Chile: crimen ambiental sigue impune
Unos 60 metros de altura tiene el escape de gases y vapor de agua, acompañado por ruidos y temblores de tierra que cumplió 24 días en el monumental monumento natural de los géiseres del Tatio, en pleno desierto, debido a una falla tecnica en la aparente exploración de recursos energéticos.
Ninguna autoridad ha dicho esta boca es mía. Ningún responsable ha renunciado. Ningún candidato presidencial se pronuncia. Ante tamaño cinismo institucional, los habitantes del lugar izaron banderas blancas con una calavera en el centro. La exploración era parte de un oscuro proyecto geotérmico para favorecer a loas empresas mineras cercanas.