El jueves 23 septiembre 2004, en la ciudad de Linares alrededor de las nueve de la noche Sergio Fernández, militante del MIR,fue asesinado con un balazo en la cabeza por personas que minutos antes abordaron el taxi que trabajaba. Tenía 48 años y participaba en diversas agrupaciones de Derechos Humanos y que buscaban esclarecer lo sucedido con multitud de detenidos desaparecidos durante la dictadura cívica-militar.
Dos personas fueron rápidamente ubicadas y detenidas como presuntas autoras de la muerte de Fernández en un episodio típico del accionar de la delincuencia común; sin embargo, al ser encontrado el cadáver, no se constató la falta ni de sus efectos personales ni del dinero presumiblemente obtenido esa noche por sus labores de taxista. El cuerpo fue encontrado en un camino a 16 kms. de la ciudad con un balazo en la nuca.
Sergio Fernández había declarado en varias ocasiones en calidad de testigo en el proceso contra Nelson Mery, ex jefe de la Policía de Investigaciones designado por la democracia y que debió renunciar a su cargo ante el juicio incoado por una ex presa política por violación y vejámenes, aunque la causa fue desestimada por los tribunales superiores de justicia.
Fernández, militante del Movimiento de Izquierda Revolucioanria que estuvo detenido en la Escuela de Artillería de Linares, fue testigo de las torturas infringidas a los prisioneros y siempre mantuvo que el entonces coordinador entre la policía civil y las fuerzas armadas de la zona Nelson Mery participaba en ellas, y en otros vejámenes a las mujeres presas. Mery ha negado que ello sea verdad.
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