Chile, affaire Otero: la imbecilidad compartida

Lagos Nilsson.

Cuando se rozan los mundos de las razones de Estado, la diplomacia y el periodismo de buen vuelo conviene ser cauteloso y precisar los términos del discurso. Por fortuna, al menos en el caso de la intemperencia conceptual y verbal del embajador Miguel Otero, el diccionario nos brinda la palabra-marco adecuada para apreciar el cuadro que develó —con alguna maldad, probablemente— el diario Clarín de Buenos Aires. Esa palabra es imbecilidad.


Dice el DRAE
: imbecilidad 1.  f. Alelamiento, escasez de razón, perturbación del sentido. / 2. f. Acción o dicho que se considera improcedente, sin sentido, y que molesta. / 3. f. Med. Minusvalía intelectual originada por ciertas disfunciones hormonales. / 4. f. p. us. Flaqueza, debilidad.

1. La imbecilidad de Otero

La imbecilidad del tal Otero no se detecta por haberse ido gozosamente de lengua ante los periodistas de Clarín, tampoco por mentir al afirmar que no tenia la menor idea de que su general mandaba a matar gente. A estas alturas y con toda el agua que ha pasado bajo el puente es lícito pensar que su imbecilidad radica en haber sido entusiasmado por la dictadura militar-cívica que asoló al país entre 1973 y 1990. Lo que, al fin de cuentas, no es sorprendente en un ex capitán de ejército, aunque haya repugnado, quién sabe, al prfesor de Derecho Procesal, cátedra que dictó en la Universidad de Chile.

De cualquier modo es de regocijarse que otra imbecilidad, mayor, no haya sido oída por la Presidencia de la República: esa gana que tenía el Partido Renovaciòn Nacional —Otero Lathrop fue su mayor dirigente— de que fuera designado embajador ante las Naciones Unidas… quizá una forma de agradecerle que haya tomado en el Senado las banderas de Jaime Guzmán, luego de que fuera ajusticiado por un comando del FPMR en 1991.

Entre paréntesis, y más allá de imbecilidades, no es Otero Lathrop el único pinochetista de buen ver enquisado o reenquistado en tareas de gobierno. Él mismo lo señaló: "Hay muchos iguales a mí que son profesionales, que lo están haciendo por amor al arte. Que no esperan ningún cargo, ni aceptarían ningún cargo, y que lo único que están tratando de hacer es ver cómo se solucionan los problemas de este país".

Entre otras declaraciones dignas de la mayor idiocia, Otero L. expuso a Clarín de Buenos Aires el alivio que sintieron los chilenos tras el golpe de Estado, y aunque dijo que no conoció sino hasta mucho despues que se violaran los DDHH, precisó que ya el mismo mes de setiembre de 1973 "Me preocupé por cierta gente que conocía de la UP y los protegí".

Conviene detenerse en una de las razones de por qué, afirma, la población se sintió contenta con los generales y derechistas:

“¿Quiere que le diga una cosa? La mayor parte de Chile no sintió la dictadura. Al contrario, se sintió muy liberada. ¿Por qué? Antes, usted no podía comprar nada importado, tenía que pagar el precio de lo que se producía en Chile, caro y malo. El gobierno —de Augusto Pinochet— de la noche a la mañana bajó el 100 por ciento de derechos al cero por ciento, y usted empieza a encontrar lo que no había: zapatos, lo que sea. ¿Quién ganó? Ganó el pueblo”. ¡Bravo!

2. ¿Qué pensará Piñera?

Convengamos: no por ser presidente Sebastián Piñera pierde su derecho a pensar. Ni a arrepentirse. ¿Compartirá el frustrado vendedor de Chilevisión la opinión de dirigentes de la coalición de gobierno en el sentido de que las opiniones de Otero Lathrop son sólo las opiniones de un particular y no las del embajador? Dudoso. Piñera ha dado muestras de tener una personalidad a ratos proteica, y no porque le guste la mar, pero no calza con la defición de imbécil que se desprende de aquella de imbecilidad.

A 48 horas del escándalo y en tanto los concertacionistas rasgan vestiduras y se  inmolan por el prestigio de la patria, el presdente no dice esta boca es mía. ¿Será por lealtad a su viejo compañero de banca en el Senado?

3. La imbecilidad de sus detractores

La Concertación, conocidas las declaraciones al diario argentino, sintió la necesidad de proclamar su descontento. Con imbecilidades como que el embajador con sus dichos afectaba el buen prestigio de Chile en el exterior (el prestigio de Chile en el exterior es el mismo que tuvo el bárbaro aquel que adoró lo quemado y quemó lo adorado); pero el más hermoso argumento fue otro.

Un grupo de parlamentarios concertacionists se acercó a La Moneda para enrregar una carta al Presidente de la República. En ella el diputado PS Sergio Aguiló, el PC Hugo Gutiérrez, el PPD Tucapel Jiménez, el DC Gabriel Silber, la diputada del PS Denisse Pascal, el del PRSD Marco Espinoza, el DC Gabriel Ascencio y el PPD Ramón Farías y el PRSD Carlos Abel Jarpa dejan constancia
 que "las declaraciones emitidas por el señor embajador Miguel Otero al matutino bonaerense Clarín también socavan fuertemente su propia imagen como estadista y Presidente de la República. Sin perjuicio que usted represente a las ideas de derecha, su figura y su pensamiento, creemos, forma parte del acuerdo ciudadano que condena y repudia las violaciones a los derechos humanos".

La Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), representados por su presidenta, Lorena Pizarro. también firmó el engendro.

Lo mejor de la carta en cuestiòn es el llamado a Piñera: "Es por esto que la permanencia del embajador Miguel Otero en Argentina lesiona la imagen de Chile en el exterior, generando la sensación a nivel mundial de un enrome retroceso en este ámbito, más aún cuando es el propio representante de todos los chilenos y chilenas quien añora la dictadura y la ensalza".

Pero tal vez lo mejor de la misiva es la demanda para dejr cesante a Otero Lathrop "por considerarlo lesivo a los intereses superiores de Chile, ofensivos para con las víctimas tanto chilenas como argentinas y contrario a toda norma de convivencia ciudadana".

¿No saben estos contumaces ex gobierno que no puede haber "convivencia ciudadana" con el enemigo (sí, el enemigo, no el adversario por el mejor sándwich, baile, postre o contrato con el Estado)?

Mientras la periodista que charló con el embajador, Hinde Pomeraniec, afirma que todo lo publicado es cierto —y que hay conceptos guardados— en otra demostración de brillantez y honestidad intelectual el mentado Otero Lathropo se desgañita: me sacaron de contexto, dice, para hacer noticia a mi costa. Las afirmaciones de la periodista pueden seguirse en http://twitter.com/hindelita. Pomeraniec es clara: "La entrevista al embajador Otero fue en su despacho, o sea, fue al embajador de Chile y no a una “persona”.

¡Cóm gozarán los argentinos con la imbecilidad chilena! Mes del Mundial de Fútbol, al fin y al cabo, deben pensar que son todos pelotudos.

CIPER Chile dio a conocer el audio completo de la conversación, confirmando que todo lo que se publicó es fiel versión de los dichos del embajador, lo que puede constatarse
aquí.
 

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