Chile: la economía según MEO –y sus asesores

Fernando Vega*

Hubo más de una explosión el mediodía del viernes 15 de mayo, cuando la edición digital de La Tercera publicó una entrevista al economista Paul Lafontaine, conductor del programa económico para el candidato a la Presidencia de Chile Marco Enríquez-Ominami. Con esas ideas MEO ingresa al sector que se mueve en el área de la "muerte de las ideologías" y del pragmatismo del neoliberalismo conservador. En términos inmediatos la pregunta es: ¿qué hay, izquierda o "aggiornada" derecha a la vera del candidato?

Son propuestas provocadoras y alejadas de lo políticamente correcto para un candidato que proviene del mundo de la izquierda. Marco Enríquez-Ominami, el diputado PS que no acata órdenes de partido y que en cuestión de meses se embanderó como la revelación de esta carrera presidencial, ya ha puesto sus cartas sobre la mesa con un programa económico que considera rebajas de impuestos, privatización del 10% de las empresas públicas, flexibilidad laboral, una nueva reforma previsional y un millonario gasto en educación.

Según el comando del candidato, un grupo de 10 economistas lleva varios meses trabajando en la elaboración de este programa. En contra de lo esperado, la propuesta no aboga por reforzar el papel del Estado como protector de derechos ni prestador de determinados servicios. Sus respuestas y soluciones a los problemas socioeconómicos del país se decantan por otras vías, dice Paul Fontaine, el cerebro en jefe del plan.

Reconoce que si bien el programa no tiene ningún carácter revolucionario y que en cierto sentido se puede calificar hasta de continuista, sí busca corregir las fallas del sistema. "Es claramente muy progresista y muy liberal. Es un programa que en mi opinión permitirá al país recuperar dinamismo y competitividad, va a llevar a una mejor distribución de ingresos, con foco en el gasto social", dice el socio de Rodrigo Danús en la consultora de proyectos energéticos S.W. Business.

Ingeniero comercial de la Universidad Católica y MBA de UCLA (Estados Unidos), Paul Fontaine es un ex ejecutivo de Enersis y Telefónica que había simpatizado hasta ahora con el ala más liberal de la derecha. Con su padre, Ernesto Fontaine, el primer "Chicago boy" de Latinoamérica, ha pimponeado el programa; al igual que con Carlos Ominami el senador socialista, padre de Marco. Y reconoce que el texto no ha sido del total agrado de ninguno de los dos: "A Ominami no le gusta la venta parcial de empresas del Estado y a mi papá que la gente pueda devolverse al INP", dice.

Menos impuestos

Aunque a primera vista, el programa parece más centrado en la clase media, Fontaine sostiene que su foco está en las personas más pobres del país y que a eso se debe el fuerte aumento del gasto público que propone.

El plan se ha hecho básicamente mediante intercambios de "mails" (correos electrónicos) entre los expertos y la redacción final estuvo a cargo de Paul Fontaine y los ingenieros de la Universidad de Chile Cristóbal Mestre y Alexandro Sideman.

–¿En qué consiste la reforma tributaria que plantean?

–Es una de las bases del programa. Estamos pensando en bajar el impuesto marginal a la renta de 40% a 35%, lo que es un incentivo al trabajo. Además proponemos eliminar el impuesto de timbres y estampillas, reducir el impuesto a las bencinas en media UTM por metro cúbico en todos los tramos, y eliminar el IVA a los libros y a las artes escénicas. También queremos cambiar el permiso de circulación, de tal forma que el 50% del pago sea a base de la tasación fiscal del vehículo –como es hoy– y que el resto se pague en función de cuánto contamina el auto. También estamos pensando en una rebaja unilateral de aranceles de 6% a 3%.

–¿Eso significaría terminar con la firma de nuevos TLC?

–No.

–Una reforma tributaria debe pasar por el Congreso. En caso de ganar ¿con qué votos creen que podrán aprobarla si no tienen una fuerza parlamentaria propia?

–Nuestra idea es pasarla por el Congreso en abril de 2010. Me imagino que esa reforma tributaria es razonable, que la gente la apoya y que tanto la derecha como la izquierda debieran apoyarla. Pero eso hay que verlo en su momento.

–El programa también plantea un fuerte aumento del presupuesto público. ¿A qué se destinaría? 

–El aumento en el gasto público básicamente se hace para que a través de él se logre más equidad. Y también en la educación, para tener una sociedad más justa e igualitaria. Entonces nuestro foco en presupuesto va a estar en educación, donde tenemos algunas cosas más concretas.

–¿Cuáles?

–Recuperar los liceos emblemáticos, como el Instituto Nacional, el Liceo Lastarria, el Instituto Barros Arana, el Liceo 2, el Liceo 1 y llevar un nivel de educación de excelencia para que sean un ejemplo y referente para el país. Eso además permitirá sacar líderes del futuro que no provengan solamente de colegios privados.

"Segundo, proponemos perfeccionar 5.000 profesores en el exterior. Tercero, traer mil profesores de inglés y matemáticas del extranjero. Otra idea es que el crédito universitario se pueda pagar con servicio civil y tener premios a la excelencia, perdonando el pago del crédito fiscal. A eso se añade  aumentar el subsidio a la educación municipal.

"Estimamos que el perfeccionamiento de cinco mil profesores debiera costar unos US$ 80 millones y los mil profesores del extranjero unos US$ 50 millones adicionales al presupuesto normal".

Venta de empresas estatales
 
–Frecuentemente en Chile se discute sobre el modelo de desarrollo. ¿Ustedes plantean algún cambio, incentivar algún área de la producción?

–Creemos en la libertad del mercado y no que el gobierno deba guiar la producción. Con los incentivos de una sociedad más neutra tributariamente e incentivos correctos en la educación, creemos que el país se va a dirigir a un nuevo equilibrio y hacia una nación más desarrollada. El capital humano es lo más importante para desarrollarse y por eso nuestro foco está en eso. Dejaremos que el mercado defina la manera que ocupa la producción industrial en Chile.

–¿Mantendrían la regla de superávit estructural y los fondos de ahorro del cobre?

–Ya no existe tanto superávit fiscal, sino que déficit. Nuestro objetivo es aumentar el gasto social al 2010 en US$ 3.000 millones respecto al presupuesto de 2009. Eso es un aumento importante que equivale a entre 7% y 8% del presupuesto público.

"Estamos pensando en un aumento importante, a pesar de que el producto interno va a crecer cerca de 0%, con lo cual el superávit estructural debería crecer lo mismo. Habrá un déficit fiscal que calculo de unos US$ 4.000 millones a US$ 5.000 millones con este presupuesto".

–Una de las grandes sorpresas de su programa es la privatización parcial de las empresas estatales. 

–No es una privatización, porque los privados no tomarán el control: es una venta a fin de lograr eficiencia, fiscalización y transparencia en estas empresas. Queremos vender hasta el 10% de las empresas importantes del país, entre las que están ENAP, BancoEstado, Enami, Correo, Metro, TVN, EFE y, eventualmente, Codelco, que es algo que tenemos que analizar con mayor detención.

"Pero la idea es que las AFP y los chilenos o residentes puedan comprar un máximo de $ 500 mil por persona en acciones de estas compañías y después levantar esta restricción, dejando que las acciones se transen libremente. Con eso habrá al menos un director elegido por quien tenga más votos entre los minoritarios y esto asegura un seguimiento a la conducta de las empresas".

–¿Cuál es el costo de este programa económico?

–Se hará el aumento en el gasto público independiente de cómo marche la economía. Es el impulso que necesitamos para lograr una sociedad mejor. Esos recursos vendrían de los impuestos que hablamos porque nuestra propuesta está equilibrada. Hoy en día se presume que va a haber un déficit fiscal, que se prolongaría.

–Este año ha estado marcado por el caso de las farmacias. ¿Están apostando a cambios regulatorios? 

–Si se está hablando la idea de penalizar la colusión en los ejecutivos, nosotros apoyamos eso, que sea un delito. Pero también el que se declare culpable debería tener una baja en la pena. Creemos en el premio al que se autoacusa de un delito, creemos que es una atenuante clara y un buen incentivo.

"Creemos que la regulación tiene que ser fuerte e importante en ciertos sectores. En los monopolios naturales, en la libre competencia, pero no queremos regular actividades que se desarrollan bien y en forma libre. No vamos a regular el precio del pan, no vamos a regular el retail. Hay que regular lo que hay que regular".

–¿Qué cosas?

–Los monopolios naturales que son la electricidad, el gas, el agua, la luz, que hoy día están regulados y donde creo que la regulación actual es ineficiente y debería fortalecerse. La regulación de las sociedades que transan en bolsa también debiera ser más acuciosa.

–¿Qué plantea el programa en materia ambiental?

–En el tema de medio ambiente, creemos que existen ciertos proyectos que son emblemáticos, como es el caso de HidroAysén, que deberían analizarse de una manera amplia, con participación ciudadana, de autoridades de la zona. Hoy, los EIA permiten eso, pero queremos un apego estricto a la normativa, porque también sabemos que existe un lobby muy importante de empresas y de personas dentro del Estado, que apoyan proyectos sin analizarlos a fondo.

–¿La energía nuclear está en análisis?

–No lo he hablado todavía con Marco, pero es una energía que, a la larga, llegará a Chile. La lógica indica que Chile debería desarrollar la energía de los próximos diez a quince años sin considerar la nuclear, pero sí me imagino a un Chile nuclear en 20 años más.

Tren bala

–Constantemente los analistas internacionales se quejan de la escasa flexibilidad laboral chilena. El programa ¿plantea algún cambio al régimen actual?
 
–En el tema del empleo, queremos dar horarios flexibles e incentivos fiscales –un fondo de financiamiento– para la reconversión laboral. Además, acciones de capacitación para las personas desempleadas, para tratar de reconvertirlos y reingresarlos al trabajo. También,  pensamos aumentar el financiamiento municipal para planes de empleo en aseo y ornato, seguridad y educación adulta, por ejemplo.

–¿Plantean profundizar la reforma previsional del actual gobierno?

–No tenemos problemas con el sistema de AFP. No planteamos grandes cambios. Pero vemos que existe una cantidad importante de personas que no confían en el sistema. Yo personalmente sí confío. Pero deberíamos permitir que el que quiera pueda cotizar en el INP, de tal manera que la gente no esté obligada a hacerlo en una AFP y que pueda entrar y salir cuando quiera. Adicionalmente proponemos que el 30% más pobre de la población no pague ni isapre ni AFP, con lo cual le subirían los sueldos líquidos en cerca de 25%, lo que generaría más gasto y reactivación.

–¿Cuál es el plan para Obras Públicas?

–Un gran esfuerzo en las viviendas sociales con un foco en calidad y ahorro energético. Pavimentación de caminos rurales, reparación de calles urbanas y un tema que todavía tenemos que analizar, que es el desarrollo de un tren rápido de 300 kilómetros por hora entre Santiago, Concepción, Temuco y Puerto Montt. Queremos analizarlo. Sabemos que hoy, con la crisis mundial, están acercándose proveedores franceses, japoneses y chinos que podrían entregar financiamiento blando, algo bastante interesante para poder hacerlo.

*Periodista.
En La Tercera (www.latercera.com).

 

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