Chile, indignación en Magallanes: faltaron pocos, pero eran muchos más

1.434

Lagos Nilsson.

El "sinceramiento" desde arriba del precio de gas para uso doméstico (que pague el pueblo la ganancia empresarial) cohesionó como nunca en al menos medio siglo a la población del sur de la Patagonia. Encabezados por el alcalde de Punta Arenas, Vladimiro Mimica y acompañados por el obispo de la región, Bernardo Bastres, los magallánicos no solo protestaron: abrieron la mirada a su propia y a veces olvidada historia. En el norte los políticos bien, gracias. La sensibilidad y racionalismo político de MEO.

Siete mil personas —según el parte policial— marcharon el miércoles sobre el centro de la "ciudad más austral del mundo", distante casi 2.500 kilómetros de la capital del país; otras, encabezadas por el gremio de taxistas, tomaron la ruta de acceso a la ciudad, aislando el aeropuerto y el sector portuario. Los vecinos se organizaron. Los artistas salierona la calle. ¿La razón? El aumento del precio del gas licuado para uso doméstico.

En Punta Arenas —y en toda la zona, desde los campos distantes de hielo eterno del norte hasta la no tan cercana isla Navarino, sobre el Canal de Beagle y la unión del Atlántico y el Pacífico, los hogares y centros de salud, estudio y trabajo precisan calefacción durante siete u ocho meses del año, calor que proporcionan estufas y calentadores a gas. Magallanes es el único productor de hidrocarburos del país y la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) tiene su sede allí.

La tranquilidad en Punta Arenas es un artificio; los magallánicos quieren la renuncia de la intendenta Liliana Kusanovic y, como antaño solía ocurrir, distintas organizaciones sociales declaran indeseable —o ingrata— la eventual presencia de algunas autoridades nacionales en la zona. Por ahora se diría que el único en condiciones de capìtalizar, ordenar y organizar el impulso ciudadano es el alcalde Mimica (izq), al fin y al cabo y por mandato jurídico el primero entre sus pares en la distante y minusvalorada región donde comienza el mundo.

La imagen de apertura corresponde a la tapa del diario magallánico El Pingüino; el edificio que se aprecia en ella es el Club de la Uniòn de Magallanes: quizá un símbolo de estos tiempos.

 

También podría gustarte
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.