Chile, cine: – ESCANDALOSA CALIFICACION DE UNA PELÍCULA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Tanto las ficciones cinematográficas de largo metraje firmadas por el realizador Luis Vera –pueden citarse:
en 1985 Hechos consumados; Consuelo (1988); El país de nunca jamás (1992): Miss Amerigua, en 1994, rodada en Paraguay; Bastardos en el Paraíso, en 2000– como los documentales Viola chilensis, Neruda, el hombre y el mundo, a los que suman casi medio centenar de cortometrajes y otras realizaciones para la televisión de Perú, Suecia, Rumania y otros países, además de sus conversaciones con quien fuera la albacea de Gabriela Mistral –en las que no dejó de manifestarle que todo lo de ella debía quedar en Chile–, describen a un artista e intelectual serio, respetable.

Nada de eso sirve a la hora de pasar una obra suya por el cedazo del Consejo de calificación cinematográfica –eufemismo para designar el aparato de la censura estatal– de su país. En Chile ni alguien puede exhibir –en un local autorizado– un filme, ni nadie puede ir a verlo porque así lo estima. Primero la película debe ser «calificada».

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Es lógico, así como un padre cuida por el bienestar y moral de su familia, el CCC cuida que las malas influencias no alteren las costumbres de los ciudadanos que, son –como se sabe– relativamente incapaces de discernimiento, como corresponde a buenos consumidores de porquerías.

Cierto, en Chile ya no se puede en términos absolutos impedir que se exhiba una película –sería en todo caso materia de controversia en tribunales–, lo que se hace es determinar quiénes pueden y quienes no pueden ir al cine. Fiestapatria fue calificada como apta para mayores de 18 años –mayoría de edad–. ¿Acaso porque su contenido es explícitamente violento o copulatorio? No.

¿Violencia? Hasta en los «dibujitos animados» los personajes entre sí se descuartizan, burlan, mofan, engañan; se hacen explotar, se estafan, engañan, asesinan, abandonan. Y no hablemos de actividad eugenésica. En la vida real no resulta insólito que niñas de 13 años asomen para parir en los hospitales. O que muchachitos y muchachitas apenas adolescentes se prostituyan para conseguir zapatillas «de marca», resabios de clorhidrato de cocaína, un «tetrabrick» de tinto.

El drama –y la probable causa de la calificación mayores de 18 para Fiestapatria– radica quizá en el hecho de que la historia relatada es sobre dos familias y un 18 de setiembre, fiesta nacional chilena. Ambos grupos familiares resuelven pasar en común la memorable fecha y, de paso, o aprovechándola, cumplir con el ceremonial de dar a conocer lo que George Bernard Shaw llamó «declaración pública de un acto privado». La pareja noviará de manera oficial.

La cosa se complica porque entre ellos la historia reciente de Chile mete la cola. ¿Qué es la historia reciente de Chile? Una dictadura y sus efectos que pesan incluso sobre los que no la vivieron.

El realizador

fotoTras decir que se siente «algo avergonzado» por la distinción que recibió su trabajo, Vera emitiñó un mensaje más claro: «En una nueva demostración que Chile mantiene no solo un atraso crónico en lo que respecta a la censura y la calificación de las películas, sino que los poderes fácticos continúan imponiendo su visión conservadora y retrógrada, en la defensa del orden social y moral establecido por las minorlas dueñas del pals por sobre la inmensa mayorla de los chilenos, se ha calificado para mayores de 18 años a la película Fiestapatria que se estrena el 26 de abril.

«No es casual que este dictamen afecte a una película –como Fiestapatria–, que pone en entredicho justamente ese orden social y moral, que ha ocultado al país y esencialmente a los más jóvenes, (a quienes se les quiere impedir ver la película) verdades esenciales sobre nuestra convivencia nacional actual y pasada.

«Este fallo que afecta a una película chilena no revela otra cosa que el doble estándar que tienen algunos miembros del Consejo de calificación –especialmente en la mayorla de los casos tratándose de películas norteamericanas–, con la violencia, el morbo sexual, y todo el arsenal de clichés superficiales y mediocres, que insultan la dignidad y la integridad de los seres humanos, y que pasan para estos señores y señoras inadsvertidos en tanto no tocan «peligrosos temas» que involucran a nuestro país.

«Mientras nosotros con gran esfuerzo seguimos cosechando éxitos a nivel nacional y sembrando prestigio para el país a nivel internacional, estos entes obstaculizan y perjudican severamente nuestras opciones artísticas y empresariales. El fallo contra Fiestaptria es un atentado a la inteligencia y sensibilidad de los chilenos, a quienes se nos sigue tratando, además de inmaduros, de idiotas».

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* De la redacción de Piel de Leopardo.

Del cineasta puede verse –gratis– en Arcoiris TV Viola chilensis aquí

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