Hay que reconocer los avances. Se abrió la posibilidad de cambiarle el apellido al salario que recibe una parte importante de los trabajadores chilenos. De «sueldo mínimo» pasaría a «Sueldo Ético». Una mutación relevante. De tan pequeño que no hay menor ni igual, saltaría a la Filosofía, al ámbito de la moral, donde se tratan las responsabilidades del ser humano.
La propuesta del obispo Alejandro Goic ha causado conmoción. Personajes de la más diversa significación se han pronunciado. Sobre todo que el prelado hasta dio una cifra: A $250.000 debería ascender este Sueldo Ético. La derecha lo ha descalificado por meterse a opinar sobre cosas que no sabe.
* Periodista.
wtapiav@vtr.net,
Los comentarios están cerrados.