Chile, el juicio del siglo, la cola del escándalo: ¿qué con las responsabilidades?

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Lagos Nilsson.

…Con todas las responsabilidades, porque hay muertos, familias destruidas, profesionales apartentemente cómodos con la situación (como pasando por "debajo de la mesa"); y normas, leyes, principios éticos, en fin, indefinidos, flotando en una nebulosa que no parece tener límites ante ciertas evidencias que los tribunales no terminan acaso de analizar para emitir su fallo —y que la sociedad no conoce.

¿De qué se habla? Se habla de los coletazos que provocan todavía las investigaciones y consiguientes procesos incoados a partir de los daños producidos, las secuelas posteriores y las muertes que se produjeron como consecuencia de la prescripción del alimento de uso médico Nutricomp-ADN.

Hace un año la prensa chilena informaba que, de acuerdo con las investigaciones realizadas oficialmente los afectados por el consumo del Nutricomp-ADN no eran menos de 91 personas, contabilizándose 36 muertes y 62 que arrastraban serias secuelas orgánicas.

De los 36 fallecimientos la Fiscalía señalaba —según esas informaciones— que sólo en siete casos pudo comprobar relación directa entre las muertes y el dicho alimento prescrito por sus médicos tratantes. Todos eran niños de corta edad o ancianos. Ya entonces se advertía que podría haber otros fallecimientos.

Para noviembre de 2009 Robert Oetiker Luschsinger, Egon Hoffmann Soto y Ezzio Olivieri Díaz —de B. Braun Medical— estaban en prisión preventiva por el delito de atentado contra la salud debido a la falta de potasio en Nutricomp-ADN. En distintas etapas ese alimento fue elaborado tanto por B. Braun Medical, firma de origen alemán, como por Watt’s chilena.

Investigaciones posteriores, efectuadas básicamente por el equipo que dirige el físico Rodolfo Novakovic y encargadas por el estudio jurídico de la abogada Ruzy Mitrovic, complicaron el panorama. El juicio se convertía en escándalo.[1] Y aquí una precisión. ¿Por qué decir que las causas de los procesos o juicios con un escándalo?

Cuando se habla del "juicio del siglo" en rigor se habla del "proceso judicial" del siglo, términos que en el lenguaje corriente constituyen sinónimo. Veamos: atendiendo al sentido de las palabras, para el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, juicio tiene —entre otros significados— estar en sana razón, no ser víctima de delirioo o locura; también significa opinión, dictamen, parecer; y, por eso la palabra, en Derecho, es el conocimiento de una causa en la cual el juez ha de pronunciar la sentencia.

El escándalo —siempre según el DRAE— significa: desenfreno, desvergüenza, mal ejemplo; o dicho o hecho reprensible que es ocasión de daño y ruina espiritual del prójimo; y además —entre otras acepciones— alboroto, tumulto, ruido.

Cualquiera y todas esas acepciones describen lo sucedido y lo que ocurre en torno de las muertes y secuelas que padecen quienes literalmente comieron Nutricomp-ADN por liviana prescripción médica. Liviana, porque queda claro a partir de la investigación de Novakovic que ese alimento de uso médico ni siquiera estaba registrado por las autoridades en materia de salud chilenas, no obstante lo cual se exportó a más de una veintena de países.

Prescripción —o receta— médica liviana porque los facultativos no cumplieron con un paso ético elemental debido a sus pacientes: saber a ciencia cierta qué prescribían.

Nutricomp-ADN, un alimento de uso médico, se asemeja a un fármaco, por cual los médicos debieron proceder dentro del área de la toma de decisiones en materia de medicina clínica —y atendiendo a principios de farmacología clínica—, ello porque dicho alimento fue administrado a personas no sanas, es decir, a pacientes con alguna patología o enfermedad de base.

Conviene considerar que la literatura al respecto señala con nitidez que la responsabilidad del médico en estos casos es de tal magnitud que se estima la interacción personal del enfermo con el facultativo como lo que primero permite identificar variaciones o efecto inusual en los tratamientos y acciones farmacológicas. Esto exige al médico estar siempre alerta y conocer a su paciente..

¿Actuaron con negligencia algunos profesionales? ¿Son cómplices otros del actuar de una suerte de conspiración criminal puesta en marcha por una asociación ilícita que ofrecía un alimento a sabiendas defectuoso? ¿Y qué decir de los directores de hospitales y autoridades de Salud que nunca juzgaron necesario investigar qué prescribían los médicos y qué resultados obtenían?

Más allá de las disquisiciones y precisiones técnicas en los campos de la medicina, la farmacología, la industria química y el campo jurídico (que atenderá a determinar si hubo o no responsabilidad penal y civil en las muertes y por los efectos colaterales por el desarrollo, la fabricación y el uso de Nutricomp-ADN, parece cierto que, en lo que atañe al ejercicio de la medicina, existen responsabilidades todavía no evaluadas. Como al parecer todavía no termina de evaluarse aquella de quienes fabricaron el producto con la fórmula modificada.

La legislación codificada chilena (Códigos Civil y Penal) y los distintos reglamentos en el área del Ministerio de Salud ofrecen elementos de juicio —que no han sido, al parecer, considerados por los fiscales ni los magistrados.

[1] Pueden leerse, entre otros, los siguientes artículos del físico e investigador de parte Rodolfo Novakovic sobre el "caso Nutricomp":

Nutricom ADN, acaso el juicio del siglo (que se calla o acallan);

Alimento Nutricomp Adn jamás fue registrado por las autoridades de salud;

Qué es alimento de uso médico y qué es suplemento alimenticio según la ley chilena;

Los 15 errores cometidos en la investigación del Alimento Nutricomp ADN.

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