Chile – Boric y el silencio de los corderos

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El Gobierno de Boric ha perpetrado el mayor ataque a los DDHH desde 1990, con la agenda de seguridad que a fardo cerrado aprobara ayer vergonzosamente el Senado. Ninguno de los gobiernos del régimen de los 30 años se atrevió a impulsar la conformación de un Estado policial como hoy se promueve con entusiasmo desde La Moneda. Lo hacen hoy día sin ningún escrúpulo y con la misma sonriente parsimonia con la que hablan de «las y los» ciudadanos mientras reponen el patrullaje policial con ametralladoras Uzi.

En efecto, las normas de presunción de razonabilidad del accionar policial y las eximentes de legítima defensa y de mando, constituyen una amnistía anticipada cuyo único objeto es blindar a las policías y eventualmente a las FFAA en actos de violación a los DDHH.

Sin embargo ayer este desastre tuvo un giro inesperado. Desde el partido del Presidente -Convergencia Social- Ibáñez y Schneider salieron a pedir que éste vetara la ley Retamal-Naín que contiene las más aberrantes normas del paquete legislativo. De forma incomprensible sugerían que lo votado era una imposición de la Derecha y que no se habían considerado las “indicaciones” del Ejecutivo. Esto no sólo es una falsedad absoluta, porque la ley Retamal ES un proyecto del Gobierno, sino que además es una forma infame de deslindar responsabilidad de apoyar a un Gobierno que ataca al pueblo con cada medida que adopta.

La realidad es que como cuerpo -hay honrosas excepciones- el Frente Amplio, el Partido Comunista, Socialista y el PPD respaldan esta agenda de seguridad contrainsurgente cuyo único objeto es aplastar la resistencia popular. En este contexto, pedir que Boric vete la ley es un absurdo que solo suma confusión. La reconstrucción de la izquierda y la conformación de un frente de lucha para un nuevo levantamiento popular, supone necesariamente hacerlo contra Boric, todos los partidos del régimen y el fraudulento proceso constituyente.

La ruptura con Boric es por lo mismo una ruptura con la Derecha que lo controla, con la burguesía y con el imperialismo. Hemos de confiar en nuestras propias fuerzas, que son las fuerzas de los trabajadores y el pueblo movilizados como clase. En esa ruptura se forjará la nueva dirección política de los trabajadores que la lucha reclama.

Un 5 de abril, como hoy pero de 1818, derrotamos en las planicies de Maipú y Lo Espejo a las fuerzas de ocupación colonial de la corona española. El hecho debe ser recordado como un triunfo de la nación oprimida contra el imperio. Porque fue en el campo de batalla en donde se resolvió la cuestión colonial en nuestro país. La emancipación social, la expulsión de la burguesía del poder -igualmente- se resolverá en el campo de batalla de la lucha de clases. Porque mientras Boric pretende imponernos policialmente un ominoso silencio de corderos, son los trabajadores y el pueblo explotado quienes han de resolver la crisis recuperando las calles y levantándonos como en Octubre del 2019.

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