latina, balcanizada desde los albores de la independencia por el imperialismo y las oligarquías.
Cuba y
Ese otro mundo y esa otra América Latina posible reclamados por millones comenzarían a hacerse realidad si se observaran los conceptos sobre medioambiente, relaciones, comercio y finanzas internacionales y cooperación plasmados por la reunión caribeña en
Como para subrayarlo, los jefes de gobierno se pronunciaron por el levantamiento inmediato del bloqueo a Cuba y otorgaron a Fidel Castro, primera personalidad no perteneciente a la agrupación en recibirla,
*Periodista cubano
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